Mi Sexy Profesor || YoonMin +18 !

61.

Narra Jimin:

*Llamada entrante: Hoseok*

Me pilló desprevenida su llamada, dudé por unos segundos en contestar, apenas habíamos sido cercanos ni mucho menos. En principio dejaría el teléfono sonar al recordar el conflicto de Taehyung y Jungkook con él, pero una vocecilla interna me impulsó a contestar.

-¿Sí? - Dije algo incómodo.

-Hola Jimin, soy Hoseok.- Pronunció en lo bajo, con poca confianza. No me extraña, somos personas que hemos pasado la una de la otra desde siempre, esto era nuevo completamente.

-Ya, ya sé quién eres. -Reí falsamente. -¿Ocurre algo?- Cuestioné curioso.

-Esto...quisiera pedirte un favor, si no es mucha molestia.- He de admitir que aquello me dejó un tanto confuso. No tenía sentido que me llamara a mí para pedirme un favor.

-Claro, ¿de qué se tarta? - Intenté ser amable.

-Necesito que transmitas un mensaje a Taehyung. - Aclaró. Debería dejar que se explique.

-Es de mis mejores amigos, sé que pelearon, todo será depende de lo que me digas. - Defendí al recordar.

-Lo entiendo, tranquilo. Te lo preguntaba ya que después de salir de allí no he tenido oportunidad de hablar con Taehyung...

-Espera espera espera.- Interrumpí al perderme por completo. - ¿"Allí" dónde? - Pregunté.

-¿No te lo ha dicho?

-¿Decirme el qué?- Este niño tiene que ser un poco más claro.

Fue ahí cuando me explicó todo sobre el psiquiatra, desde cuando entraron hasta cuando escaparon. Me suena que mencionó a una chica, una prostituta, se llamaba Seulgui creo recordar, ahora vivía en un apartamento que la familia de Hoseok apenas usaba e iba a visitarla muy a menudo.

-Si la última vez que supiste de él fue al salir del psiquiatra de su tía, supongo que no sabrás que está en el hospital al ser golpeado por un coche más tarde ese mismo día.- Añadí. Fue mucha la información que me dio, pero ahora obtuvimos algo más de confianza en el proceso.

-¡No tenía ni idea! ¡¿él está bien?! - Se alteró nada más terminar mi frase.

-Más o menos. Estuvo en coma, despertó horas después y sólo quedó con una pierna rota.- Confesé.

-Menos mal... Ojalá pudiera ir a visitarlo.- Dijo y me sorprendí.

-¿Y por qué no vas? Después de lo que me has contado, ya no tienen tan mala relación. - Lo incité.

-No creo que sea una buena idea, aunque tengo una noticia que seguro le gustará...- Se percibía su nerviosismo al otro lado de la línea.

-¿Es esa noticia la que quieres transmitirle? -Analizé.

-Esa misma.-Señaló.

-Pues no la transmitiré.-Me negué.

-¡¿Qué?! Pero si aún no sabes de qué se tarta.-Reclamó.