29 -"Disfruta de estos días"

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Finalizamos el día asistiendo a un karaoke cercano al hotel

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Finalizamos el día asistiendo a un karaoke cercano al hotel. La mayoría de los chicos y chicas del último grado nos encontrábamos ahí, alrededor de mesas circulares y asientos de piel. Nos acompañaban algunos profesores. Fueron ellos los primeros en pasar al escenario, tomaron el micrófono, cantaron y después, cada uno de nosotros entonó la canción con la que más se sintió identificado

La voz de Madeleine me deslumbró por completo. Podía percibir la admiración en el rostro de los espectadores, incluso llegaron a corear la canción. Para cuando terminó, el público pidió a gritos que me uniera a ella para deleitarlos con una nueva melodía. No pude negarme, por un momento olvidé mis preocupaciones y disfruté de esos minutos a su lado. Fuimos el centro de atención, la pareja alabada, el chico y la chica que, en una serie televisiva, ganarían la corona de rey y reina de la graduación.

Después del karaoke, los profesores nos pidieron volver al hotel con la oportunidad de estar en la playa durante unas horas. Yo hice uso de ese tiempo para pasarlo con Madeleine y mis amigos, quienes luego de un tiempo, decidieron dejarnos solos. No es que los hubiéramos echado, ocurría que el viaje los había unido de un modo inigualable.

Hicimos planes para las vacaciones próximas y prometimos ponernos en contacto para no olvidarnos, también acordamos ir de viaje antes de comenzar el nuevo ciclo escolar.

Cuando hablábamos sobre eso, a mi mente vino el recuerdo de un comentario que algún día escuché, decía que las amistades forjadas en preparatoria solían olvidarse al comienzo de las vacaciones y no quería que eso ocurriera con nosotros.

—Me he divertido —dijo Maddy, acurrucándose en mis brazos. Posó la cabeza sobre mi hombro izquierdo y me llenó de alegría.

—Sí... lo he disfrutado. —Suspiré con la mirada fija en el horizonte. Observamos la puesta de sol y la escena me hizo recordar una película que había visto en televisión.

La pegué más a mi costado, pasando mi brazo por detrás de su cadera. Le besé la mejilla y deseé que alguien pudiera retratarnos para inmortalizar el momento.

Al cabo de unos minutos, supimos que el tiempo establecido por los profesores había llegado a su fin. Cuando me reincorporé, extendí mi mano hacia Madeleine y me estremecí ante su tacto. Me sentí como en la ocasión en la que subí a su habitación y nos fundimos en un mismo cuerpo.

—Espera un momento, debo llamar a Mary —mentí en cuanto llegamos a mi habitación—. Le prometí que lo haría. —Maddy asintió, caminó hasta la cama y tomó asiento sobre ella.

Tomé el celular, busqué el número en mis contactos y llamé a Sean.

—Hola. —Sean respondió al otro lado de la línea—. ¿Qué tal están las cosas por allá? —dije y me giré hacia Madeleine. Ella me sonrió tan bellamente—. Sí, me alegra, eso es bueno... Sí. Llamaré más tarde. Estamos bien, mañana es el último día...

Mi conversación se alargó más de lo que esperaba. Tuve que tomar la llamada al otro lado de la habitación y procurar no ser muy explícito para no despertar dudas en Madeleine. Al cabo de unos minutos, volví y me recosté junto a ella. Se encontraba sobre la cama, observando algo en la televisión.

Un amor para EvanWhere stories live. Discover now