Una Banshee en Nueva Orleans. | » Klaus Mikaelson.

Capítulo cuatro: Lo menos que podía hacer.

  —Yo podría ayudar, en lo que sea que estén haciendo no se yo de alguna forma tal vez pueda ver donde esta— Lydia se acerco y le tendió una de sus manos.

  — ¿Que crees que haces?— Klaus le pregunto con algo de preocupación.

—Hey, supongo que no voy a morir y ademas si es para salvar a esos niños haría lo que fuera.

  —Te debilitaría bastante— le respondió Vincent.

Freya miro a Vincent quien no estaba convencido si hacer el hechizo con ella, pero la rubia no espero a que el tomara una decisión y tomo la mano de la pelirroja para cortarla, Lydia jadeo por el dolor mientras su sangre caía encima de un mapa de Nueva Orleans. Freya empezó a decir algo en latín lo que hizo que Lydia se le nublara la visión.

Miro a su alrededor el lugar que estaba viendo parecía un bosque y tenia huesos colgando en algunas ramas y ahí vio a los cuatro niños acostados en el suelo rodeados por algún polvo blanco, de repente algo azul nublo su visión haciendo que soltara a Freya bruscamente y cayera al suelo, Klaus se adelanto y la sostuvo antes de que pudiera caer.

  — Los vi están en un bosque con huesos colgando de algunos arboles están encerrados en un circulo blanco— Lydia expreso con el poco aliento que podía sacar.

  —¿Marcel podrías...

  — Descuida.— Marcel interrumpió a Klaus vayan a buscarlos yo me quedare con Lydia.

Klaus observo a Lydia quien cerro los ojos debido a toda la energía que había perdido, se levanto del suelo e inmediatamente Marcel la levanto para llevarla a una de las habitaciones a descansar.

Lydia se movió en la cama tratando de abrir los ojos, levanto una de sus manos pero gimió de dolor al tratar de cerrarla. Abrió los ojos por completo y observo a Klaus sentado en uno de los sillones observándola esta al darse cuenta se sonrojo.

  —Despertaste al fin— Klaus se levanta y se sienta en una esquina de la cama.

Lydia aun aturdida trata de sentarse en la cama y lo logra con un poco de torpeza.—Si, no pensé que me debilitaría tanto. ¿Los encontraron? ¿Pudieron salvar a Hope?

  —Si, gracias por eso— Klaus levanta un poco la comisuras de los labios.

—No tienes que, me alegro escuchar que pudieron llegar a tiempo— Lydia mueve su mano pero vuelve a gemir de dolor.

  Klaus observa su herida en la mano debido al hechizo de Freya.—Si quieres te puedo ayudar a curar eso.

—¿Como?— Lydia frunce el ceño.

—Veras la sangre de vampiro te ayuda a curarte de heridas así y hasta de morir en algunos casos, podría ayudarte a curarla ahora mismo.

  —Supongo que es lo menos que podrías hacer por ayudarte a encontrar tu hija.

Ambos ríen antes el comentario de la pelirroja. Klaus se levanta y se sienta detrás de ella a lo que la pelirroja siente como un escalofrió y un sentimiento extraño recorre su cuerpo, el híbrido muerde una de sus muñecas para ponerla frente a la boca de Lydia, esta antes la acción bebe un poco de la sangre de Klaus.

Lydia tose un poco.—Sabe horrible.—la pelirroja observa como la herida se cierra y queda sorprendida.

Klaus sonríe antes el cambio de expresión notorio de Lydia.

  — Gracias— Lydia se voltea un poco sin darse cuenta que su cara quedo a unos cuantos centímetros de la del híbrido.

Klaus no se inmuto en moverse, la pelirroja mucho menos. Lydia se sintió extraña y volvió a sentir un escalofrió recorrer su cuerpo mientra que en lo único que pensaba era en como seria besar los labios del híbrido.

Klaus por otro lado no sabia como sentirse ni siquiera tenia conocimiento de porque no hacia algo para moverse, pero de momento reacciono y vio lo que iba a pasar así que subió un poco mas la cabeza y beso su frente.

  —Es lo menos que podía hacer, amor.

Lydia sintió su cuerpo temblar al escucharlo decir eso y vio como se levanto de la cama para salir por la puerta. Y allí se quedo la pelirroja paralizada pensando en ese corto momento que acababa de pasar y en como de repente el beso su frente.

  —Tal vez no seas tan malo a pesar de todo. — susurro para si misma.

Pero lo que no sabia era que el híbrido le estaba prestando atención del otro lado de la habitación, lo cual al escucharla decir eso hizo que sonriera un poco y se dirigió a buscar un lienzo y algunas pinturas para dibujar algo que tenia en su mente.

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