v e i n t i t r é s

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SeokMin le había obligado a quedarse hasta tarde con la amenaza de bajarle el salario, ya que según él, no había rendido lo suficiente en su jornada por tomarse un descanso para hablar con Mark y Jackson.

Indudablemente, habiendo tantos días y horas en la semana, éste mismo tenía que encontrarse hastiado, la fatiga consumiéndole todo el cuerpo y con el único pensamiento carcomiéndole en la cabeza acerca de querer llegar a dormir en la cama de su mejor amigo. Y eso le jodía en parte.

Acostumbraba a descansar en horario de jornada debido a que no se llenaba de gente por las tardes y normalmente se turnaba con su otro colega para dividirse el turno y así poder descansar un tiempo, ya que normalmente, SeokMin no se encontraba en la cafetería los sábados; sólo que ese mismo día se encontraba repleto de gente, y gracias a la visita inesperada de ambos rubios, lo hacía más pesado ya que el chino disfrutaba molestarlo y cambiaba su pedido cada dos por tres.

Al llegar al departamento de YuGyeom, notó platos no recogidos en la mesa y distinguió lo que era un pastel a medio partir; con la negligencia encima, se preguntó el porqué su mejor amigo no había esperado por él para comer juntos. Debió haber estado muy hambriento.

Caminó con pasos perezosos por el departamento cuando se adentró y abrió ligeramente la puerta para no llamar la atención y no despertar a YuGyeom que posiblemente se encontraba dormido; estaba por entrar cuando sus pasos fueron detenidos y casi frenándose de golpe, notó a un pelinegro sentado a la orilla de la cama y con su mejor amigo sentado en sus piernas mientras lo abrazaba de una forma muy afectuosa.

Los dos estaban tan sumergidos en su mundo que no notaron la tercer presencia en la habitación.

El misterioso pelinegro de vez en cuando se acercaba a su mejor amigo para dejarle castos besos en sus labios, provocando que YuGyeom soltara risitas llenas de nervios y vigor. Hablaban entre susurros para no romper ese ambiente tan cálido. Trató de acercarse más para poder ver al acompañante del menor, sólo que la cabeza de YuGyeom se lo impedía y tapaba el rostro del pelinegro, dejando aún misteriosa su identidad.

Pudo haber entrado e interrumpirlos para enterarse de la identidad del novio de su mejor amigo, pero decidió dejarle esa privacidad a YuGyeom. Nunca había conocido al tal JungKook si es que era él, y no quería hacerlo entrándole de sorpresa cortando todo el rollo con su mejor amigo.

Iba a esperar a que YuGyeom decidiera que era el mejor momento para presentárselo, así que optó por volver a cerrar la puerta de la habitación, no sin antes volver a dedicar una mirada sigilosa a la pareja cariñosa que se encontraba en la habitación. Quizás no conocía todavía bien al novio de su mejor amigo, pero podía ver que en verdad le quería y esperaba que supiera cuidar bien al bebé que era YuGyeom.

Salió del departamento del menor tratando de hacer el menor ruido posible, dejando a aquellos dos solos.

—¿Cómo sabías acerca de mi cumpleaños? —JinYoung hablaba con el cuchicheo presente en su voz mientras se dedicaba a rozar sus labios por la parte trasera del cuello del menor. —No recuerdo haberte dicho nada.

—Bammie me dijo. —respondió rápido, sus nudillos se apretaron y entrecerró sus ojos al sentir los ya ahora chupones que el pelinegro dejaba sobre su cuello. —Quería sorprenderte, quizás el pastel no fue la mejor opción ya que de saber que no comes chocolate no lo hubiera comprado y... soy un tonto... debí haberte preguntado antes... —suspiró sintiéndose derrotado y el mayor acarició su cabello con cierta ternura.

—Estaba delicioso, yo no me estoy quejando.

—Es porque piensas que soy un estúpido y me tienes compasión.

Call Me Daddy || JinGyeomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora