Cerca de él

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Abro los ojos todavía somnoliento. El olor de las tortitas recién hechas llega hasta la habitación. Suspiro, sintiendo el otro lado de la cama frío, igual que los últimos cinco malditos años. Al principio dejaba que Rafael durmiese conmigo, pero mas tarde vi que no era bueno para él, si lo mantenía durmiendo conmigo era por no sufrir mas la ausencia de Alexander.

Salgo de la habitación todavía en mi pijama. Es domingo, el día favorito de Rafa. Por suerte, mi pequeño hijo tiene la habilidad de su otro padre para la cocina. -Huelen bien esas tortitas, campeón...¿me has hecho unas pocas? - Echo un vistazo a la cocina, asegurándome de que esté usando sus manoplas y todas las protecciones que le hago utilizar cada vez que toca los instrumentos de cocina. No me importa dejarlo cocinar, pues se que le gusta, pero siempre me asusta que pueda hacerse daño. 

Veo como señala un plato a su lado, una docena de tortitas amontonadas de forma desordenada unas sobre otras. Río levemente y beso su cabello revuelto. -Eres el mejor. -Me encargo de apagar el fuego y mover todos los objetos a la fregadera antes de moverlo de su taburete de cocina al de la isla, haciendole cosquillas por el camino. 

Pongo el plato lleno de tortitas en la isla y dos platos vacíos, así como los siropes, mermeladas y también chocolate. -No te pases con el sirope, Rafa. 

Desayunamos juntos, algo que también adoro de los domingos, poder desayunar tranquilos, sin ninguna prisa. Suelo intentar que comamos juntos siempre el desayuno y la cena, ya que normalmente Rafa come en el colegio y yo en el trabajo. Pero durante la semana es mas difícil no desayunar con prisas. 

-¿Papá? -Sacudo la cabeza, centrando mi mirada en el niño que me mira con el ceño fruncido. -Lo siento Rafa, ¿qué decías? -Su ceño se relaja y actitud se llena de nerviosismo. Rafa suele ser un chico tranquilo, decidido y muy maduro para su edad. Que esté nervioso solo me indica que lo que sea que esté en su mente, es importante. 

-Yo... ¿qué le gustaba hacer a papi? - parpadeo confuso, frunciendo el ceño un segundo. Rafa se ruboriza y desvía su mirada y eso me hace sentir peor. Siempre he intentado que Alexander esté presente en su vida, o por lo menos los recuerdos que tengo de él. Pero no puedo evitar entristecerme cada vez que lo recuerdo y Rafa, mi Rafa... él es tan bueno que desde muy pequeño dejó de preguntar, dejó de buscar, dejó de llamarlo. Él asumió la perdida mejor que yo. 

-¿Por qué preguntas eso, mi niño? - Me levanto de mi taburete, caminando hasta su lado de la isla, acariciando su hombro y su brazo, pegando su cuerpo al mío. - Es que... quiero saber si me gustaría algo que a él le gustase. Como... estar mas cerca de él, aunque no esté aquí con nosotros. Yo si lo quiero aunque él no nos quiera, papá. 

Sus dulce voz me rompe el corazón, la tristeza y la esperanza entrelazadas en sus palabras. Siento mi garganta cerrada cuando intento hablar, pero aún así hago un esfuerzo, por él. -Él te ama, Rafa. Esté donde esté, él lo hace. Nunca lo dudes. Tu eras su persona favorita en el mundo. -Beso su sien con cariño, pero reconsidero su petición, pensando. No es que Alexander pudiese tener mucha libertad cuando estuvo conmigo, siendo un esclavo los hobbies no eran algo común... eso ha cambiado. Desde que junto a Ragnor conseguimos liberar primero a Eric y mas tarde a Alexander, muchos mas esclavos han sido liberados. Sigue siendo una condición el tener los dos hijos antes de poder ser liberado, pero al menos es posible. 

Mi voz sale entrecortada cuando lo digo. -A él le gustaba el tiro con arco. - La mirada emocionada de Rafa me devuelve el aire, contagiandome con esa sonrisa tan sincera. -Encontraré un club para que puedas ir a probar, ¿te gustaría eso? 

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-¿Alexander?¡Estoy en casa!- Cierro la puerta tras de mi, mi abrigo colgando sobre mi brazo, la emoción casi escapando de mi cuerpo. No puedo esperar mas a contarselo. Ha costado mucho trabajo y mucho dinero, pero al fin lo he conseguido, su libertad. Sin tener que hacerle pasar por quirófano para extirpar su aparato reproductor. Aunque lo haría, si él quiere... Lo haría todo por él. 

I dreamed a dreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora