Don't Leave Me / Yoongi

Cap 3: No tengo dinero

(Editado)

—¿Qué? Eso no me lo dijeron, pero tú tampoco quieres verme todos los días, Puedes deshacer el contrato ¿verdad? —inquirí.

—No puedo hacer eso y si me disculpas tengo una junta muy importante —se aleja mientras habla.

—Espera, tienes que hacer algo para deshacer ese contrato —se da la vuelta y vuelve a donde yo estoy.

—No, no puedes cancelarlo antes de la fecha que indica, amenos que te lances por una ventana desde este piso, que viéndolo bien no estaría nada mal.

—Lo haría, de no ser porque me gusta vivir.

—Trabajarás para mí, tienes que respetarme porque quieras o no a partir de hoy soy tu jefe— dijo cambiando drásticamente el tema —. Y cómprate ropa decente, pareces pordiosera.

Iba a responderle pero se dió la vuelta y se fue.

No puedo creer que esto de verdad está pasando, hace unos días todo parecía marchar a la perfección, si hice algo malo en mi otra vida estoy segura de que lo estoy pagando, tengo el trabajo lo sé, debería estar feliz, tendría que ser una buena noticia pero ¿por qué él precisamente? habiendo tantas personas en Seúl; Me voy del lugar un poco decepcionada para ser sincera. Espero en la calle a que un taxista sea tan amable de detenerse.

Después de esperar una eternidad al fin consigo un taxi, tiene unas abolladuras en la parte delantera, espero llegar sana y salva, el chófer no se ve tan mala persona, tiene una barba blanca se asemeja un poco a la de Santa, llego a mi edificio le pago al señor y entro enseguida a mi edificio, llego hasta mi departamento, destapo una lata de frijoles, la meto en el microondas, y me lo como con una cuchara, entro a mi habitación para buscar que ropa llevaré mañana, espero que haya sido broma eso de que parezco pordiosera, que él tenga dinero para lucir ropa de marca es diferente, mañana llevaré unos vaqueros, una blusa negra manga corta y mis tenis blancos, no me importa que piense él de mí, no pienso cambiar por alguien que me cae mal; Me voy a la sala a ver la televisión.

[...]

Desperté, toda la habitación está iluminada por el sol, sigo en el sillón, me senté y agarré mi teléfono para mirar la hora, no puede ser ya son las 7:37 A.M. Creo que es más que obvio que me quedé dormida, me levanté rápidamente corrí hasta el baño, me di una ducha lo más rápido que pude, me lavé los dientes, me puse mi ropa, salí de mi cuarto agarré mi mochila y salí de mi departamento.

No tardo mucho en conseguir un taxi, odio los taxis todos tienen un aroma diferente, pero casi todos esos olores son asquerosos, me miro en el espejo que el taxi tiene enfrente y noto que estoy despeinada no me dio tiempo ni de pasarme el cepillo, con mis dedos empiezo a peinarme hasta que las ondas van cobrando forma, me lleva más de media hora llegar gracias al tráfico, entro casi corriendo al edificio, el señor que está en la entrada me llama hacia su escritorio cuando estaba a punto de subir al elevador.

—¿A donde vas?— pregunta.

—Voy a la oficina de la Vicepresidenta —imformé.

—¿Hiciste cita?

—No. —respondí.

—Entonces no puedes pasar —Indicó.

—Pero trabajo aquí.

—¿Y, donde está tu gafete?

—No me dieron.

—Sin gafete no pasas.

—Soy asistente personal del señor Min, ¿Puedes llamarlo y decirle que estoy aquí y que no me quieres dejar pasar?

—No puedo hacer eso y además el señor Min no a llegado.