39: Me arriesgaría una vez más

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Se removió lentamente en la cama al sentir aquellos rayos de sol molestos golpearle en la cara.

Sebastian suspiro y extendió el brazo palpando las sabanas frías con las yemas de sus dedos, recorrió las curvas formadas en las mantas sin tocar nada mas allá de la tela.
Abrió los ojos de golpe hallándose completamente solo en la habitación, Observo al rededor sus ropas dobladas sobre un mueble, No había rastro de Ciel en el lugar, no había ruido alguno mas que el de su propio corazón bombeando acelerado y siendo sofocado por el pánico.
Se sentó rápidamente en la cama y puso a vestir a toda prisa.

-Ciel?- Tenía la esperanza de que en algún punto de la casa la vocesilla del mencionado rebotase hasta sus oídos, pero no recivió respuesta.
Camino al baño hallando este vacío, salio de la habitación con la esperanza de encontrar a Ciel esperándole con un recién preparado desayuno, o si quiera con Ciel husmeando en la cocina, o menos aún; Con Ciel sentado en el sofá jugando en el celular o viendo la televisión.

Pero incluso eso era mucho desear tomando en cuenta que hace horas el ojiazul había abandonado la residencia.
Paso la mano por su cabello, revolviendolo como si con alborotar sus hebras pudiese mandar a volar la sensación agria que le nacía en la garganta.

Frunció el ceño, tomo una profunda bocanada de aire y salió del departamento tan rapido como sus piernas se lo permitieron.
Camino a grandes zancadas por las calles, cruzando las calles sin prestar atención a si el semáforo le permitía la pasada.
Llego a la gran casa, observo atentamente y se sorprendió  cuando vio a la pelinegra de aquel día salir animadamente del lugar, observo a la bajita muchacha que le miro extrañada y luego torció el gesto, pero sus miradas fueron interrumpidas cuando la vocesilla se escucho desde atrás de ellos.

-Sebastian... que... que haces aquí?- Ciel sintió que perdía el aliento.
La billetera de Sullin había caído de su bolso y Ciel corrió a alcanzarla para entregar esta, pero no contaba con aquel encuentro para nada especial.

-Yo... bueno tu, te fuiste y yo no podía dejarte...- Sieglinde los observo, primero a Ciel y luego a Sebastian, sonrió abatida soltando un suspiro y permaneció escuchando aquella conversación.

-Ya basta, vete de aquí!- Dijo Ciel y se dirigió a Sullivan para entregarle la billetera, la muchacha le sonrió y le tomo la mano cariñosamente.

-Pretendes escapar luego de hacer el amor conmigo- Dijo Sebastian en voz alta captando completamente la atención de Sullivan y de Ciel al cual se le pusieron las mejillas coloradas.

-Cierra la boca!... no se de que hablas- Dijo Ciel molesto aun con el rostro acalorado, se giro a Sullivan que permanecía en silencio y con una diminuta sonrisa en sus labios.

-Olvidaste como anoche lo hicimos... o aun tengo tus marcas. Y tu las mías por supuesto, en tus hombros, tu abdomen, tus brazos y tus preciosas piernas- Sebastian sonrió mientras cambiaba el peso de una pierna a otra, Ciel mantenía los dientes apretados  y los puños al igual tan fuertemente que sus nudillos se hallaban blancos.

-Callate!!... tu maldito bast...!-

-Ciel Phantomhive!- Rachel apareció de brazos cruzados observando con el ceño fruncido a Ciel, Este mantenía la cabeza agacha, las mejillas coloradas y las lagrimas le recorrían el rostro rodando por su barbilla hasta desfallecer en el asfalto frente a sus pies.

-Recuerdo haber dicho claramente que cuidara de mi hijo, lo olvida?- Dijo la castaña dirigiéndose a Sebastian que la observo apenado.

-Yo...- Le interrumpió.

-Si hay algo peor en este mundo, es ser madre y presenciar el corazón roto de uno de tus hijos.
Y dios Sebastian has sido tan explosivo en la vida de mi hijo- Dijo ella acariciando el puente de su nariz.

-Dime Sebastian Michaelis- Hizo una pausa.

-Dime las razones por las que debería perdonarte el haberle roto el corazón a mi único hijo- Ella le miro directamente a los ojos, no juzgando, ni con odio, pero si atenta y comprensiva.

-Bueno... eh...- Sebastian se sentía algo inquieto ante tantas miradas, tantos ojos puestos sobre él, como si esperasen que metiera la pata para alzarse sobre él y hacerlo pedazos.
Observo a Ciel, ascendiendo desde sus labios hasta sus ojos.
Suspiró.

-Conocí a una mujer, mujer cuya única misión al conocerme fue inculcar un irremediable odio hacia los Phantomhive, ella me obligó a convertirte en mi objetivo y segado por la venganza eso hice.
Pero cuando te conocí...- Hizo una pausa y soltó una ricilla amarga.
-...Cuando te conocí por fin, en carne y hueso, admirando cada uno de tus defectos y cualidades no pensé que algo tan bello y gentil fuese humano. Cada día mi "venganza" estaba mas lejos y tú... tú cada día me enamorabas más, Y Ciel te juro que si pudiese comenzar de cero lo haría una y mil veces con tal de hacer bien las cosas contigo- Miro a Ciel al cual seguían resbalandole las lagrimas por las mejillas.
-Y señora Phantomhive... quiero tomar responsabilidad por haber roto el corazón de su hijo, pero le aseguro que cada vez que lo veía mi corazón se hacía mierda un poco mas-

-Hey!- Sebastian rio nervioso ante la recriminación de la mujer.

-Oh lo siento- Sebastian le sonrió y la mujer correspondió de igual forma asintiendo con la cabeza a modo de aprobación.

-Ciel...- Rachel camino a su hijo y le abrazo fuertemente, se inclinó a besarle la mejilla y le susurro al oído.

"El es el hijo del desastre de los Michaelis"

Sieglinde seguía ahí, Rachel ahora dirigiéndose a ella le rodeo los hombros con uno de sus brazos y le beso los cabellos.

-Ciel ve con él, no dejes que una estupidez te aleje de quien amas...-

-Pero tú...-

-Tranquilo, yo le dije que tu estabas aquí- Ciel le dedico una amplia sonrisa y observo a Sebastian, soltó un largo suspiro y camino hacia el azabache.

-Tu Sebastian Michaelis me debes una grande por todas las noches de llanto- Ciel soltó una risilla la cual fue contagiosa para Sebastian, inclinándose y abrazando al menor por la cintura le acarició los labios suavemente y se acercó hasta que sus labios estuvieron pegados dándose aquel maravilloso calor, se movían lentamente contra el otro, saboreando los belfos que ansiaban por completo.
Se separaron y pegaron sus frentes.

-Te amo-
-Te amo-

Ambos rieron y unieron sus labios una vez mas.


 
 


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Ya esta.... creo que en 3 capítulos mas esto se acaba :')

Mis niñas/niños no saben cuan orgullosa estoy de ese proyecto que en lo personal es el que mas me ha gustado (hasta ahora).

Y también estoy orgullosa y muuuuy agradecida de tener conmigo a seguidores tan maravillosos y leendos♡♡

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Anónima-san los ama♡

Tras la cámara<Sebasciel.(CORRIGIENDO)Where stories live. Discover now