Padres- Katsuki Bakugo

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Se escuchaba a alguien tararear en la cocina.

Te asomaste con curiosidad y descubriste a tu pareja, meciendo a su hijo en brazos mientras murmuraba una melodía inventada.

El niño miraba a su padre embelesado y estiraba sus manos hacia el rostro de su progenitor para tocarle la cara.

—maldito enano ya callaste...— murmuró el mayor sonriendo en el momento en que el pequeño murmuró algo como "adha" tocandole la boca con una manita. Misma manita a la que katsuki le dio un beso ganándose una carcajada infantil.

¿Y es que quien podía imaginar que bakugo, con su humor de mierda, tuviera tan buena mano para los niños?

Pues si, la tenía, y no solo eso, si no que disponía de una bendita paciencia que nunca llegaste a pensar que tendría.

Como aquella vez que el pequeño yuu logró, de alguna forma que desconocias, coger la camiseta favorita de su padre y meterla a la trituradora.

Temiste por que tu hijo muriera cuando viste los restos de la prenda color negro hecha trizas esparcidos por el suelo, con el mismo yuu jugando a lanzarlas al aire.

Bakugo se había quedado estático mirándolo y se fue acercando poco a poco. Cogió al niño en brazos y lo apartó de allí suspirando.

— te la cargaste...— murmuró entre dientes mientras barría los restos— que suerte tienes de que no te eduque la vieja por que a mi me enseñaron a ostias...

Estabas segura de que si la camiseta la hubieras roto tu estarían divorciados.

Y algo que también te tomó por sorpresa fue ver a padre e hijo jugando con unos bloques de madera en el salón, y es que a katsuki le encantaba jugar idioteces con su hijo cuando este tendría cerca de los tres años y lo mejor que hacia era urgarse la nariz.

Ah, y a bakugo, el ser más comprensivo, amable y agradable del mundo, nótese la ironía, le encantaba consentir a su hijo.

—¡pero mamá!— volvió a quejarse el pequeño de 7 años pateando el suelo.

—te dije que no más chocolate— le repetiste cerrando el alimento en un tarro lo suficientemente alto como para que el niño no llegara— ya comiste suficiente.

—¡joder mamá yo quiero de eso!— reprochó cruzándose de brazos.

—¡habla bien!

Bakugo que leía el diario mientras desayunaba se lo obsrevaba todo con detalle.

—¡vamos mami! ¡No pediré más!

—dije que no.

Un débil "pst" llamó la atención de yuu, que volteó hacia donde se le llamaba mientras tu seguias ordenando los tarros de la cocina. Bakugo bajó un poco el diario para mostrar un trozo bastante grande de chocolate que sacudió en el aire como llamado, deslizandolo después por debajo de la mesa.

Yuu sonrió enérgicamente y con disimulo cogió el trozo de chocolate que se le ofrecía y se lo llevó a la boca después de susurrar "te quiero papá"

Y no fue la única vez que lo consentió, a saber cuantos juegos de consola le habría comprado por mero capricho. Si es que joder ¡por consentirlo incluso le permirió llamarlo bastardo!

Pero no todo era tan bonito entre padre e hijo. Cuando bakugo debía enfadarse lo hacía.

Como por ejemplo aquella vez que coló a su mejor amigo hideki en casa para pasar una noche de hombres.

Hideki, el buen niño de cabello rosa alborotado, dientes afilados y ojos rojos. El mismísimo hijo de eijirou kirishima y mina ashido, que se coló un sabado en la noche por cortesía de tu hijo y se bebió unas tres cervezas con solo 15 años.

~BNHA one-shots x lectora~Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ