[12:Epílogo]

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—¿Ya tienes todo? —preguntó Hoseok con una sonrisa.

Namjoon afirmó con lentitud, metiendo una pequeña maleta en el baúl de aquel carro. Hace días el omega le había conversado sobre ir a la ciudad para así ver el lugar donde iban a vivir, también en qué lugar sería el salón para la fiesta, entre otras cosas. La señora Kim metió su maleta muy sonriente y también su esposo, ya que también habían sido invitados. Por lo tanto dejarían al cuidado su ranchito a Kim SeokJin.

Los señores Kim fueron los primeros en subirse con una gran sonrisa, estaban muy emocionados de conocer cómo era la ciudad, ya que el único lugar que visitaban era el pueblo de abajo y vivieron toda su vida en el campo. Entre las montañas y la ciudad quedaba bastante lejos. Ese día habían madrugado y la mujer se puso sus mejores vestimentas junto con su esposo.

—Joven Jung —habló Namjoon pasando nervioso sus dedos entre la punta de su sombrero—. ¿Cómo me veo? —preguntó subiendo su mirada con lentitud—. Me puse las mejores prendas.

Hoseok sonrió al escuchar aquello y puso su mano cálida sobre la mejilla del alfa.

—Te ves bien. Es una lástima que no pueda desprender tus ropas en estos momentos —comentó de forma socarrona soltando una suave risilla.

Namjoon al escuchar aquello se sonrojó, viendo al omega ingresar al lado delantero de aquel carro. El secretario contempló al joven Jung, luego terminó de ver que todos estaban adentro, la señora Kim no quitaba su gran sonrisa sosteniendo su carterita entre las manos. El alfa ingresó de último y se acomodó su sombrero.

Cuando el carro arrancó, el alfa contempló aquellos campos, viendo como cada vez se iba alejando, a las vacas comiendo del pasto y uno que otro caballo corriendo mientras jugaban a competir en su velocidad, iba con mucha incertidumbre, con muchos miedos. Se preguntaba si se adaptaría a la ciudad y cómo sería ese futuro junto al omega.



Pasadas seis horas, los señores Kim se habían dormido en el viaje, incluido Namjoon que se cubrió del sol con su sombrero. Jung Hoseok al ver que ya iban por la entrada, contemplando los grandes edificios, sonrió, se giró para sacudir al alfa.

—¡Bienvenidos a la ciudad! Hemos llegado.

La señora Kim se despertó de un golpe y sus ojos brillaron al ver aquel montón de carros, todo parecía iluminarse, sacó su cabeza por la ventana del carro. Namjoon frunció el ceño quitando su sombrero, notando como las personas se veían muy diferentes—¡Por mis santos ovarios! —escuchó gritar a su madre con la boca abierta viendo de un lado a otro, el señor Kim la sostuvo de la esquina de la camisa para tenerla aferrada por si acaso.

El carro se detuvo en un semáforo y un gran lamborghini se detuvo a la derecha de Kim Namjoon, el alfa abrió y cerró la boca, la ventana de aquel carro se bajó y dos hermosas chicas contemplaron al chico, para luego ofrecer una sonrisa coqueta. Namjoon se cohibió viendo al frente de un solo con los ojos bien abiertos, tragando duro—¡Tan rico hombre de canela! —gritó una de las acompañantes.

Jung Hoseok frunció el ceño al escuchar un grito a su derecha y bajó la ventana con una ceja enarcada, tomó una botella de agua que una hora antes compró en una gasolinera y muy molesto la tiró apuntando a la chica que manejaba. Namjoon se sobresaltó ante aquello, viendo a Hoseok sacar la cabeza del carro.

—¡A ver! ¡¿Quieren pelea?! ¡Es mi hombre, mio!

El secretario suspiró, tratando de llenarse de paciencia, escuchando al chico tirar maldiciones mientras las otras chicas respondían, pero no por mucho cuando Hoseok tiró una segunda botella ya abierta que tenía sprite.

Namseok|| Caballo y caballero.Where stories live. Discover now