Narra Yuuri:
Una tenue luz dio directamente a mis ojos ni bien desperté; el sol había salido, y estaba resplandeciendo. Sentía calor, cosa extraña y a lo menos, curiosa.
Me dispuse a levantarme de mi cama, cuando me di cuenta de que mi pecho estaba rodeado por el agarre de dos brazos. Giré mi cuerpo por completo y me di de frente con aquel apuesto ruso. Su respiración era suave y calmada, estaba totalmente relajado. A diferencia de la noche anterior, estaba sumamente tranquilo.
No es fácil revelar toda tu vida.
Pero a pesar de todo, él lo hizo. Se expuso frente a mí, habló de su pasado, de sus anhelos y del porqué de toda la situación.
El porqué de sus tres yo.
El porqué de aquel "accidente"
Cuando mencionó el tema, quise llorar. Quise gritar. Quise dañar a ese omega.
Quise hacer muchas cosas de las cuales no estaría nada orgulloso, es más, quería hacerlas cuanto antes; quería venganza.
¿Venganza?
¿Realmente quería venganza?
El albino movió ligeramente su cabeza, parpadeó un par de veces y sonrió.
- Buenos días Yuuri - dijo todavía con su voz ronca.
- B-Buenos días, Viktor - hablé avergonzado.
¿Cómo podía estar pensando en dañarlo? ¡Era su hermano! Estaba avergonzado de mis pensamientos. Quizás no era venganza, más bien... Justicia. Sí, ese era el término, justicia.
- ¿Dormiste bien? - preguntó, abrazándome, llevándome contra su marcado abdomen.
La calidez que él desprendía me relajaba, me hacía sentir seguro y querido. Hundí mi rostro en su pecho y traté de calmar mi rabia.
- Sí - respondí aún con el rostro oculto - Eres como una blanda almohada, solo que respiras y eres mucho más caliente.
- Claro que soy caliente - dijo entre risas.
- ¡N-No me refería a eso! - chillé sonrojado, golpeando su pecho con un puño débil.
Ambos empezamos a reír. Era la primera vez que veía a Viktor reír de esa manera, natural. Él se sentó en la cama y acarició mi rostro con su mano, la cual a pesar de las muchas cicatrices, era bastante suave.
Me miraba fijamente, como si estuviese analizando cada facción de mi rostro.
- Eres muy hermoso - comentó dulce.
- Tú lo eres aún más - respondí sonrojado.
Me sentí diminuto en ese instante, y toda idea negativa se borró de mi cabeza. Al menos en ese momento.
- Será mejor que nos levantemos - habló él jugueteando con mis cabellos - No puedes llegar tarde.
- ¿No puedes? O, ¿no podemos? - dije recalcando lo último.
- Si tú en especial, llegases tarde... Pichit me mataría - respondió poniéndose de pie - ¿Te importa si me ducho primero?
- C-Claro, no hay problema - me incorporé lentamente - Yo iré eligiendo mi ropa.
Me dispuse a seguir con mis actividades, pero se me complicaron las cosas teniendo aquella silueta enfrente de mí. Solo era su espalda al descubierto.
Y ya sentía que iba a devorarlo por completo.
Su espalda... Tenía cicatrices, al igual que sus manos, solo que esas eran más largas y profundas, como si lo hubiesen azotado.
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Je t'ai trouvé
General FictionYuuri Katsuki era un conocido modelo japonés que vivía en París. Su manera de caminar, su delgada silueta, aquella mirada de ángel y demonio que poseía, esa pícara sonrisa, su trato con los demás, y esa melodiosa voz... Todas sus cualidades lo hací...