3-"¿Estoy celoso?"

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Vi a Hannia al llegar al colegio

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Vi a Hannia al llegar al colegio. Lucía espléndida, parecía que los últimos días de clases nos hacían estar de buen humor. A partir de junio los días avanzaban más rápido. El trabajo aumentaba por al menos dos o tres semanas, pero después, todo era diversión.

Emocionado por estar de vuelta, pensé en ir a saludarla. Fue ahí cuando la vi cambiar de dirección. Esbozó una sonrisa y se dirigió hacia una chica que, al instante, supe era nueva en el instituto. Ella era alta, delgada, de tez clara, nariz respingada, labios hermosos y de mirada perfecta. Tan angelical como imaginaba serían las chicas en el cielo. Verla, me hacía suspirar. Llevaba el cabello castaño recogido en un moño, y una blusa azul marino de manga de tres cuartos, además de un vestido blanco con toques azules. Sus piernas me mataban.

Suspiré.

Me había enamorado.

Podía jurar que estaba en el mismísimo cielo, preguntándome si no había muerto o si acaso estaba soñando. Había caído rendido ante sus pies. Sentí a mi corazón latir con frenesí y, sin embargo, no moví ni un solo músculo.

Me quedé ahí, estático, observando lo que hacían. Deleitándome con su belleza.

—¡Hola! —Escuché a Hannia decir con emoción.

—¡Hola, Hannia! Qué gusto verte —pronunció la chica de la que me había enamorado. Su voz era melodiosa, un deleite para mis oídos.

«Dios, ¿es real?», pensé.

Ambas se dirigieron hacia el aula, ¡mi aula! Estaba en mi clase.

Conversaban mientras caminaban. Yo iba por detrás, a una distancia prudencial, como si estuviera hipnotizado. Estaba seguro de que era la chica de la que Harry me había hablado.

«Joder, perfección pura».

—¿Evan? —Escuché una voz conocida detrás de mí, era Harry—. Te he estado hablando como un imbécil —mencionó siguiendo mis pasos, reparando en mí y observando hacia la dirección en la que mis ojos estaban puestos—. ¡Hey! Evan, ¿estás ahí?

—Lo siento, yo... —respondí desconcertado—. No me di cuenta, hermano. Lo siento. ¿Cómo se llama la chica nueva? —pregunté sin perder oportunidad.

—Anda, vamos. —Sonrió al tiempo en el que me daba una palmada en el hombro—. Ya la conocerás.

Sin perder tiempo, nos dirigimos al salón de clases. Todo estaba como siempre, algunos conversaban en su círculo de amigos, otros copiaban la tarea que no les había dado tiempo de terminar. Las mujeres rumoreaban, los hombres hablaban de la chica nueva y yo, yo seguía hechizado. Quizá cupido me hubiera flechado.

—Nooo... —dije al ver que se sentaba a mi lado. Harry me escuchó y sonrió. Sabía que esa iba a ser mi reacción, por eso me había enviado el mensaje.

Con las piernas apenas respondiéndome, logré llegar a mi pupitre. No podía dejar de mirarla, tampoco me animaba a hablarle. No quería cometer una estupidez. Me sentía como en esa película, Antes del Amanecer, cuando Jesse y Céline ingresaban a la tienda de discos y escuchaban el álbum. Él se limitaba a mirarla, con cara de enamorado, deseando poder besarla, pero sin decir palabra alguna. Yo era Jesse en ese momento.

Un amor para EvanWhere stories live. Discover now