Una Banshee en Nueva Orleans. | » Klaus Mikaelson.

Capítulo dos: Los Mikaelson.

Lydia quedo sorprendida al ver que volvió a tener esos sueños, pero no sabia porque estaba teniendo ese sueño, no lo conocía y quería evitar que fuera algo sobrenatural.

— Así que tu eres la artista detrás de los dibujos híbridos.

— Y tu eres la persona que dibujo, ¿Por qué lo hago? ¿Que quieres de mi? La ultima vez que tuve un sueño así fui obligada a revivir a un hombre lobo.

— Necesito tu ayuda— Klaus se acerco rápidamente a ella y la tomo fuertemente del brazo.

— Suéltame, me lastimas— Lydia se zafo del agarre y se alejo de el.

— Solo busca a Hayley Marshall, necesito su ayuda, búscala.

La cara de Klaus iba cambiando asustando a Lydia cada vez mas haciendo que pegara su cuerpo a la pared, vio su rostro convertirse en lobo, luego en una especie que había visto pero no sabia que existía. Vampiros. Luego fue como en su dibujo sus ojos eran como los de un hombre lobo pero sus colmillos eran mucho mas que eso.

— ¡Solo búscala!— le grito haciendo que se estremeciera de dolor en la pared donde se sostenía.

Lydia no hizo mas que gritar en el sueño, y cuando despertó fue lo mismo, grito hasta que no pudo mas sus presentimientos de que algo malo iba a ocurrir eran mas fuertes lo sentía como si le fueran a pasar a ella.

De repente sintió la necesidad de levantarse y investigar sobre el misterioso hombre con el que había soñado y saber quien era esa tal Hayley Marshall, no sabia por donde empezar no sabia si esa persona era conocida en todo Nueva Orleans. Pero creía saber donde encontrar esas respuestas.

Se levanto de su cama y reviso su teléfono, vio la hora se sorprendió había amanecido rápido eran las ocho de la mañana, volteo su cara hacia la gran ventana y tuvo que cerrar los ojos de inmediato los rayos del sol le molestaban.

Tengo que comprar esas cortinas, pensó. Pero primero tenia cosas que hacer, como investigar quien era Hayley y quien era el.

Arreglo su cama y se dirigió a bañarse luego cepillar sus dientes. Se acomodo su ropa para luego peinar su cabello. Se dirigió al bar Rosseau's, pensó que tal vez ahí podría encontrar información otra vez con el mismo tipo que la mando a perseguir.

Entro al lugar y tomo asiento en el mismo lugar que se sentó ayer, esta vez si ordeno algo y espero a que alguien se acercara a ella. Espero y espero pero nadie fue a decirle algo, así que levanto su vista y la observo mirándola fijamente donde estaba eso le dio un escalofrío extraño en su cuerpo, decidió levantarse de la mesa y acercarse hacia ella por alguna razón la chica seguía igual.

Lydia tomo asiento. La observo detenidamente era una chica morena, con grandes ojos de color marrón y su cabello tenia ondas no tan definidas que llegaban mas abajo de los hombros.

—¿Podrías parar de analizarme?

—Disculpa, pero tu eres la que no ha parado de mirarme querida.— Lydia ladeo su cabeza.

—Como sea, hola soy Isabel, ¿tu eres?

Lydia dio un suspiro.—¿Conoces a Hayley Marshall?

Notó como Isabel arrugaba su frente ante esa pregunta y notó como sus ojos exclamaban sorpresa ante tal pregunta, por supuesto que sabe sobre ella, quien no la conoce en el Barrio Francés, pero ella no le daría las respuestas tan fácil no sin saber quien era.

—Pregunte tu nombre y no respondiste, creo que deberías saber que no te diré nada— Isabel tomo el poco de Bourbon que quedaba en su vaso y lo dejo a un lado.