— Taehyung, los jóvenes ya no compran flores por el día de San Valentín. — responde mi madre como si fuera obvio. Bueno, lo es. Tiene razón.

— Los que están realmente enamorados, si. — contesta esta vez mi padre y lo miro emocionado, creo que al fin está entendiendo mi idea.

— Yo sí compraría flores para mi novia. — afirmo.

— ¿Tú qué piensas, EunJae? — mi madre se dirige a papá por su nombre. Es extraño escucharlo de esta manera, normalmente suelen llamarse por sobrenombres melosos, pero ahora, me resulta fuera de lo normal. Creo que esto le brinda seriedad al asunto. Siento que somos parte de una sociedad secreta o algo así.

— Creo que nuestro hijo es un genio. — me mira con una sonrisa a lo que se la regreso. Ya no está de mal humor.

— Puedo hacerlo, puedo hacer algunos adornos por el resto de la tarde. — explico. — Pero no creo que pueda terminarlo solo.  — incito a que lo hagamos juntos.

— Perfecto, ¿Te parece si llamas a tu amigos, a...— recuerda sus nombres. —...Jimin y Jungkook? — mi padre me mira esperando haber dicho los nombres de la manera correcta.

Asiento sonriendo. No era lo que esperaba, pero estoy satisfecho.

— Puedo vender el auto. — mi padre se dirige ahora a mamá.

— ¡Ni lo pienses! — señaló mi madre entre dientes. — El auto no se va, se queda.

— Trataremos de hacernos cargo de esto. — intervengo refiriéndome a mis amigos y a mí.

— Eso no será suficiente, Tae. — dice mi padre.

— Pero será una buena ayuda por lo mientras. — repongo.

— Bien. — mi madre se levanta de la silla donde se encontraba. — Esto está resuelto hasta hoy. — sale de la recámara y nos deja a mí y a mi padre solos.

— ¿Empiezo desde ahora? — cuestiono.

— Yo diría.

Reí. — Como gustes, ¿no hay problema si los hago en mi departamento?

— ¿El que aún no conozco? — ríe también.

— Justamente ese.

— No importa donde lo hagas, tenemos que ayudar a tu madre, ¿de acuerdo? Esto es por ella.

— De acuerdo. — asiento una vez más y salgo de la oficina para dirigirme a mi recámara.

Estoy a punto de entrar y recuerdo que ahora la habitación está vacía. No recordaba mi estado actual, e incluso en esta situación no creí que dolería sentimentalmente tanto de esta manera. Opto por bajar a la sala de estar sentándome en el sofá que a diferencia del mío este si tiene una televisión al frente.

Tomo mi celular para llamar a Jimin y a Jungkook, comienzo a contarles sobre la cuestión que la florería está pasando y pedirles de su ayuda. Afortunadamente recibo su apoyo y quedamos en vernos en mi departamento a las cuatro de la tarde, sería yo quien llevara las flores al departamento. Para eso le pedí el auto prestado a mi padre a lo que accedió muy fácilmente a mi parecer.

Maldita sea, olvidé mi cita con Seol el día de mañana. Decido marcarle a ella también, mientras me golpeo mentalmente por haberlo olvidado.

— ¿Seol?

— ¡Tae, hola!

Me encanta escucharla tan contenta. Sonrío.

— ¿Crees poder venir a verme a las cuatro de la tarde?

Just Her | KTH Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ