El Príncipe Mestizo II ☆

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Este libro es propiedad del Príncipe Mestizo.
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Uno de los resultados de la enorme carga de trabajo y las frenéticas horas de practicar los hechizos-no-verbales que debían aprender fue que Harry, Ron y Hermione estaban lejos de encontrar tiempo para ir a visitar a Hagrid. Él había dejado de ir a las comidas en la mesa de profesores, siendo esto una muy mala señal y, en las pocas ocasiones en que se habían cruzado con él, misteriosamente, no había logrado darse cuenta de su presencia, pasándolos de largo.

— Tenemos que ir y explicarle— dijo Hermione, exteriorizando sus pensamientos—. Decirle que apenas y tenemos tiempo y que no podíamos seguir en su clase, ¡Él lo entendería!

—¡Esta mañana tenemos las pruebas de Quidditch!— dijo Ron, alarmado—, se supone que tendríamos que estar practicando hechizos, ¿Cómo vamos a decirle que odiábamos su estúpida asignatura?

—¡No la odiábamos!—  gritó Hermione ofendida—, ¡Y no es estúpida!

—Habla por ti, yo no he olvidado todavía a los Escregutos de cola explosiva—dijo Ron, siniestramente— Tú no lo tuviste que oír hablar sin parar, hubiésemos estado enseñándole a Grawp cómo atarse los cordones de los zapatos si nos hubiésemos quedado.

—¡Tienes la sensibilidad de una piedra!— le gritó indignada—. ¡Eres cruel y tonto! Odio no poder hablar con Hagrid—continuó Hermione disgustada y sin prestarle más atención.

—Iremos después de Quidditch— le aseguró Harry, que parecía igual de desanimado —. Aunque las pruebas pueden durar toda la mañana, porque se ha presentado mucha gente. No sé por qué el equipo se hizo tan popular de repente.

Hermione borró cualquier mueca de disgusto y sonrió confiadamente, acercándose a él.

—Oh, vamos, Harry— lo interrumpió Hermione irónicamente—. No es el Quidditch lo que es popular, ¡Eres tú! Nunca has sido tan interesante y francamente, nunca has sido más fascinante, no me sorprende que te hayas hecho tan popular.

Ron se atragantó con un pedazo de comida, mirándola con los ojos bien abiertos. Hermione le dirigió una mirada de desconcierto, antes de voltearse nuevamente hacia Harry y encontrarlo muy atento a lo que decía.

—Todos saben ahora que has estado diciendo la verdad, ¿O no?— insistió ella, rozando su mano sobre la mesa—. Todo el mundo ha tenido que admitir que tenías razón acerca del regreso de Voldemort. Y ahora te llaman “El Elegido”. ¿No puedes ver por qué la gente está fascinada contigo?

—¿La gente o tú?— expresó Ron siniestramente.

Hermione hizo un gesto vago con sus manos mientras Harry, ansioso, esperaba por su respuesta.

— Incluyéndome— garantizó ella, sonriendo apenadamente—. Este año, hay algo en ti que... Bueno...

Harry sentía que en el Gran Comedor hacía de repente mucho calor, a pesar de que el techo se veía frío y lluvioso, pero se obligó a seguir prestándole atención por encima de los carraspeos de Ron, desesperado por su atención.

—Y has pasado por toda esa época difícil. Aún se pueden ver las marcas en tu mano de lo que esa bruja te hizo— murmuró con pesar, acariciando las cicatrices con la yema de los dedos—, y aún así seguiste fiel a tu versión. Eso te convierte en alguien valiente, estoy muy orgullosa de ti.

—Aún puedes ver por dónde esos cerebros me aprisionaron en el Ministerio, mira— dijo Ron, dando vuelta sus mangas.

Harry volteó a mirarlo, arqueando una ceja con recelo. No le gustaba que intentará apartar la atención de Hermione de él, de modo que extendió su brazo, ofreciendo gustosamente su mano para que ella la revisara.

Harry Y Hermione (one shots) حيث تعيش القصص. اكتشف الآن