Siempre escuché a las personas decir que el tiempo lo curaba todo. Quería creerles y estaba ansioso. Iba a mudarme, iba a ser universitario e iba a olvidar a Madeline, mi gran amor.
Al día siguiente me albergó una sensación de pánico tras haber recordado mis días al lado de Madeleine. La furia contenida dentro de mí, finalmente estalló. Golpeé la pared y grité hasta el cansancio. Me sentía como un imbécil, frustrado por no haber sido el chico ideal para ella.
Nadie estaba en casa, Jack probablemente estaba con mi ex, y Mary seguía en el trabajo. Agradecí que ninguno de ellos estuviera a mi lado y deseé con fuerza, que mi madre estuviera ahí.Pensar con el corazón roto a nadie le sentaba bien, tuve que salir para despejarme un poco. Más tarde, mientras caminaba a lo largo de mi habitación, logré encontrar una cajetilla de cigarros que me apresuré a tomar. Cogí un encendedor y subí al techo de la casa. Permanecí ahí, mirando a la lejanía, observando a la gente caminar a lo largo de las calles, sin reparar en mí. Y a los autos dirigirse hacia, no sé, un lugar. Las vacaciones habían comenzado, todos esperaban por pasárselo bien y bueno, yo me conformaba con echar humo por encima de mi cabeza.
El baile estaba por comenzar, eso me hizo recordar que debía silenciar mi teléfono. Sabía que Hannia y Harry iban a preguntar por mí y que iban a convencerme para asistir al estúpido baile. Quise ahorrarles el esfuerzo. No me culpes, era un chico decepcionado por el amor.
Encendí un cigarrillo mientras me deleitaba con la vista. Me recosté sobre el tejado, mirando hacia un punto indefinido. Inhalé. Todo era tan confuso a mi alrededor. Cerré los ojos y exhalé. Necesitaba dejar de pensar.
¿Cuánto tiempo pasó después de eso? Lo ignoro.
Dormí algunas horas y desperté envuelto en completa oscuridad. Mis manos estaban frías al igual que mis mejillas y la nariz. Agité la cabeza y me reincorporé para coger el teléfono. La luz parpadeante en él, me indicaba que tenía mensajes.
Lo tomé sin ánimos, y cuando presioné la pantalla, me di cuenta de que no solo tenía un texto, en realidad tenía más de 80 y 60 llamadas perdidas de Harry, Hannia, Mary y otros amigos, además de Madeleine.
Para: Evan M.
De: Harry B.
Hora: 7:15 p.m.
Hey. ¿En dónde diablos te has metido? Llevo llamándote toda la tarde.
Para: Evan M.
De: Hannia G.
Hora: 7:40 p.m.
No puedes ocultarte toda la vida. Dime dónde estás. Estamos preocupados por ti.
Para: Evan M.
De: Mary
Hora: 8:00 p.m.
Cariño, no sé en dónde más buscar, ya he acudido a cada uno de los lugares en donde solías ir de pequeño. No me hagas esto de nuevo, por favor. Llámame. Dime que estás bien. Te quiero, recuerda lo importante que eres para mí. Me gustaría estar a tu lado para apoyarte. Dime que estás bien, Evan.
YOU ARE READING
Un amor para Evan
Teen FictionLa fiesta de graduación se aproxima, una chica nueva llega al colegio y Evan el popular de la clase, se acerca a ella mientras intenta lidiar con su pasado, su primo, su ex y un chico que le causará serios problemas. Puede que el amor no sea lo suyo...