t r e i n t a y u n o

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ESPECIAL: AÑO NUEVO.

El drama sofocó a JinYoung de cierta manera. Había estado sometido en tantos problemas y en tantas cuentas bancarias desde las últimas semanas que, incluso, su horario de comida se había adelantado, su rutina se había vuelto pesada —costándole el madrugar a las cuatro de la mañana para contestar llamadas de personas importantes con puestos altos como el suyo—, y que el trabajo de la empresa sólo pasaba a ser más un montón de pilas de papeles con números grandes y exigencias de fechas de entrega, sin disminuir o volver los cálculos menos estresantes.

Estaba simplemente acabado y agobiado por todo el tema de la compañía y su función, sumándole de paso la angustia respecto a YuGyeom y todos los respectivos problemas que su mala toma de decisiones podría traer en un futuro. Sus cambios de humor repentinos volvían su actitud más mierda y el estrés le carcomía sus nervios, que gracias a ello, había olvidado por completo la época más importante del año sino fuera porque vió a Mark ir al centro comercial después de desayunar, arreglarse, comprar una nueva loción ese mismo día y exigirle que se apresurara porque se les haría tarde para la reunión familiar.

Todos los treinta y uno de diciembre acostumbraban a juntarse en la casa de su hermana para recibir la entrada del nuevo año en familia, siendo esa una de las pocas oportunidades en las que se reunían todos a convivir como la sorprendente familia que eran los Park. Incluso, su madre venía de visita, cosa que no pasaba muy seguido en el año y era extraño que saliese de su hogar en sueño.

Cambiando de tema, sus hermanas junto a su madre, se encontraban perdidamente encantadas con Mark desde el momento en el que lo conocieron. Actualmente, el estadounidense podía pasar horas hablando por teléfono con alguna de sus dos hermanas y, cuando su madre lo veía, pareciese como si el verdadero hijo fuese él y no JinYoung, haciendo eso aún más difícil la situación.

Mark era bastante lindo con ellas, solía enviar a sus cuñadas ropa de su trabajo antes de la preventa y mandaba regalos magníficos a su suegra cuando podía permitírselo.

Era en sí, el novio perfecto ante la familia del economista, y siempre llegaron a creer que Mark Tuan era demasiado para Park JinYoung.

No les costó aceptar su sexualidad cuando Mark apareció tan lindo aquel día de una cena en familia, siempre estuvo al pendiente del pelinegro, mostró interés en la plática entre las cotillas que eran las mujeres de la casa, dió su punto de vista y opinó en distintas ocasiones, siendo amable y un encanto ante los ojos de las chicas. Además, ayudó a su madre con la limpieza de la mesa y agradeció por darle un espacio en su hogar, luciendo tan indefenso y tierno en aquel momento. Poco a poco, supo ganarse el cariño de todos los Park sin rechistar, donde hasta pedían verle más a él que al menor de los hermanos, JinYoung.

Volviendo al presente, cuando llegaron, tocaron el timbre de la inmensa casa, siendo unos segundos después recibidos por abrazos y besos de las mujeres, que seguido de eso, tomaron a Mark del brazo, arrastrándolo a la cocina para comenzar a charlar como era habitual, sobre la belleza o el trabajo de diseñador del cuñado más pequeño. Por su parte, el pelinegro se adentró al gran salón donde se encontraban ambos maridos de sus hermanas, hablando entre ellos mientras cuidaban de los dos hijos de su hermana mayor.

Nunca había tenido una gran relación de amistad con las parejas de sus hermanas, y no porque le cayesen mal o simplemente sus actitudes no chocaran. JinYoung debía admitirlo, eran grandes hombres que no pudiese haber pedido algo mejor para SooYoung y BoYoung, el economista solía ser bastante protector con ellas por más que su edad no pegara con las propias y aparentara ser alguien que no le importaran los demás, pero sabía que aquellos tipos las hacían felices y tenían un buen puesto de trabajo, cosa que lo mantenía tranquilo. Son pocas las veces que llegó una tener una larga conversación con ellos por el simple hecho de que gracias a su ajustado horario de trabajo, llegaba a faltar a más de la mitad de reuniones que llegaban a organizar en familia, siendo esto la causa de que se no llevara del todo con los hombres; acercándose a saludarlos para después revolver el cabello de los menores que se encontraban jugando en el suelo.

Call Me Daddy || JinGyeomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora