13-"You Only Live Ones"

102 8 0
                                    

Me dirigí lo más rápido que pude hacia el balcón, deseando no llegar a encontrarme con Aime o con Jack

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me dirigí lo más rápido que pude hacia el balcón, deseando no llegar a encontrarme con Aime o con Jack. «Tranquilo. Acércate a ella y di lo que tengas que decir». Antes de llegar al balcón, suspiré. 

Antes de llegar al balcón, suspiré.

Hannia me esperaba. Me sonrió con nerviosismo y cierto enfado.

—No ha parado de hacer preguntas. Anda, apresúrate y entra —dijo sin darme oportunidad a responder. Hannia me empujó hacia ella y nos dejó solos.

Me quedé sin habla al mirarla. Aún podía escuchar la música que sonaba al otro lado de las paredes, el sonido era bajo, lo suficiente para escucharla hablar.

—Hola —dije disimulando mi nerviosismo.

—Hola... de nuevo.

—¿Dónde estabas? Te he buscado por todos lados.

—Aquí —afirmó sin saber qué responder.

La miré divertido y ella sonrió.

—Me refiero a antes de aquí.

—¿Tú sabías que iba a estar aquí? Hannia dijo que tenía algo que decirme y luego se fue.

Que directa. No sabía qué decir. Paso a paso. Me tranquilicé, la miré y al fin respondí.

—Sí. Hannia me lo dijo. Pero aún no me has respondido.

Madeleine me miró, algo seria y casi esquivándome.

—Estaba con Jack... —mencionó, quizá recordando que hablar sobre él me fastidiaba—. Estábamos en el jardín, dijo que iba por unas bebidas. Después, Hannia me encontró y me hizo venir hasta acá.

La miré con ternura, me acerqué un poco más a ella y decidí no comportarme como un imbécil.

—Sé que crees que estoy molesto por lo de Jack, pero... no, no lo estoy —dije con sinceridad. Hablar con Hannia me había ayudado a tranquilizarme.

—¿No? —preguntó sorprendida.

—No.

—De acuerdo.

A lo lejos, escuché una canción que me gustaba.

—¿Quieres bailar? —Propuse para aminorar la distancia a la que nos encontrábamos.

Maddy me miró con gracia, no creía que se lo estuviera diciendo en serio.

Extendí mi mano hacia ella. Segundos después, comenzamos a bailar. Ella posó sus manos alrededor de mi cuello, permitiendo que la tomara de la cintura. Estábamos tan cerca el uno del otro que podía oler su perfume. Me encantaba, podía guardarlo en mi memoria por siempre.

—¿Has bailado con alguien, en un balcón a estas horas de la noche?

—Nunca.

—Entonces, seré el primero con el que lo hagas. —Sonreí.

La canción parecía agradarle tanto como a mí. Ella seguía mi compás. Yo era feliz en sus brazos. No quería que la noche llegara a su fin.

Nunca imaginé llegar a amar tanto como amé a Maddy. No creí nunca que sería posible sentirme de esa manera. Era joven y no podía imaginar una vida sin ella. ¿En dónde había estado durante todo ese tiempo?

—¿En qué piensas? —dijo al notarme un poco distante.

—En ti, en la canción, en todo.

—¿En mí?

—Sí. Pienso que me agrada estar contigo.

La miré, sabía que quería hacerme otra pregunta y, sin embargo, no lo hizo. Seguimos bailando, no podía creer que lo estuviera haciendo. Maddy me hacía querer hacer cosas que nunca habría hecho en la vida.

—No sabía que te gustaba bailar.

La contemplé atesorando el momento en mi mente.

—Me gusta si a ti te gusta.

Ella sonrió. Y sin pensarlo, decidí acercarme para cantarle al oído.

—También cantas —dijo con emoción.

—Siéntete afortunada, nunca antes había bailado y cantado para alguien.

Ambos reímos y segundos antes de que la canción finalizara, decidí decirle lo que tanto estuve deseando.

—¿Maddy? —Ella me miró, aún con sus manos sobre mi cuello y conmigo sujetándola por la cintura.

—¿Sí?

—¿Quieres salir conmigo? —La miré, su cara era todo un poema. Esa expresión me agradaba. Pronto dejamos de movernos—. Sé que puedes no seguir aquí el año que viene, pero al diablo. Dijiste que podías tomar el riesgo, y yo estoy dispuesto a tomarlo. Puedo ir contigo a cualquier parte del mundo, siempre y cuando así lo quieras. Sé que no comenzamos bien, cometí tantas estupideces, pero las cosas están mejor entre nosotros. Me gustaste desde el primer día como no tienes idea. Te quise desde el primer momento en el que te vi, viniste a poner mi mundo de cabeza. Así que te lo preguntaré una vez más, Maddy, ¿quieres salir conmigo?

Me miró, me miró, me miró. Acto seguido y sin decir nada, bajó las manos y se las llevó a la boca. Su expresión no era mala. Estaba sonriendo. Después, sus ojos se tornaron vidriosos. Estaba a punto de llorar. Se abalanzó hacia mí y la tomé en mis brazos. Le pregunté si estaba bien.

—Te quiero —dijo sin apartarse de mí—. Te amo.

¿Escuché bien? Eso era diferente a un "te quiero".

—¿Me quieres o me amas?

—Las dos cosas —dijo de lo más feliz—. ¿Podrías repetir eso que me dijiste?

Sabía a lo que se refería. Y esta vez, finalicé laoración con un beso sobre sus labios. Pensé que nada podía salir mal después deeso.

 Pensé que nada podía salir mal después deeso

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Un amor para EvanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora