Sentándose en una de las mesas con las que contaba un café dentro del aeropuerto, trató de calmar sus nervios intentando en no llorar. Apretó sus puños fuerte entre su sudadera blanca, queriendo buscar algo que quisiera protegerlo y le ayudara del frío que sentía en aquel momento.

Se sintió débil y con las defensas bajas de repente, lleno de miedo y el temblor sin un cierto beneficio en su cuerpo.

Asimilar aquello era difícil, pero no iba a dejar que JinYoung lo dejara, aprovecharía el tiempo que le quedaba para volver a enamorarlo. No dejaría a ese extraño quedarse con su novio y que le despreciase de una manera tan repugnante de un día a otro.

Una vez ya más calmado, se levantó del asiento, emprendió su camino de nuevo a JinYoung y a su acompañante, parecía que la pareja ya se había separado y mantenían una distancia como si lo anterior visto por sus ojos, no hubiera pasado. Mientras más se acercaba, comenzó a formarse el nudo en su garganta y empezaban a intensificarse sus ganas de llorar, mas sin embargo, quiso mostrarse fuerte y tomar rudo su maleta, aguantándose el quebranto dentro de su pecho y la debilidad ante los sucesos.

Seguía sin creer que JinYoung fuera capaz de eso, lo correcto hubiera sido acabar las cosas en cuanto lo encontró para que no le siguiera viendo la cara, pero aún muy en su fondo, no quería tirar tantos años de relación, JinYoung y él llevaban juntos ya casi cinco años juntos, había sido su primer novio formal y estaría dispuesto a perdonarle todo con tal de no terminar la relación.

Cuando se encontró a cortos centímetros del alto pelinegro, vió cómo su novio miraba desinteresadamente su celular, así que decidió pasar sus manos alrededor de su cadera, abrazándolo fuertemente, ocasionando que JinYoung saltase del susto. Éste dio la vuelta tomándolo entre sus brazos, haciendo que el rubio se embraguiase con su perfume. Al encontrarse perdidamente cómodo en los brazos de su novio, recordó el cómo hace unos minutos abrazaba de la misma manera a otro, y decidido a alejarse, pensó en que esos abrazos deberían ser sólo para él y en que no dejaría a JinYoung estar con alguien más.

Alborozadamente, tomó con ambas manos el rostro del pelinegro, robándole un hambriento beso. Abriendo sus ojos, topándose con un YuGyeom que se encontraba detrás de JinYoung y que miraba en dirección al suelo, incomodado por la escena.

YuGyeom era el que había estado metiéndose con su novio.

¿Por qué mierda lo hizo sabiendo las imposibles y significantes cosas que hizo Mark por él? No le cabía en la cabeza la maldad que aquel niño guardaba mientras aparentaba ser bueno ante la sociedad. Lucía tan indefenso detrás de JinYoung, lleno de inseguridades y con la mirada gacha, ni siquiera estaba mirándolo pero sentía demasiada lástima por él, pero no era más que un joven con cara bonita y con sentimientos hechos mierda.

Se sentía bastante inútil porque todo este tiempo pensó que ambos chicos quedaban porque estaban enlazando una amistad buena, pero resultó ser una completa farsa.

Lo odiaba, lo odiaba muchísimo como para ser real y quería joderle la existencia por meterse con lo que más amaba, pero se contuvo, porque Mark respetaba, sentía empatía por la gente y no humillaba.

Entrelazando sus dedos con los del economista, formó una falsa sonrisa y se dirigió al menor. —Hola, YuGyeom. ¿Qué haces aquí? —habló tratando de no sonar grosero, cosa que no resultó del todo al notar a YuGyeom morder su labio nerviosamente.

Y JinYoung a su rescate, contestó por él. —Él tenía ganas de verte y me pidió que lo trajera. ¿Verdad, YuGyeom? —preguntó enfatizándo lo último, haciendo al castaño asentir.

—Oh, ya veo, gracias por venir. —contestó forzando una nueva sonrisa, procurando no sacar otra cosa y se dirigió a su novio. —Amor, estoy cansado. ¿Podemos irnos ya al apartamento?

Call Me Daddy || JinGyeomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora