~BNHA one-shots x lectora~

Especial Halloween

Bueno bueno cuaaaantas ideas dieron. Siento decir que no podré hacerlas todas, de hecho en un rato subiré el otro shot que decidí escribir.

Algunas de las ideas que dijeron las voy a hacer en un tiempo, no con la temática te halloween, pero si las escribiré.

Y si, la imagen de arriba la dibujé yo, aún que me quedó medio kk por ir rápido.

Después de decir esto. Espero que les guste como quedó.

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—¿se saben todas las normas?— preguntaste mirando a tus acompañantes.

Halloween era una de tus festividades favoritas, ya que podías pedir caramelos a cambio de nada, y si no te los daban podías llenar la casa de esas personas con papel higienico o huevos. El problema estaba en que el tema de los espiritus y fantasmas no te encantaba. Más que nada por que se trataban de simples historias falsas para asustar a los niños pequeños.

Por esa razón te encontrabas en una casa abandonada con fama de estar encantada junto a izuku, shoto, eijirou y katsuki. A altas horas de la noche con todas las luces apagadas, con solamente la luz de unas cuantas velas colocadas a los lados del tablero. La ouija era un juego para comunicarte con aquellos supuestos "fantasmas" con ciertas normas que si no cumplias, se suponía que pasarían cosas malas, pero no pasarían esa noche, por que era falso.

—puedes volver a repetirlas por si un caso— propuso el pecoso.

—se deben cumplir todo lo que el espiritu diga, comportarse educadamente, tener todas las luces apagadas, no quitar el dedo del oráculo hasta que la sesión termine y despedirse al terminar— recitaste enciendiendo otra vela, para luego posarla al lado del tablero— pero eso no pasará, es mentira, de hecho en unos cinco minutos podremos volver a aburrirnos por las calles.

—pues acabemos a con esta basura— bakugo dejó su índice encima del oráculo y luego le siguieron kirishima, todoroki y midoriya. Por último, tu dejaste también tu dedo.

—bien. ¿Hay alguien aquí con nosotros?— le preguntaste a la nada haciendo girar el oráculo por todo el tablero una vez por cada persona. Una vez dejaste de girar dejaste el oráculo en el centro, sin sacar el dedo y esperaste a que algo pasara. Pero nada, nada se movía, no se oía ningún ruido y todo parecía de lo más normal—¿hay alguien aquí?

Repetiste la misma frase unas tres veces más, consiguiendo que todoroki bostezara y bakugo empezara a mover el pie de arriba a abajo con nerviosismo— esto no funciona— murmuró el pelirrojo del grupo.

—¿hay alguien aquí? ¿Con nosotros?— preguntaste una última vez, pero ni tembló, no pasó simplemente nada.

—esto es una mierda— bakugo hizo el ademán de levantarse, pero en ese momento el oráculo empezó a moverse muy despacio a trompicones por el tablero—¿pero que....?

—¿quien lo está haciendo? — os preguntó todoroki mirandose las manos de todos.

El oráculo terminó en llegar al "si", y luego volvió al centro del tablero— ja, ja, que risa midoriya no hagas bromas— reiste alborotandote en cabello con tu mano libre.

—p-pero si yo no fui— contestó el otro con nerviosismo.

—vale, que nadie haga nada— pediste aclarandote la voz—¿vives en esta casa?

Todos quedasteis inquietos esperando a que volviera a haber movimiento, y tardó unos segundos, pero vuestros dedos fueron arrastrados por el trozo de madera hasta el "si" y luego devueltos al centro.

—¿esto es real?— se preguntó eijirou en voz alta asombrado.

—¿¡como será real cabeza hueca!?— le gritó bakugo— es obvio que alguien lo está moviendo.

Antes de que el cenizo siguiera hablando el oráculo volvió a moverse, esta vez entre las letras deletreando la palabra "bakugo" haciendo que al nombrado le recorriera un escalofrío por la espalda— q-quien sea que pare— rogó izuku.

—esto va enserio— susurró shoto ensimismado con lo que estaba pasando—_______ pregunta más cosas.

—¿podemos saber tu nombre?— en esos momentos más que miedo sentías inquietud. Aquel trozo de madera se movió hasta el "no"—¿por que no?

—________-san, no deberías preguntar eso— te corrigió midoriya al ver como las velas se avivaban y aquello que os marcaba lo que el espíritu decía empezaba a temblar.

—lo siento— te disculpaste alarmada— no quería ofenderte o lo que sea que te pase— instintiva mente cogiste la mano de kirishima.

—m.... I...— deletreaba bakugo en voz alta diciendo lo que el oráculo marcaba— p... A...

—d... R... E...— le siguió todoroki. Y el oráculo se detuvo en la mitad del tablero.

—¿tu padre?— repetiste— ¿que pasó con tu padre?

El trozo de madera empezó a moverse violentamente por el tablero en círculos, actitud que te asustó por lo que habías leído sobre el juego, aquello no era buena señal—c, t.. Q... O— empezó a moverse aún más rápido de letra en letra hasta los bordes sin sentido, las velas empezaban a prender más rápido y tu corazón iba demasiado deprisa.

—p-perdoname— suplicaste— no quería, lo siento. Perdón si te molesté— pero no se detuvo y uno de los cristales de las ventanas reventó haciendo un gran aire que apagó las velas. Todos quitasteis la mano del tablero y os levantasteis, en cambio, el oráculo no se detenía y se movía libremente por el tablero casi a espasmos.

—se terminó esta basura— bakugo se dirigió a la mesa con tal de coger el tablero y partirlo, pero una silla se movió con velocidad hacia el cenizo quien por suerte se detuvo a tiempo.

—hay que salir de aquí— todoroki te cogió de la mano y kirishima se puso delante de ti, mientras bakugo intentaba llegar al tablero luchando contra las sillas y la mismísima mesa que salió volando contra la pared.

— la puerta está bloqueada— os gritó izuku desde la entrada intentando abrir desesperadamente la puerta de madera antigua.

—¡aparta deku!— bakugo lanzó una silla contra la puerta, pero antes de llegar a tocarla se detuvo en el aire por unos segundos y volvió contra el chico.

—¡bakugo!— mandaste una rafaga de aire hacia allí logrando desviar la silla—¡rápido! ¡Yo abriré la puerta!— usando tu quirk al máximo conseguiste romper la puerta atorada, aún que eso te causara un fuerte dolor de cabeza—¡rápido!

Todos corrieron hacia la salida, asegurandose de tapar el agujero con un par de muebles tirados con tal de que nada saliera de allí dentro. Tu respiración era demasiado irregular, sentías que el corazón se te saldría por la boca y en tu cabeza todo daba vueltas.

—escapamos— susurró izuku aliviado.

—entonces si era verdad...— murmuraste dejando una mano sobre tu pecho— hagamos como que nada pasó ¿si?

Todos asintieron y empezaron a caminar hacia sus respectivas casas. Pero aquello no terminó allí, desde ese momento escuchabas pasos por las noches que se dirigían a tu cuarto y se detenían tras la puerta. Respiraciones a mitad de la noche y escalofríos por todo el cuerpo. Puede que no creer en los espiritus hubiera sido in error y puede que no haber cerrado la sesión también lo fuera