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La señora Kim silbaba feliz de la vida, mientras tras ella, un Jung Hoseok se movía de un lado a otro, tratando de no pisar donde había lodo y excremento de caballo. Se quitó los lentes del sol y soltó un grito cuando pateó otro pedazo de excremento.

—¡No, así no puedo, mi corazoncito le dará un infarto, auxilio me desmayo!—chilló dándose aire.

La señora Kim se giró a verle con rostro divertido ante el carácter del chico.

—¡No mas va' ver, como se va acomodando, chiquillo! ¡Esto es pura vida!

—Lo dudo—susurró Hoseok tomando un pequeño palo y empezó a limpiar la suela de su zapato.

—Usté se va llevar de maravilla con mi crio, es un machito bien manso—guiñó el ojo mientras ponía sus manos sobre la cadera.

—¿Crio, habla de su animal, mascota?

La señora Kim se tiró una gran carcajada.

—Me encanta tu sentido del humor. Pero me refería a mi crio, mi hijo.

—¿Ah, sí? ¿Tiene un hijo?—comentó sin importancia alguna.

—Ya es un machito bien adulto—dijo alargando su tono al pronunciar las palabras— hecho y derecho y buen domador de sementales.

—¿Semen?

—Semental.

—¿Reproducen semen o qué?

La mujer se tiró otra carcajada.

—Irá aprendiendo...todo a su tiempo—comentó la mujer un tanto frustrada al percatarse que parecía usar palabras distintas. Los chicos de ciudad tenían un dialecto más suave al hablar, mientras ellos, que eran del campo, su tono solía ser algo canturreado y fuerte.

Hoseok frunció el ceño, el no estaba siendo cómico, estaba horrorizado. Pegó un grito cuando algo lo tomó de los cabellos, siendo una vaca que le agarró un buen pedazo de pelo.

—¡Ay, mi finos cabellos!—gritó queriendo que aquella animala fea lo soltara—¡Rica te ves bañada en salsa sobre una cacerola, pedazo de carne!

—¡No joven crio! , esa es la vaca lechera chico, esa no es para hartar, es para ordeñar.

La señor Kim acarició la vaca, presionando un poco sobre la comisura del animal, que soltó el pelo del omega. Hoseok soltó otro grito y lloriqueando.

—¡Odio aquí!

La señora Kim apretó los labios con leve pesar ante aquello y buscó con desesperación a su esposo. Pero no estaba a la vista.

—Mi esposo de seguro anda pastoreando las ovejas...—la señora Kim le sonrió al chico y tomó su bolsón—le ayudaré, pa llevarlo a su aposento.

—También sostén mis lentes—dijo Hoseok poniendo en el pecho aquellas gafas.

La señor Kim tomó a tiempo aquellas gafas y frunció el ceño mientras notaba al chico alejarse y pegar gritos cada vez que pateaba lodo o alguna sustancia extraña. Suspiró, inflando sus mejillas y se adelantó, ordenando a Hoseok que lo siguiera.



Hoseok contempló aquella casa antigua y miró a los lados, sintiendo sus piernas ya cansadas, para llegar a la casa desde el portón de madera viejo, donde lo dejaron tirado a su suerte, tuvo que caminar diez minutos, pasando donde vivía los animales

¿Por qué todo estaba tan lejos?

frunció el ceño un poco nervioso e incómodo. Por suerte la casa quedaba lejos de donde estaban los animales.

Namseok|| Caballo y caballero.Where stories live. Discover now