37: ser yo

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-Que haces... porque...- Sus palabras fueron cortadas por el dulce beso que recibió en los labios, empujo al mayor y le miro con el ceño fruncido.

-Ahora te molesta?- Dijo arqueando una ceja Sebastian.

-No parecía molesto cuando la besaste a ella- Gruñó con fastidio.

-Nos viste...- Dijo Ciel en tono bajo.
Sebastian se sentó frente al ojiazul y le observo directamente a los ojos, juzgador y enojado.
Ciel inspeccionó la apariencia del mayor reparando en la desaliñada vista que tenía de Sebastian en esos momentos; El cabello de Sebastian lucia opaco, se veía pálido casi enfermo, tenía unas ojeras enormes bajo sus ojos oscurecidos.

-Porque...- Cuando comenzaba a hablar el estornudo de Sebastian le hizo dar un ligero brinco de la sorpresa.
Ciel le observo torciendo el gesto y se levantó de la mesa cuando vio a un mesero acercarse.

-Oh disculpe...- Sebastian se levanto rápidamente pidiendo disculpas al confundido muchacho y camino dando largos pasos para alcanzar la pequeña espalda que avanzaba por el pasillo directo a la salida.

-Oye! Oye!- Dijo Sebastian tomando el borde de la camisa de Ciel pero este no se volteó a mirarlo, se quedo ahí, con el agarre de los largos dedos que descendieron alrededor de su muñeca, mirando al piso mientras las gotitas le corrían por el rostro.

-Sueltame...- Murmuró Ciel, intento hablar, intento él mismo creerse aquellas palabras pero por dentro su ser pedía a gritos que por favor se quedara, que lo arrullara en sus brazos y que lo besara hasta el cansancio, hasta que sus músculos dejaran de ceder y pudiesen mantenerse tan pegados que sus cuerpos fuesen capaces de fundirse juntos.

-Ciel...- Sebastian hablaba con delicadez, en un tono bajo procurando no presionar al muchacho.

Callate...
Por favor callate....

Ciel no podía contra si mismo, cada que Sebastian decía su nombre sentía ganas de echarse a llorar a mares acurrucado en los fuertes brazos que habían jurado protegerlo del dolor y el sufrimiento, Pero que ellos mismos habían causado.

-Mirame...- Dijo Sebastian tomando la cintura de Ciel y girandolo lentamente, intentando hacer ceder a Ciel por completo.

-No...- La voz de Ciel se escurrió dolorosa por sus labios, sus palabras gemian por si solas del dolor que le oprimía el pecho y de las gotas saladas que humedecieron su rostro tantas noches. Y también ahora.

-Sebastian...- Ciel jadeo y se giró dejándose hacer por los brazos que amorosamente le ofrecían su calor.
Se aferró al cuerpo del mayor estrujando las ropas entre sus dedos, sollozando, resfregando su rostro contra el pecho de Sebastian y aspirando el aroma que tanto ansiaba se colase por sus fosas nasales.

Sebastian rodeo al muchacho como si estuviese protegiéndolo de cada cosa que pudiese causarle dolor, le beso la cabeza, repartió besos en las húmedas mejillas del muchacho y lo arrullo en sus brazos hasta que el muchacho comenzó a hipar y se relajo entre el calor corporal que compartían en esos instantes.

-Ven conmigo... aunque sea solo por hoy- Decía el azabache besando los dedos del mas bajo que no le miro en absoluto, solo asintió con la cabeza y se dejo guiar por la mano de largos dedos que envolvía la suya dirigiendolo hasta la parada de taxis para llevarlo a quien sabe donde.

El camino fue silencioso pero era mas que suficiente para Sebastian que besaba con delicadeza las manos de Ciel.
El automóvil  se detuvo en algún momento no estaban seguros de si llevaban mas de la cuenta sentados en los asientos traseros dándose afecto, pero el taxi se había detenido.
Sebastian abrió la puerta del taxi y le tendió una mano al muchacho que sin rechistar correspondió.
caminaron por los pasillos del hotel hasta llegar a la puerta correpondiente y ambos entraron.

Ciel camino unos pasos mas allá de la puerta y miro la maleta negra junto al sofá mientras Sebastian buscaba algo en una especie de cocina.
Volvió con dos vasos con líquido ámbar y le tendió uno a Ciel mientras se bebía el propio de un solo sorbo.
Ciel solo bebió un sorbo y se sentó al borde del sofá jugando con el vaso entre sus dedos. Alzó la vista admirando a Sebastian que estaba sentado en un sofá frente a él e intento sonreír relajado aunque por dentro fuese un auténtico manojo de nervios y pensamientos sin sentido.

-Hace... Hace cuanto llegaste?- preguntó Ciel aun jugando con el bordesillo superior del vaso, intentando hacer mas ligero el ambiente entre ambos que fácilmente podría cortarse con un cuchillo.

-Pues hace una semana... creo- Ciel sonrió sin despegar la vista de las gotitas que se deslizaban por el bajo cuando Sebastian soltó una ligera risilla.

-Ciel yo...-
-Sebastian Yo...-

Ambos hablaron al mismo tiempo de manera que cerraron la boca también al mismo tiempo.
Ciel se estiró y dejo el vaso sobre la mesilla de vidrio.

-Quería de...-
-Quería de...-

Otra vez.

-Dime-
-Dime-

Ambos rieron y se miraron a los ojos, Sebastian mantuvo su sonrisa mientras la de Ciel se borraba tras el sentir de la calidez de aquella vista.
Se miraron con intensidad, aquella intensidad que les hacia arder el cuerpo de una forma maravillosa.
La simple mirada calurosa de deseo y admiración les aceleraba el corazón.
La tensión les aumentaba el deseo y aquel tiempo que no se tuvieron solo los empujaba a amarse de aquella forma que anhelaban.

-Ciel quiero...- Hizo un ademán de continuar su oración pero los ojos del mas bajo lo detuvieron. Parecían brillar mas que antes, parecían mas grandes y mas azules que nunca.

-Como aquella vez que lo dije sería un deseo maravilloso pertenecer a todas tus primeras veces- Ciel solo le admiraba en silencio con el mar de emociones que le estrujaba y revolvía las entrañas. -Quiero ser yo quien tenga todo de ti, quiero ser el primero y joder... se que la lié de forma masiva pero... De verdad he estado enamorado de ti desde el momento en que vi tu rostro, desde que te conocí- Ciel se mantuvo en silencio, Se levanto y por un momento el pánico se apodero de Sebastian cuando pensó que Ciel abandonaría el lugar, pero en vez de eso, Ciel camino hacia el azabache y se sentó en sus piernas hundiendo su nariz en el cuello del mayor.

-También quiero... que seas tú-






 
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Les dejo el salseo para un siglo mas

Mis ánimos no son los mejores y por eso criaturas he tardado tanto en este capítulo.
En estas fechas pase por algo bastante difícil y otras circunstancias también están azotando mi vida y pronto dará un gran giro...

No os asustéis no cancelare la historia, solo tal vez no estaré muy activa pero les daré sus capítulos y el hermoso final que se merece esta historia.

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Anónima-san Los ama♡

Tras la cámara<Sebasciel.(CORRIGIENDO)Where stories live. Discover now