Promesa

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Frío, el frío era parte de todo ahora, del bosque, de ella misma, se introducía entre las diminutas ranuras de la desvencijada tienda que de unos meses hacia acá era lo único a lo que podía llamar hogar, al final, el frío no representaba más que su ánimo actual. Por mucho que el amanecer se asomara por el horizonte no podía sentir nada más que el crudo y desolador sentimiento de estarse derrumbando con cada día que pasaba, cada uno igual al anterior, llevándose consigo cualquier esperanza que antes tan fervientemente atesoraba.

Se levantó con los músculos entumidos por el frío, sacudió la nieve de su ropa ahora raída  y avanzó con pasos cansados y mecánicos hasta la tienda, para ella no había diferencia entre estar adentro o afuera, la sensación era la misma.

Ahí, justo al fondo, en esa cama deshecha estaba él, con los cabellos negros revueltos como siempre, no hubo necesidad de despertarlo, probablemente ni siquiera había dormido en toda la noche. Cuándo lo miró moverse solo confirmó su teoría, de modo que si no apartaba la mirada en poco tiempo él podría darse cuenta que lo estaba viendo y no podía permitirse aquello.

Siguió caminando, deteniéndose solo  hasta que se que encontró algunos sartenes, tazas y demás, la comida se les estaba acabando y tendría que improvisar, lo que seguramente terminaría siendo la comida más insípida que podría haber probado, pero mantenerse ocupada ayudaba de igual manera. Sólo cuando hubo terminando se dió la vuelta esperando tontamente verlo sentado detrás suyo,  él no estaba ahí.
Siempre evitándose.
Hace mucho que no hablaban como antes, sólo monosílabos y palabras necesarias, ni siquiera se atrevían a mirarse por más de el tiempo estrictamente necesario. 
Ella sospechaba que, agregando el peso de que su varita estaba rota se había molestado más aún con ella, fue una tonta por no darse cuenta antes, debió de haberlo presionado para marcharse cuanto antes de ese lugar, todo había sido una trampa y él casi muere por culpa de Nagini. Debía haber aprendido antes, en el departamento de misterios hace tan solo unos años atrás estaba la muestra clara de su debilidad, al final siempre cedía ante cualquier cosa que él propusiera, así supiera el peligro que eso implicará.
Pensar en eso le hacía doler el pecho, una opresión que no se iba desde hace mucho, no era posible temor a salir herida, ni siquiera cuando se hubo enfrentado a la muerte se arrepintió, ni lo haría, pero dolía no poder hacer más. La vida de Harry estaba en riesgo y ¿a quién tenía como ayuda? A una tonta bruja que estaba rota y hecha añicos desde dentro. ¿Donde estaba la inteligente y sabelotodo?
Ya ni siquiera llorar la liberaba de aquel peso, se había odiado tantas veces por ser débil cuando más la necesitaba que el simple hecho de llorar le causaba rabia. Había empezado a entender que Ron no volvería y en todo caso, no lo culpaba por no hacerlo, si sentía que nada lo ataba ahí podía irse y no volver más. No debía llorarle más, lo sabía, pero era tan difícil pensar que los había dejado sin dudarlo mucho apenas tuvo la oportunidad. Así fuera culpa del guardapelo o simplemente de los miedos que Ron guardaba con recelo, eran al final lo que alguna parte de él sentía verdaderamente.

Tomó el último trozo de pan que les quedaba algo duro y seco pero aún comestible y lo colocó junto a la taza de té que emanaba un cálido humo espeso, dejó ambos sobre la pequeña mesa y esperó.
Quería que él entrará, pero después de varios minutos más decidió salir en su búsqueda, tenía que comer, no podia permitirse dejarlo morir de hambre, es lo mínimo que podía hacer, lo único que aún la hacía sentir útil.
Cuando salió tuvo que tapar con una mano su rostro hasta que se hubo acostumbrado a la luz del sol, tan brillante y luminosa, sin proporcionarle ningún calor aún así, no parecía haber señales de Harry en ningún lado.
Un pánico la comenzó a invadir apenas pensarlo Y si se había marchado? Por muy estúpido que sonará la aterraba la idea de quedarse sola, después de que Ron los abandonara podía espera cualquier cosa, aunque se repitió que Harry nunca le haría aquello.
Con la mente dividida, tuvo que sostener de un tronco cercana para regular su respiración, la sensación de abandono iba aminarondo con cada bocanada de aire y ella se esforzaría por qué no terminará consumiendola.

Harry Y Hermione (one shots) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora