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-¡Lo siento! -exclamó la chica, tras la puerta. Unos segundos después, Shawn abrió la puerta y salió de su habitación, confundido y un tanto preocupado.- Enserio no era mi intención, debí tocar antes de entrar. -enseguida se tapó los ojos con ambas manos al darse cuenta de...- ¡Cámbiate!

Shawn se pasó una mano por el cabello que aún votaba gotas de agua y observó a la chica, quién tenía el rostro más rojo que un propio tomate.

-Quería asegurarme de que estés bien, parece que te había dado algo malo. -dijo el chico, observando a Camila.

La castaña estaba pegada a la pared, con ambas manos en esta, como si se fuera a caer o algo por el estilo.

-Es...toy bien, estoy bien, estoy bien. -dijo la chica rápidamente, nerviosa, sin dejar de taparse los ojos, como para sí misma. Shawn asintió.- Sólo tengo hambre.

-Bien, me cambio y bajo a verte, ¿va? -la chica asintió y salió corriendo.- ¡Mira las escaleras antes de bajar por ellas! -le gritó, debido a que la chica se había alejado corriendo con ambas manos en ambos ojos.

Seguido a esto, él cerró su puerta.

La chica bajó las escaleras y se sentó en su mueble, nerviosa.

Había visto a Shawn con tan solo una simple toalla en... bueno, ahí abajo. Recién saliendo del baño de lo que parecía darse una ducha, con su cabello húmedo y con gotas aún cayéndole por el torso desnudo.

Se tapó los ojos nuevamente de sólo pensarlo, y sintió como sus mejillas volvían a arder.

Pero... Wow.

Entre sus manos, sonrió.

Su torso estaba muy bien formado... Se notaba que hacía mucho ejercicio y era muy saludable. Tenía músculos muy desarrollados en ambos brazos.

Ni qué decir de su abdomen. Wow. Tenía... todo lo que cualquiera puede desear... Wow.

Estaba muy marcado, no se lo había imaginado así.

Sin querer, con el rostro aún en sus manos, soltó una risita no muy disimulada.

-¿Estás bien? ¿Enserio? -aquella voz la hizo reaccionar y levantar la mirada, asustada.

Nuevamente sus mejillas se incendiaron.

-Eh... Sí. Estoy bien, estoy perfecta. Tengo hambre. Jeje. -dijo nerviosa.

¿Jeje? ¿Ella desde cuándo se ríe así?

-¿Estás segura?

Camila asintió varias veces.

Shawn se frotó la barbilla suavemente y se encogió de hombros.

-Bien... ¿Qué podemos comer? -preguntó el chico, del todo normal.- ¿Quieres comida china?

-Sí, jeje.

*Días después*

Camila suspiró mientras escuchaba los truenos y cómo llovía fuertemente. Se tapó con sus sábanas y cerró los ojos.

Desde que era muy pequeña le ha tenido muchísimo miedo a ese tipo de cosas, no la dejan dormir y hacen que su corazón se acelere de miedo.

Siempre ha recorrido a sus padres o a los alumnos de intercambio que, en su mayoría, han sido mujeres y la ayudaban.

Ahora... Eh... Bueno...

Otro trueno reventó en el cielo causando un sonido estruendoso y Camila saltó de miedo, soltando un pequeño grito, atemorizada.

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