13.- La gente del futuro

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—En el año 1956 una profetisa llamada Esmeralda, que estaba al servicio de Bruna, decidió abandonarla

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—En el año 1956 una profetisa llamada Esmeralda, que estaba al servicio de Bruna, decidió abandonarla. Una tarde en Saissac, mientras Bruna visitaba las tumbas de Guillaume y Luc de Béziers, la profetisa tuvo una visión. Le reveló a la encantadora parte de ella, pero se guardó el resto para nosotros. Fue así que empezó el renacimiento de la segunda orden del Grial.

Por alguna razón Alain estaba seguro de que en la sala sabían sobre aquello. Hasta podía intuir que Jerome estaba contando todo eso porque sabía que era él quien necesitaba respuestas. Y después de decir que la persona destinada a ser la inmortal ocho se había suicidado, él quería saberlo todo. 

—Esmeralda nos dejó profecías importantes, y ahora con el estudio de los diarios de Jehane hemos podido constatar que ciertas cosas que Sybille de Montpellier predijo se han cumplido. Los nombres que escribió Jehane por orden de Sybille, son los mismos que Esmeralda mencionó. Luciano y William son los últimos inmortales, Sybille acertó. Pero ella también estuvo en lo cierto con algo más. —Jerome hizo una señal y en el proyector apareció la foto de una familia. Un hombre mayor, una pareja joven, un niño que tendría su edad y un muchacho de unos dieciocho—. Se preguntarán quienes son ellos. Chicos, les presento a los Sørensen. Ellos son los descendientes de Guillaume y Sybille.

»En algún momento de la historia su descendencia fue a parar a Dinamarca, y esa es la razón del apellido. La orden los ha vigilado desde el año 1960. Cuando los encontramos ellos ya habían perdido el castillo de Saissac por deudas, no tenían la fortuna de sus antepasados. En el año 1970, la familia Sørensen se mudó a Estados Unidos, y están allá desde entonces. Lo que sabemos es que los miembros de la familia no tienen idea del pasado que los une a nosotros, ni de su historia. Cuando perdieron el castillo, dejaron todo atrás. Perdieron el contacto con los antepasados de los Maureilham durante la revolución francesa, al parecer hasta ese entonces las familias se mantuvieron unidas para conservar a salvo el secreto que alguna vez los unió. Ahora les presentaré a los miembros de la familia.

Jerome hizo una pausa y sacó un puntero láser. Toda la audiencia estaba en completo silencio, incluso Julius. Él, que casi nunca podía quedarse callado, prestaba atención a las palabras de Jerome sin perderse ningún detalle.

—Este es el patriarca de la familia, Jesper Sørensen. Su único hijo era Jarl Sørensen, y está es su esposa, Holly. Ella era americana.

—¿Era? ¿Qué pasó con él? —Fue Silvain quien hizo esa pregunta.

—Jarl y Holly fallecieron el año pasado en un incendio. Fue un trágico accidente —hubo un murmullo general en el salón. Nadie parecía contento con esa respuesta.

—Permítame durarlo, Jerome —dijo Andrea, la descendiente de Trencavel—. No puedo creer una persona descendiente de Guillaume muera en un accidente. No parece algo fortuito, ¿sabe que creo? Que hay inmortales metidos en eso. Igual como pasó con los padres de Julius.

Al escuchar aquello, Alain miró de lado a su pequeño amigo. El niño no dijo nada, ni siquiera bajó la mirada. Alain supuso que llevaba años asimilando esa idea.

Los diarios de Jehane de CabaretDonde viven las historias. Descúbrelo ahora