{capítulo cuarenta}

4.9K 100 17
                                    

{capítulo cuarenta}

No había dado más de tres lentos y débiles pasos dentro de la casa de Justin cuando Graham se estrelló contra mí y me abrazó más fuerte que nunca, sacándome el aire y levantándome del suelo por unos segundos. Todos nos rodearon inmediatamente, hablando en voz alta, preguntado cosas, acosándonos, mirando mal a Marco. Mierda, nunca me había sentido tan importante antes.

-Estaba tan, tan asustado -murmuró, y me aplastó una vez más antes de soltarme, sólo para ser aplastada de nuevo por Pattie. Era pequeña, pero tenía una manera muy fuerte y reconfortante de abrazar, a pesar de su vientre creciente. Supongo que era porque tenía demasiada gente grande para abrazar.

-¿Estás bien, linda? ¿Qué les pasó? Oh, _____, nos estábamos muriendo de la preocupación. Lo sentimos tanto, tanto. Perdónanos.

Quería gritar algo como "no, no estoy bien. Maté a dos hombres hoy, estoy cansada y mis pies están más lastimados que nunca" pero sólo me alejé un poco de ella y le sonreí para que viera que estaba bien. De todos modos no estaba preguntando por mis sentimientos, sino por mi seguridad. Pattie suspiró y me dejó ir, sólo para acercarse a Justin y abrazarlo de nuevo. Él les estaba contando con detalle y un poco más de acción lo que pasó, con una orgullosa sonrisa de lado. Estaba en la parte donde logré que Ezauro me soltara, aunque se guardó lo del beso que le di. Todos estaban perdidos escuchándolo, callados al mismo tiempo por primera vez, y me daban miradas asombradas de vez en cuando. Graham no podía cerrar la boca, claro, nunca antes habría podido imaginar que yo pudiera hacer algo así.

-¡Oh, mierda! ¡Así se hace, Ferré! -gritó André con júbilo y una muy gran sonrisa cuando Justin contó mi "inteligente" movimiento de matar al tipo de la pistola cuando menos se lo esperaba, y levantó su puño hacia mí para que lo golpeara.

Nunca pensé que alguien me felicitaría así por matar, pero, bueno, supongo que la vida nunca va como uno lo espera. Definitivamente la mía no estaba yendo como la planeé.

Graham adoptó a Marco o algo así, era obvio que el pobre chico se sentía intimidado entre todos ellos, pero mi tierno amigo lo hizo entrar en confianza con sus bromas y palabrerío confianzudo. Fred parecía su mejor amigo de todos los chicos, con el que más platicaba y salía, siempre estaban juntos, y veía cómo Graham hablaba con Marco con algo de odio. Bueno, todos nos sentimos celosos por nuestros amigos en algún momento,y definitivamente los chicos Bieber parecen ser muy posesivos. Era lindo.

{...}

Abrí los ojos con mucha dificultad, no había nada de luz en el cuarto, pero mi cabeza palpitaba demasiado fuerte. Miré a mi alrededor, estaba en el cuarto de Justin, mi cara estaba mojada, igual que la almohada, y mis ojos estaban hinchados y doloridos. Me quedé dormida llorando, sola en la cama de mi novio mientras él arreglaba mis problemas con su familia, la familia de Marco y mi papá. No pude evitar sentirme realmente inútil al respecto, y también débil y estúpida por llorar toda la noche por la muerte de dos tipos que obviamente me querían muerta.

Me di una larga y vigorizante ducha de agua helada, luego me puse un cómodo pantalón de chandal y una camisa de Justin, lo cual últimamente era mi elegante outfit para estar en su casa. Bajé e ignoré las mil voces en la sala, caminando hacia la cocina. Pattie había dejado mi desayuno tapado en la barra, pero pasé de largo porque no tenía mucho apetito. Ver sangre saliendo del cuerpo de alguien te quita todas las ganas de comer, definitivamente.

Saqué una bolsa de chícharos del congelador y la puse en mis ojos un momento para que se deshincharan, luego me tomé un vaso de jugo de arándano y caminé a la sala.

-... horrible, mala idea-gimió Justin, enojado y terco. Por el tono de su voz y su postura rígida, me di cuenta de que estaba demasiado, demasiado enojado y que al parecer nadie compartía su opinión de la mala idea, así que caminé rápido hacia él, haciendo que me mirara con algo de sorpresa y relajara su cuerpo para pasar un brazo por sobre mi hombro cundo me senté a su lado. Todos dejaron de hablar de repente.

ρeω, ρeωDonde viven las historias. Descúbrelo ahora