Romance al estilo Marvin Gaye

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-Te doy por ganada la apuesta.-Dijo Emma entrando a mi habitación, con mi camiseta sobre su cuerpo desnudo, y dos platos con comida.

Sonreí al ver que se trataba de emparedados.

Luego del té, y dado que afuera seguía lloviendo, habíamos subido a mi habitación y nos habíamos duchado juntos, largo y tendido.

Después de lo que había hecho con ella en la ducha, no me quedaban muchas más energías para moverme, así que se ocupó de bajar a preparar la cena y subirla a mi habitación. La luz aún no había vuelto, por lo que había encendido unas velas que ahora estaban en todo el piso de mi cuarto.

-Yo gano.-Dije con entusiasmo sentándome en la cama.

A decir verdad, no había subido el colchón al armazón. Dormir en el piso era fresco en verano. Y no me molestaba. Además, era más silencioso cuando Emma y yo estábamos juntos.

Ella se había recogido el cabello en su rodete apenas salir de la ducha, pero su cabello ya estaba seco.

Sonreí al verla tan arreglada y se sentó a mi lado, tendiéndome un emparedado.

Lo devoré con ansiedad. Mi cuerpo necesitaba reponer energías después de lo sucedido.

Emma comió en silencio y se dejó caer de espaldas sobre la cama, cerrando los ojos.

Sonreí y le acaricié una rodilla.

-Mamá siempre dice que fui concebido en el jardín.-Comenté entre risas.-Mientras llovía.

Ella sonrió.

-Vaya. Suena romántico.

Sus ojos encontraron a los míos y me acarició el cabello, sentándose un poco.

-Mi padre es un romántico.-Dije.-A mamá la vuelve loca a veces, pero nunca pudo hallar a alguien como él.

Emma me miró con interés.

-¿De verdad?

-Oh, sí. Yo he heredado su romanticismo.-Añadí poniéndome de pie y dándomelas de genio.

Ella rió.

-Ni siquiera tú te has creído eso.

Sonreí.

Le di la espada buscando en un rincón de mi habitación una caja con CDs. Tomé uno muy viejo y soplé sobre un antiguo equipo de música. Era a batería, así que técnicamente debería funcionar sin luz eléctrica.

-Mi nombre casi fue Marvin.-Dije.-En honor a Marvin Gaye, que murió cuatro años antes de que yo naciera.-Acomodé el CD dentro del reproductor y comencé a buscar el botón de play.-Mamá dice que papá le puso esta canción cuando le pidió que se casara con él, y en la boda, y cuando mis hermanos y yo fuimos concebidos.

Me acomodé unos shorts sueltos, la única prenda que llevaba, y reproduje la canción. "Let's get it on".

Me acerqué a Emma y le tendí una mano.

-¿Bailas?

Ella sonrió y aceptó mi mano.

La pegué a mi cuerpo, rodeando su cintura con uno de mis brazos y sujetando su mano con mi mano libre.

Comencé a moverme suavemente, pegando mi boca a su oreja, mientras ella apoyaba su barbilla en mi hombro con un suspiro.

-Te ves hermosa.-Susurré acariciando su espalda, sabiendo que estaba totalmente desnuda debajo de aquella prenda.

Me acarició la espalda por toda respuesta, sonrojándose un poco.

-¿Qué hizo cambiar a tus padres de parecer respecto a tu nombre?

Sonreí.

-Mis abuelos. Mi abuelo dijo que desheredaría a mamá si el bebé no tenía al menos uno de sus nombres. Así que ahora tengo los dos.

-¿Tu abuelo se llamaba Rupert?

-No. Lloyd Alexander.-Murmuré.-Ese es mi nombre completo. Rupert Alexander Lloyd Grint. Adelante, puedes reír de mí por tener tres nombres.

Emma soltó una carcajada.

-Yo también tengo tres.

-No bromees.

-Es cierto. Emma Charlotte Duerre Watson.

Sonreí y lentamente la hice girar. Ella pegó su espalda a mi pecho y besé su cuello. Tiré suavemente del broche que ataba su cabello y lo dejé caer, observando sus ondas castañas acariciar cuidadosamente sus hombros.

Emma rió sin dejar de bailar.

-Tienes algo con mi cabello.

Tomé su rostro con suavidad.

-Es que te ves preciosa.

Se sonrojó y apoyó otra vez su barbilla en mi hombro.

-Me gusta esta canción.-Susurró.-Lenta, suave. Romántica.

-Te dije que heredé el romanticismo de papá.

Emma sonrió y volvió a dar una vuelta. Cuando me enfrentó otra vez, bajé mi boca hacia la suya y la atrapé con decisión.

Ella sonrió, pero me correspondió con más calma, moviéndose al ritmo de la canción.

Movió su cadera contra la mía y tiró suavemente de mi pantalón para desnudarme.

Le sonreí y acaricié sus piernas descubiertas, subiendo la tela de mi camiseta por sus muslos, hasta sujetar unos segundos su trasero y luego quitársela del todo.

-Marvin Gaye es ideal para hacer el amor.-Murmuró dejándose caer en el colchón, abriendo sus piernas.

Miré sus ojos castaños y tuve que recordarme que debía respirar para no morir.

La besé, enloquecido por todas las sensaciones que ella despertaba en mi interior, y gemí cuando me correspondió con la misma pasión, mientras la canción acababa y comenzaba otra.

Tiré de su cintura para pegarla a mí todo lo que fuera posible sin dejar de besarla.

Envolvió sus piernas alrededor de mi cadera y la penetré con lentitud, deseando sentirme parte de ella, de su cuerpo, de su corazón, de su respiración acelerada...

-Joder.-Solté al notar lo húmeda que estaba.

Sonrió mientras arqueaba su columna y me besó la oreja con lentitud.

-Te quiero.-Jadeó con pasión.-Te quiero, Rupert.

Aquello fue todo lo que me hizo falta para sentir que mi corazón iba a estallar.

-Te quiero, Emma.-Solté estirando mi brazo para tomar una vela y dejarla cerca nuestro, por dos motivos.

El primero, quería apreciar sus expresiones mientras estábamos juntos. Y el segundo, estaba decidido a hacerle apasionadamente el amor hasta que la vela se consumiera.

La señorita Watson [Grintson]Where stories live. Discover now