Una Banshee en Nueva Orleans. | » Klaus Mikaelson.

Capítulo cuatro: Lo menos que podía hacer.

  —No me iré de Nueva Orleans es mi ultima palabra.

Lydia llevaba discutiendo dos minutos que no dejaría Nueva Orleans desde que había aceptado ayudarlo con su hija.

  —Bien— Klaus suspira.—no me dejas opción.

La pelirroja frunció el ceño sin saber que el iba a hacer, sintió los fuertes brazos de Klaus sostener los de ella por un momento pensó que la llevaría a la fuerza pero después sucedió otra cosa.

—Iras conmigo a proteger a mi hija tal y como aceptaste sin importar que tengas que dejar Nueva Orleans— Klaus trataba de usar la compulsión con ella.

Por un momento pensó que había funcionado pues Lydia no había reaccionado pero después movió su cabeza a los lados.

  —Le agradezco a Marcel por advertirme sobre beber verbena— Lydia soltó el agarre de Klaus bruscamente— Por un momento pensé me llevarías a la fuerza después me di cuenta que si pero de una manera diferente creo que eres tal y como Marcel te describió, ahora mismo me arrepiento de querer ayudarte.

Lydia da media vuelta y se dirige a abrir la puerta del piloto del carro pero Klaus la detiene.

  —Lydia, es solo una niña y no puede acercarse a Nueva Orleans se pondrá en peligro.

Klaus frunció el ceño pensando que Lydia lo estaba ignorando pero ella solo se quedo mirando a la nada para luego dar un gran grito que aturdió los oídos del original y las aves que estaban en los arboles mas cercanos salieron volando.

  —Creo que ya lo esta— Klaus la miro preocupado y se acero a ella— necesitas encontrarla rápido a ella y a los demás niños.

Klaus la tomo de los hombros y le dio media vuelta—¿Donde esta?

  —No estoy segura— Lydia se asusto antes la reacción del híbrido.

—¿Donde esta?— volvió a preguntar pero esta vez con un tono mas fuerte.

  —No estoy segura—repitió— creo que mientras estábamos aquí pudo haber llegado a Nueva Orleans.

  —¿Pero como?— Klaus la soltó de repente— estamos en las afueras debimos haberlo visto.

Lydia ve como el semblante de Klaus cambia a uno preocupado y asustado al mismo tiempo, toma su teléfono para llamar a Hayley y avisarle sobre la niña. Al cerrar Klaus tomo a Lydia del brazo y le dijo que lo llevara de nuevo a Nueva Orleans, en el camino la banshee no se inmuto en decir una palabra solo lo miraba de reojo a veces ella se molestaba porque el le decía que si no podía ir mas rápido, Lydia solo rodaba los ojos cuando el le volvía hacer la misma pregunta.

Al llegar a la casa de los Mikaelson, la pelirroja pudo observar como Vincent se encontraba haciendo un hechizo del cual no tenia ni idea. Marcel al notarla llegar se acerco a ella.

  —¿Que haces aquí Lydia?

Lydia le señala a Klaus, este ya se encontraba al lado de Vincent viéndolo haciendo su hechizo y gruñendo cada vez que veía que no funcionaban.

  —Te dije que te alejaras de ellos, especialmente de Klaus— Marcel la miro en forma de reproche.

De alguna forma para Marcel, Lydia le recordaba a Davina y el solo quería protegerla del caos de los Mikaelson.

  —Estoy bien se defenderme sola, gracias.— Lydia le sonríe y Marcel le devuelve el gesto.

Son interrumpidos por los demás Mikaelson que no tardaron mucho en llegar, eran menos que la ultima vez que los vio esta vez solo estaban Elijah, Freya y Hayley. Los mencionados se acercaron a Klaus mientras Freya se acerco a Vincent para ayudarlo con el hechizo, seguía sin funcionar y a la pelirroja se le ocurrió una idea.