v e i n t i c u a t r o

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Decir que sentía lastima por Mark se quedaba demasiado corto ante cómo los pensamientos del pelinegro crecían con el transcurso de los días. La angustia, el desconcierto y la misericordia le invadían el cuerpo por completo, y eso que JinYoung no era un tipo al cual las preocupaciones le alteraran o dominaran su cabeza sin un fondo. Sus labios seguían oprimiéndose a sí mismos cuando recordaba al estadounidense mientras ponía uno de sus dedos sobre la tez blanca de YuGyeom y simplemente le tocaba. Su instinto meditabundo y acongojado aún escondido para cierta gente, le atormentaba con el daño que estaba haciendo a Mark, un chico de veinticuatro años con aún sueños por cumplir y una larga vida qué recorrer, que lamentablemente, sería derrumbada ante la jodida noticia de una infidelidad.

De algo estaba seguro, ya no le amaba. Simplemente le quería.

No entendía aún así el porqué simplemente no podía terminar con él, mandar a la mierda la relación, posiblemente olvidarse el uno del otro, y reiniciar su vida junto a una nueva persona. Pero es que tal vez en su corazón negro, había una pequeña parte que aún seguía pintada de colores cálidos, donde la compasión se volvía cada vez más dolorosa hacia su novio, con ideas bruscas que le enloquecían y un poco ajetreadas.

Pasó momentos inolvidables junto a él. Fue su segundo novio después de una ruptura tormentosa de dos años, le ayudó en múltiples cosas, es su compañero de vida, estuvo a su lado a pesar de las estupideces que le soltó cuando hablaba sin pensar, le confió hasta su más pequeño secreto, le apoyó a pesar de la tremenda miseria en la que se encontraba su familia y se entregó a él por completo.

Fue, es y siempre será el ser humano con el que más se encontrará siempre agradecido.

¿Cómo no querer a tremendo ángel apodado Mark Tuan?

Quería recompensarle todo; sus faltas de ausencia diarias en el hogar, su mal humor, las llamadas sin contestar, la desconfianza, el dominio, los besos cortados, los constantes malentendidos, los plenos actos de amor siendo interrumpidos por excusas vagas. Y por haberle mentido todo este tiempo.

Sabía que estaba haciendo un mal. Era consciente de que su padre le había advertido con aquella regla de la fidelidad antes de involucrarse en una relación amorosa, también era consciente de que no podía pasarse por el culo un noviazgo de cuatro años. Sobretodo, mantenía aún sus pies en tierra respecto a la jodida idea de que ya estaba a nada de pisar el altar junto a Mark por mas que su sueño no fuese aquel.

Pero, ¿qué pasaba si cortaba su rollo con YuGyeom en este momento y volvía a intentar que progresara su relación con Mark?

Iba a hacer eso por más que la idea no le convenciese del todo. Y aunque no fuese creíble, prefería lastimar a YuGyeom, que a Mark. Al menor llevaba pocos meses conociéndolo, no se comparaba con sus años de amistad y noviazgo con el rubio. Además, nada ni nadie le aseguraba que las cosas fuesen a acabar bien entre ellos, y lamentablemente, por más que fuera el causante, le dolía mucho más el hacerle daño a Mark, pero tampoco podía evitarlo. Tenía sentimientos crecientes hacia YuGyeom, era demasiado obvio el que pensara en él cada que le era posible y le tuviera catalogado como su debilidad. Aún así, quería olvidarlo, alejarse de él por un rato y ver qué les deparaba el futuro. Si nada salía bien, ya no habría nada qué hacer.

Se sentía de la mierda haciéndole un daño tremendo al rubio, todo con el simple hecho de llegar tarde a casa con la excusa de haber tenido demasiado trabajo en la oficina; cuando todos, menos él, sabían que era por estar enrollándose con el menor en su departamento. Mark no le merecía.

Estaba siendo un hijo de puta, eso lo sabía. No podía así como así botar a YuGyeom como si fuese un juguete, pero verdaderamente, temía que las cosas llegasen a otro extremo. No quería experimentar sentimientos más fuertes hacia el crío, mucho más porque era un tipo que se encontraba en una relación y no era con él. Y tal vez, el separarse le haría pensar más claras las cosas, olvidarse posiblemente del menor y continuar como desconocidos por mas que hayan sido de todo en un pasado.

Call Me Daddy || JinGyeomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora