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Mayo

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Mayo. Año 2000.

Luego de esa noche, ambas nunca más lo llevamos a algo tan lejos como aquella vez. Sí, hubo momentos en los que queríamos romper esa barrera, pero teníamos que ser un poco más... controladas. No solo yo pensaba eso, sino Saiko también.

Quizás... solo terminando la preparatoria podrías volver a llegar eso o eso nos prometimos.

Sin embargo, eso no significaba no divertirnos un poco cuando podíamos. Era muy divertido buscar un lugar a escondidas y besarnos apasionadamente: el gimnasio, algún salón, el cuarto de audiovisual, incluso la biblioteca, pero dejamos de hacerlo cuando casi no atrapaba la encargada. No nos vio, pero quedó sospechando.

Fue divertido los primeros meses, muy atrevido y sensual.

Me sentía tan libre y feliz.

Sin embargo...

Después de aquello, realmente no pasaba tiempo con Saiko.

Nunca salíamos a comer, jamás fuimos al cine o tan siquiera por un helado al parque. Yo estaba ocupada en el club de fotografía o ella tenía compromisos familiares. Quizás las únicas veces en las que estábamos en forma normal era en la hora de estudio.

Las pocas ocasiones que estuvimos juntas, eran incómodas por dos razones: la primera era que ella era muy atrevida y yo muy callada. Si ella quería hacer algo y a mí no me gustaba, no era capaz de oponerme. Por ejemplo, ella una vez me llevo a comprar ropa. Ninguna era mi estilo, pero ella insistía en hacerlo porque debía verme mejor para explotar "mi belleza escondida". Lo único que realmente me gustó fue una chamarra verde.

Por otro lado, lo segundo y todavía peor, era que Saiko es increíblemente... posesiva.

Un día, yo estaba ayudando a unas compañeras del club de voleibol. Saiko se molestó tanto que insistió en ayudar y... digamos que ahí me di cuenta de que los deportes no son la espacialidad de ella, solo lo hizo porque no quería perderme de vista y que le robaran su tiempo conmigo.

Con los hombres no era mucho drama, pero era incómodo verla como se molestaba solo por hablar con otras chicas.

"¿No ves lo increíblemente genial que te ves siendo como un caballero? ¡Deja de ser tan buena chica con otras!" Una vez me reclamó eso.

Fue algo confuso. Amaba el tiempo en las que ambas estábamos tan pegadas al besarnos, pero no me gustaba mucho pasar tiempo con ella como persona. La amaba, la odiaba... este primer amor es bastante abrumador para mí.

¿En verdad... esto es amor?

¿Así es como es el amor?

No... lo sé.

Siento... un vacío que no me explico, no lo entiendo.

Hoy es sábado en la tarde y solo me quedo mirando por la ventana como el cielo está atardeciendo. En ese momento, el teléfono de la casa suena y enseguida mi madre grita desde la cocina. Alguien llamada Saiko dijo que me estaría esperando en el parque.

Me preparo y llego hasta el parque. No me esperaba encontrarme a Saiko con el maquillaje corrido y los ojos rojos por haber llorado tanto. En cuanto me ve, ella corre hacia mí, me abraza muy fuerte. No entiendo nada, pero solo la dejo desahogarse.

—Jenny, ¿Me amas? —me pregunta entre llantos.

—¿Por qué lo preguntas?

—Mi padre quiere regresarme a Tokio, pero antes de irme quiero saber si amas.

¿Amor?

Con esa pregunta, ahora la supe.

Este sentimiento de algo incompleto y vacío... ahora entiendo el porqué.

Yo... realmente... yo...

—... Lo siento, no puedo darte esa respuesta.

O no quiero dártelo.

No de esta manera tan cruel.

Inmediatamente, me golpea en la mejilla y luego se va.

No puedo culpar por estar furiosa conmigo, ella esperaba algo que le diera esperanza y no pasó.

Es una horrible manera de romper las cosas, pero realmente me gustaría conocer algún día lo que es amar a alguien en verdad.

Es una horrible manera de romper las cosas, pero realmente me gustaría conocer algún día lo que es amar a alguien en verdad

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Perdóname, AmigaWhere stories live. Discover now