El comienzo del fin

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—Harry…— dijo y se quedó callada un momento, su mano quedó suspendida sobre el papel y aunque luchó con todas sus fuerzas para no decir lo que se moría por salir de sus labios no pudo resistirse. Y es que él parecía tan sereno y dispuesto.…que creyó que las cosas resultarían bien.— El otro día estaba en la biblioteca.

—Algo extraño en ti.

—Oh cállate— le reprochó sonriendo— Pero... estuve investigando sobre el libro, sobre algún príncipe mestizo y aunque no encontré nada creo que eso puede indicar la peligrosidad del asunto por qué...

—No sigas por ese camino— suplicó Harry apretando los dientes.—No sigas con eso de que esta maldito o que no debo usarlo, porque está ayudándome mucho más que…

—Pero Harry sólo quiero ayudarte y…

—Entonces ayúdame a saber que trama Malfoy— gruñó y deshizo su postura cómoda para ponerse tenso. —Puedes ayudarme con eso. Y sería mucho más útil. 

—Ya sabes lo que pienso sobre eso— tajó Hermione poniéndose incómoda.  Todo estaba yendo por el mismo camino que quería evitar desde un comienzo.

—Y ya sabes lo que yo pienso sobre el libro y si no hay más que decir…

Hermione quiso tomarlo de la mano y retenerlo sólo para no dejarlo marchar molesto con ella, aunque fuera lo suficientemente educado para no hacérselo notar tan groseramente como Ron, pero de todas formas la aplastaba y consumía pensar que había arruinado otra vez las cosas con sus buenas intenciones de ayudarlo.

—Podría intentarlo— musitó en un intento por negociar, pero Harry ya no la miraba. Su mano, que lentamente se había acercado a la de él se vio rápidamente desplazada cuando se levantó y toda la expresión en su rostro fue reemplazada por otra mucho más alegre.

—¿Vas para el campo?

Hermione se dio la vuelta y deseó no haberlo hecho, Ginny bajaba por las escaleras de los dormitorios, muy guapa como siempre, con una alta coleta y su uniforme de Quidditch quedándole a la perfección. 

—Creí que ya estarías allá — comentó ella al llegar hacía ellos. Le sonrió amistosamente a Hermione y se concentró en Harry con la sonrisa más radiante y blanca que nunca.

—Estoy hablando con Hermione...— explicó Harry mirando otra vez a la castaña con atención.

—En realidad no importa— arguyó Hermione sin mirarlo, de hacerlo no se creía capaz de poder esconder cómo se sentía—De todos modos…podemos hablar después.

—¿Quieres que vayamos juntos?— sugirió Ginny con toda la naturalidad y confianza que Hermione ahora se arrepentía de haberle aconsejado.
La misma que ahora le devolvía el golpe con fuerza por sus tontas acciones del pasado.

Porque ahí estaba ella, sentada en medio de los dos, que parecían no poder dejar de mirarse, con el corazón en la garganta y las lágrimas agolpándose en sus ojos al verlo tan radiante y asintiendo como corderito enamorado.

Y no tuvo más remedio que verlos irse, saliendo juntos por el hueco del retrato  uno al lado del otro como si ese fuera su lugar en el mundo. Juntos. Donde ella no encajaba.

Cuando esperaba recuperar las esperanzas de ser vista como algo más a sus ojos sucedían cosas así.

Porque Hermione Granger no es estúpida y como sabía tantas otras cosas ahora se daba cuenta de la manera en que Harry veía a Ginny desde comienzos de año, no supo porque la comenzó a ver así como deseaba que la viera a ella, ni porque parecía tan encantado con su presencia tan de repente.

Harry Y Hermione (one shots) Where stories live. Discover now