Capítulo 15

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Narra Yuuri:

Agité mi cabeza de lado a lado y me di unas palmadas en los cachetes. No debía estar allí, no debía estar escuchando conversaciones ajenas.

Solté un suspiro y miré por la ranura de la puerta.

Y allí estaba él.

Vestía de manera sencilla, en lo que cabe de la palabra. Un polo interior de cuello de tortuga color negro, una chompa color verde militar, jeans clásicos, zapatos obscuros y guantes negros.

Se veía guapo. Tanto o más que aquella vez.

Se veía algo perturbado, tal vez nervioso, su expresión me hacía dudar. Él escuchaba atentamente las palabras de Mila, y cada dos por tres soltaba algún comentario que la hacía reír.

Era muy exacto con las palabras, sabía qué decir en el momento preciso.

De repente, empezó a hablar de la decoración, y miró hacia mi ranura.

Por un segundo sentí que me había mirado a mí, y del susto di un brinco hacia atrás, casi tropezándome con mi propio pie.

El corazón me estaba haciendo una mala jugada. Llevé mis manos al pecho y traté de respirar más calmadamente. Era imposible que él me hubiese visto, la ranura era un poco grande, pero no lo suficiente como para ver lo que hay detrás.

Solté un suspiro y reí por lo bajo ante mi tonta reacción, me puse de pie, acomodé mi ropa y seguí mi camino a través del pasillo.

A medida que pasaba, me cruzaba con muchas personas, de todos los tipos habidos y por haber. Alfas, omegas, betas, mujeres, hombres, adultos, jóvenes, mayores. De todo, sin exagerar, de todo.

¿A cuántas personas Mila había ayudado? Tanta gente... Y un loco quería arruinarles la vida.

Seguí caminando y giré hacia uno y otro lado siguiendo a algunos trabajadores, pensé que esa era la manera más segura de salir.

Pero me equivoqué.

Llegué a una sala que nunca en mi vida había visto, y me di cuenta que no sabía cómo regresar. En ese momento las palabras de Pichit aparecieron de la nada en mi mente:

"Si no sabes cómo volver, pregúntale a alguien que sí conozca el lugar"

A veces yo podía llegar a ser un completo inútil.

- ¿Monsieur? – escuché a una voz fina no muy lejos de donde estaba – ¿Necesita algo?

Giré y me encontré con una pequeña chica pelirroja de ojos de un color muy peculiar: anaranjado.

Definitivamente esa chica era Robin, la novia de Jane, ¿quién lo diría? Me encontré justo con alguien para que me muestre el camino.

- Sí, por favor. Necesito ayuda para regresar a la salida – dije llevando mi mano a mi cabeza – Me perdí entre tantos pasillos, ¿crees que podrás ayudarme?

- Sin ningún problema – dijo ella mostrándome una dulce sonrisa – Sígame por favor – se dio media vuelta y empezó a avanzar por otro pasillo – Soy Robin por cierto.

- Yuuri Katsuki – dije mientras caminaba intentando memorizar el patrón correcto de pasillos.

- ¿Y-Yuuri Katsuki? ¿El modelo internacional Yuuri Katsuki? – paró y se acercó a mí con los ojos brillosos – Todo esto no fue una coincidencia... Solo-

- ¿Solo fue el destino quién te trajo hacia mí? – dije riendo un poco. Ella asintió enérgicamente y me tocó con su dedo índice – ¿Qué estás haciendo...?

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