Cap 5: Conociendo a los Min

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Salimos de la oficina, me pongo la mochila en la espalda, no sé si es mi imaginación pero se siente más ligera.

—¿Puedes dejar de meterte en problemas? —inquirió el señor Min caminando a mi lado.

—Yo no tengo la culpa —mencioné sobándome las muñecas las cuales están rojas por causa de las esposas.

—¿Trajiste lo que te pedí?

Le entrego la caja de regalo que le acabo de quitar al guardia.

—¿Y esto que es? —pregunta agitándolo.

¿que manía tienen en agitarlo?

¿No piensan que se puede romper lo que sea que esté ahí adentro?

—No lo agite mucho, podría explotar —No acostumbro a usar el sarcasmo pero ésta vez lo ameritaba

[...]

Fui por el café del señor Min y se lo entregué; él estaba en su oficina, yo me quedé en mi escritorio tomando café.
Estaba pensando en casosa banales, pero el sonido del teléfono me sacó de mi mundo.

—Hola, oficina del señor Min —saludé como toda una asistencia profesional.

—Hola, quiero hacer una cita —dice una voz masculina.

—¿Para cuando sería?

—Para mañana a las ocho y media de la mañana, es para un proyecto que creo le va a interesar al Señor —informó.

—¿A nombre de quién pongo la cita?—pregunté agitando el lapicero el cual no quería pintar.

—A nombre de Joaquín Estrada —anoté el nombre en la agenda.

—Ok.

—Gracias.

Le colgué al señor en eso mi jefe sale de su oficina

—Vamos —dice mirándome.

—¿A dónde? —cuestioné.

—Sigueme —me ordenó

Me levanté, agarré mi mochila y fui tras él. Llegamos hasta su auto y nos subimos.

—¿A donde vamos?— no me contestó nada, solo encendió el auto—. Me puedes decir ¿a donde me llevas? —insistí.

—¿Puedes dejar de hacer tantas preguntas? —dijo molesto.

—Dejaría de hacerlas si me dijeras a donde vamos  —él presionó un botón y todas las puertas se pusieron seguro— ¿Me dirás? —solo me mira por unos segundos y vuelve la mirada a la carretera.

¿Y si me mata y deja mi cuerpo tirado a mitad de la carretera?

Él no haría algo así, ¿verdad?

Creo que debo dejar de ver películas de terror, porque me están traumando. Condujo hasta una mansión, que digo mansión, eso era un monstruo, era enorme que daba miedo de solo verla.

—Bájate —dice saliendo del auto.

—¿A qué venimos? —abro la puerta y también salgo —No quiero entrar ahí.

—No te pregunté si querías —puntualizó.

—Me quedaré aquí afuera — informé, me crucé de brazos y me recargué en su auto.

Don't Leave Me / YoongiWhere stories live. Discover now