Capítulo 20

1.1K 112 57
                                    

Narra N:

- ¿Entonces él irá contigo? – escribí en mi tableta.

- Contrato firmado y vuelo abordado – respondió él mientras calaba su cigarro – Tiene un buen cuerpo, además de ser un omega... Se hará popular con tres fotos en la red.

- Eso no me importa – escribí rápidamente.

Era algo difícil el no poder hablar con las demás personas, hay cosas que uno no puede simplemente escribir para contrarrestar una respuesta, a veces se necesita una voz.

Cosa que yo no puedo usar.

- ¿Es virgen?

"Respira, tranquilo; todo tendrá una recompensa al final del camino."

- Ni idea, supongo que sí. Solo quiero saber hasta qué punto él está en este embrollo. Lo demás no me es relevante – anoté veloz.

- Como quieras; tú consigues a tu musa, y yo unos billetes – rio animoso.

Era increíble la forma como él se dirigía a ese chico... Hablaba de aquel omega como si de un ser abiótico se tratase ¿Lo peor? Él sabía lo que ese omega valía para mí.

Para mí, para mi padre y para las demás cabezas del mundo furtivo. Tantas vidas en juego...

Y yo actuando por lo bajo ni siquiera estaba cerca de salvarlas todas.

- No te rías cuando estés conmigo, es despreciable – puse apretando la pluma en la pantalla.

- Tú lo que tienes es envidia de mi melodiosa risa – respondió con actitud despampanante.

- Repítetelo hasta que te lo creas – escribí dejando una carita feliz al final.

- Ya vete. Tenemos un trato, no lo rompas – habló severo.

Realicé una corta reverencia y salí de la sala.

"Trato" mi vida se basaba en tratos con gente de todo tipo. Se podría decir que, había tratado incluso con Lucifer.

Mas, si de proteger a Yuuri se trataba, vendería mi alma a la mismísima Lilith con tal de protegerlo.

Cueste lo que cueste.

Cerré mis ojos unos instantes.

"Respira, tranquilo; todo tendrá una recompensa al final del camino."

Narra Seung-gil Lee:

- ¡Llegamos! – dijo Pichit mientras bajaba cuidadosamente las escaleras del avión – Nunca había venido a Rusia, ¿y ustedes?

- Yo tampoco, es mi primera vez aquí – dijo Yuuri mirando al horizonte con semblante frágil – Avancemos un poco más rápido por favor, tengo un poco de frío.

- Como digas – respondió Pichit – aunque, yo no puedo avanzar si tú no avanzas más rápido...

- Oh, es cierto – dijo Yuuri riendo en voz baja – lo lamento, avanzaré más.

Nos mantuvimos callados unos minutos más. El aire de Rusia era bastante frío a comparación con el de París, pero no tanto como el de Seúl o Pieonchang.

Mucho menos frío que en las salas especializadas de la academia en la Antártida, nada es mas frío que ese lugar.

- Seung-gil – me llamó Pichit. Giré mi cabeza a verlo.

Estaba sonriéndome. Y se veía malditamente adorable.

Su sonrisa era como la de un niño: pura y real; Su voz, era como la melodía de una poesía: dulce y sutil; Su aroma... Aquella deliciosa fragancia era mi debilidad y fortaleza, ¿qué no daría por tener a ese omega siempre a mi lado?

Je t'ai trouvéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora