El secreto de Cooper

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Me separo de Blaine asustado pero ¿complacido? Veo el pánico en sus grandes ojos y sonrío levemente, negando con la cabeza. -Lo siento. Me ha sorprendido... - no es tampoco como si me hubiese molestado. Los labios de Blaine definitivamente no son como los del señor Lloyd, y aunque no estoy enamorado de él, podría decirse que el chico me gusta. No es tan atractivo como su hermano pero en cambio es mucho mas sensible, y me atrevería a decir que mucho mas afín a mi. Seguramente en circunstancias normales podría haber intentado salir con él... está claro que no es tan tímido como pensaba. O si.

-Yo... tengo que irme. Lo siento, Alec... -Sale por la puerta antes de que pueda replicar nada y me llevo la mano a los labios, aún sorprendido. Me doy cuenta entonces que todavía sostengo el violín y voy al armario del que lo ha sacado, guardandolo en su estuche lo mas pulcramente posible. 

Los siguientes días Blaine está un poco desaparecido y no le culpo. Supongo que, siendo lo que soy ahora, no debería haberme apartado.

La realidad es otra muy distinta, pero solo la conozco cuando soy llamado al despacho del señor Anderson. No es que esté mucho en la casa, pero cuando lo está siempre es agradable conmigo. Me ha contado mucho sobre su mujer, la madre de Cooper y Blaine, y como desea que sea para uno de ellos el mismo tipo de amor que tuvo él con su mujer. 

-Pasa, Alec. Por favor, sientate. - Se sienta en su lado de la mesa, siempre vestido de traje. 

Según tengo entendido, el señor Anderson es socio mayoritario de una multinacional. Cuando él se retire, será Cooper quien herede la mayor parte de esas acciones y por tanto pase a ocupar su puesto en la empresa. Se que el mayor de los hermanos trabaja duro para ocupar esa posición, pero no se hasta que punto su poca seriedad va a acompañarle en esa enmienda. 

-Supongo que has estado atento al calendario, mas que yo probablemente... - la verdad es que no, hasta que lo menciona y bajo la mirada al de sobremesa que tiene en el despacho- dentro de una semana hará tres meses que estás aquí. Sé que no ha habido nada entre ninguno de mis hijos y tu... por eso hemos llegado a la conclusión de que la mejor solución para que no revoquen tu compra es que pases a pertenecerle a Cooper. ¿Qué?

Debe ver la sorpresa en mi rostro porque enseguida pasa a explicarse -Cooper es el mayor, pronto entrará a trabajar en la empresa... y sinceramente, todavía veo a Blaine un poco joven para ser padre. Coop necesita un motivo para centrarse... un bebé puede ser ese motivo. Moveré a mi abogado para que haga el cambio de nombre efectivo antes de que se cumplan los tres meses... y si no te importa, deberías mudarte a la habitación de Coop. Ellos ya están informados de la situación. - La frustración que llevaba semanas sin sentir vuelve a mi en un momento. No tengo voz ni voto. Mis decisiones no importan. No soy dueño de mi destino.

Cuando quiero darme cuenta ya estoy en mi habitación, sin haber protestado, sin haber luchado, sin haber dicho 'NO'. Dudo si debería llevarme todas mis cosas de aquí a la habitación de Cooper. No es como si él tuviese doble armario, ¿cierto?

Dos golpes suaves en la puerta me distraen y alzo la vista, viendo allí al mayor de los Anderson, apoyando casi con elegancia en el marco de la puerta. -Supongo que papá ya te ha puesto al corriente... Te ayudaré con tus cosas. 

Entre ambos movemos la mayor parte de mi ropa a su armario, el cual, como el resto de su habitación, es bastante desastre. Mientras él se tira en la cama yo me dedico a ordenarlo un poco, al menos para que mi mitad se vea bien. Vuelvo a mi cuarto para recoger mi otra única pertenencia, aunque en realidad no sea mío. Es uno de los libros de la biblioteca, el que tengo a mitad de lectura. Lo dejo sobre la mesilla contraria al lado donde Cooper está tumbado y lo miro nervioso de pronto. 

-No tienes por qué quedarte ahí mirando, ¿sabes? Puedes seguir actuando como siempre, Alec... ve a ejercitarte o algo. - No lo dudo un segundo y salgo por patas de la habitación. No lo puedo negar, me asusta la idea de compartir cama con Cooper. Se que ahora que la sentencia está ejecutada voy a tener que acostarme con él, cargar a sus hijos... y realmente, si al menos se me hubiese preguntado...¿para qué negarlo? No habría sabido escoger. No quiero tener un hijo, ni de Cooper, ni de Blaine, ni de nadie. 

Salgo al jardín con el carcaj a mi espalda y el arco firmemente sujeto en mi mano, apuntando con serenidad la primera flecha, pero disparando con rabia todas las demás. No necesito acercarme para ver que la puntería no ha sido la mejor, pero al menos todas han ido a parar a la diana y yo me siento algo mas relajado. Me dejo caer sobre el césped, tumbándome sobre mi espalda y cerrando los ojos. Podría morir. Podría morir ahora y todo esto acabaría ya. 

Pero no muero. Si hay un dios ahí arriba no se apiada de mi, pues en cuanto anochece y todo el mundo se retira a sus habitaciones, yo me veo obligado a hacer lo mismo, encontrándome a Cooper ya metido en la cama, observándome mientras me cambio. He aprendido a que la desnudez no me incomode como lo hacía antes. En el centro de reproducción me veía obligado a desnudarme para controles varias veces a la semana. Pero la mirada de aquellos hombres era meramente clínica y profesional. La de Cooper es... diferente. Y puedo notarla fija en mi.

Me pongo el pijama con rapidez y entro en la cama, quedándome de lado hacia él, sus ojos azules brillando con la luz de la luna entrando por la ventana. -Por un instante creí que elegirías a Blaine... sois tan parecidos... -Siento su brazo alrededor de mi cintura mientras su cuerpo se pega al mío, percatándome en ese momento de que está completamente desnudo. - No voy a mentir, Alec... No estoy enamorado de ti, y no confío en que tu llegues a estarlo nunca de mi... pero te aprecio y confío en que podamos llevar bien esto..con discreción. 

Noto el pánico invadiendo mi sistema mientras mi mente solo grita una y otra vez que salga de esa cama, que salga de esa casa y eche a correr todo lo que den mis piernas. Que desaparezca del mapa, corra a Canadá o a México, me haga otra identidad y no exista para el mundo. 

-Alec... yo no soy tan idiota como mi padre. Ni tan iluso. No voy a esperar que en tres meses vengas corriendo a mis brazos y me pidas que te folle. Se que eso no va a pasar. Así que vamos a quitarnos ese peso de encima, ¿si? Esta noche. -Puedo notarlo, su miembro erecto presionando mi cadera casi con tanta firmeza que incluso duele un poco. 

Sus manos van a la cintura de mi camiseta, alzandola un palmo mientras yo me siento bloqueado. Quizá sea mejor si simplemente me dejo hacer. Cooper, Blaine y el señor Anderson son buenas personas. Son mejores que el señor Lloyd. Son mejores que una granja de reproducción. ¿Y qué tan malo puede ser? Solo tengo que cerrar los ojos y dejar de ser un niño iluso que sueña con un amor de novela.

Cooper se encarga de deshacerse de mi ropa y pronto su erección está frotandose duro contra mi cuerpo. No puedo controlar las hormonas que inyectaron en mi cuerpo, que provocan también una erección en mi. Todo mi cuerpo se siente excitado, aunque mi mente y mi corazón no lo hagan. Listo para buscar la reproducción, adaptado para buscar el placer, la satisfacción. Maldita modificación genética.

Abro los ojos sorprendido cuando noto otra clase de dureza contra mi miembro. Algo frío y viscoso roza la punta y entonces me doy cuenta. Cooper se ha dado la vuelta y mi miembro está rozando sus nalgas. ¿Pero qué...?

-Vamos Alec... se que tu también me deseas. Solo es sexo, tienes que ser usado... y yo estoy dispuesto para ti. Oh joder, eres tan caliente... - Aún confuso, siento como sus movimientos logran su cometido y, ayudado de su mano, la punta de mi pene entra en su apretado trasero, arrancando un gemido desde lo mas hondo de mi garganta. Siento el molesto lubricante por toda la zona, pero con toda esa presión en mi miembro mi cabeza y mi corazón dejan de importar y solo me dejo llevar por el instinto, agarrando sus caderas con ambas manos y embistiendo con fuerza hasta mi liberación.

I dreamed a dreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora