Prologo

8K 272 6
                                    

La idiotez viene de familia. Mi padre. Mi madre. Mi hermano y mis dos sobrinos son las personas más idiotas que conozco y no lo digo por decir porque realmente es cierto, muchas personas conocen sus historias y no es necesario que gaste saliva en contarles que fue lo que les paso. Yo estoy en el camino de la idiotez también y todo por un hombre que jamás me miro como quise, pero es normal ¿no?

Desde que tengo uso de razón él siempre estuvo en mi vida, siempre fue él y siempre lo ame, incluso antes de saber que era el amor pero él siempre me vio por lo que era, una pequeña niña que solo lo perseguía como un perrito, pero no me culpen, él siempre fue hermoso y sobre todo caballeroso. Aunque aquel fatal accidente hizo que todo en él cambiara, que se convirtiera en alguien frio y una persona sin sonrisa, ya no es el chico bueno y risueño de siempre, ahora solo trabajaba para satisfacer a su padre y no es que mi tío se lo exigiera. Pero según él, su padre merece tener un hijo que sea responsable.

Jamás entendí porque lo hacía, luego de convivir algunos años más con él supe por qué, lo hacía para sentirse útil. Toda su vida se había enfocado en el básquet y luego de su accidente, que lo dejo con la rodilla hecha polvo no puedo volver a las canchas y por eso se enfocó en ser el mejor de su clase, trabajar para su padre y mi madre. Cuando me enteré que él no podría volver a las canchas llore, llore tanto que quede seca, sabía que él estaría igual o peor que yo por esto y cuando intente estar junto a él, me alejo de y me dijo que jamás vuelva a sentir lastima por él.

Desde ese día Ross no volvió hacer el mismo y odie aquel día, aun hoy lo odio. Por culpa de ese maldito accidente perdí a mi hermoso Ross, aquel chico dulce, caballeroso y detallista. Ahora es el vicepresidente de las empresas en Estados Unidos, mi madre sigue siendo la presidente en todas las empresa y yo soy una simple chica de veinte años que recién termino sus estudios.

Aun no me he presentado. Soy Annie Smith Montgomery y como ya dije, tengo veinte años, cuando termine la preparatoria decidí decirle a Ross que lo amaba y él simplemente se burló de mí, me dijo que pronto se terminaría mi capricho por él; pero lo que sentía no era capricho, era amor verdadero. Mi confesión fue un fiasco y me tuve que embriagar para poder tener el valor de hacerlo, por eso él tampoco me tomo muy enserio, cuando intente seducirlo me salió demasiado mal y Ross se burló de mí.

Siempre había soñado con que él fuera mi primer todo, pero no pudo ser, me sentí tan humillada que decidí ir a estudiar a Inglaterra, lo sé; fui una cobarde y hui, pero cualquiera haría lo mismo si el hombre que amas te vio humillada ante él, mis padres no me negaron ir hasta allí y lo agradecí, necesitaba poner distancia con él y jamás deje que ningún chico se acercara a mí y no podía seguir así. Puse distancia para olvidarme de esto que sentía por él, hace tres años que no nos vemos y no me quejo, la distancia me ayudo a darme cuenta que él no es el único hombre en el mundo.

Durante mi primer año de universidad conocí a Henrry, es un británico amable y caballeroso. Cuando lo conocí él estaba en su último año de universidad y pensé que lo que teníamos era pura diversión y no fue así, lo nuestro duro tres años. El jamás me apresuro para hacer nada y lo agradezco porque no me sentía lista para ese paso.

Ahora tengo veinte años y estoy por recibirme en diseño, además tome algunas clases en administración porque sé que tendré que hacerme cargo de la empresa de mamá y no lo hago por exigencia, sino porque quiero hacerlo, mi hermano por su parte es un gran abogado y el negocio de papá quedara en manos de Emma. Digamos que a mi sobrina le encanta las noticias y los chismes amarillistas, papá tiene una imprenta de diario y revista.

Emma está conmigo en la universidad, ella está en su penúltimo año ya que se tomó un año sabático y se retrasó un año, en realidad no se retrasó porque de igual manera está más avanzada que cualquier chica de su edad, sus hermanos por otra parte son otro caso, Magnar termina este año su carrera de abogacía y Matthew es un gran jugador de futbol. Todos alcanzamos nuestras metas y por suerte sin problema alguno, pero lo que no quiero es volver a casa y mucho menos volver a ver a Ross.

Henrry y yo llevamos tres años de relación, mamá y papá lo conocen y están felices por mí, además que tuve que insistirle mucho a papá para que lo conozca, también le dije a mi hermano pero el jamás acepto. No sé qué tiene mi hermano en contra que de que tenga novio, pero algún día tendrá que aceptarlo. Henrry es muy bueno y no quiero dejarlo pero no creo que lo nuestro funcione a la distancia, sé muy bien que él no vendrá conmigo a Los Ángeles y yo no me quedare aquí.

Solo espero que esta sea la mejor decisión que pueda tomar, aunque algo dentro de mí me dice que mi vida cambiara radicalmente en cuanto vuelva a casa.

Nunca Lo Imaginé ||Libro 3|| Trilogía Nunca ✔Where stories live. Discover now