Ante el berrinche de Mark, no le quedó de otra mas que terminar accediendo. Solo sería un día. Y tenía sueño. Quería y necesitaba dormir, y también necesitaba que el rubio le dejara en paz por unos segundos, así que no creía que hiciera daño el cumplirle su caprichito.

—Bien, tendré que avisarle a WooJin. —contestó rendido a pesar de no haber sido siquiera necesario el rogarle.

El rubio chilló de la emoción, plasmó nuevamente sus labios sobre la tez lechosa de JinYoung y se levantó en dirección a la cocina para comenzar a preparar el desayuno.

Joder.

Park pasó una mano por su rostro y soltó un sonoro suspiro.

¿Cómo diablos lo había olvidado?

Había quedado en pasar todo el día junto a YuGyeom. Su jefe le había regalado el día libre y en sus planes sólo había quedado el que Mark no lo buscara en todo el día ya que le tenía pensado decir que se encontraba muy ajetreado.

Y ahora tendría que cambiar totalmente todo lo planeado a causa de su idiotez.

YuGyeom.

Estaré ocupado, llegaré tarde.
Enviado 7:56 a.m.

Tengo cosas importantes en el trabajo.
Enviado 7:56 a.m.

Dejó su celular a un lado y se adentró al baño para comenzar a arreglarse.




...

BamBam había estado quedándose en su departamento por el simple hecho de que quedaba mucho más cerca del trabajo y así no tendría que levantarse tan temprano por las mañanas para no llegar tarde. Aún así, llegaba por las noches y no estorbaba mucho al menor con su espacio personal.

—YuGyeom, apaga tu cosa. —el peligris zumbó, cubrió ambas orejas con una almohada para no escuchar el sonido proveniente del celular y trató nuevamente de conciliar el sueño, cosa que fue totalmente en vano. —Dile a tu novio que deje de joder.

—¿No tienes que ir a verte con Mark? —YuGyeom escupió intolerante ante la forma en la que su amigo le había bramido, tomó su móvil de la cómoda y se dispuso a volver a tirarse sobre la cama con éste en manos.

—Mark canceló nuestros planes, dijo algo de pasar el día con JinYoung.

—¿JinYoung?

—Sí, su novio, tu gran amigo JinYoung. —citó el tailandés con ironía y cachondeo en su lenguaje. —Creo que es el cumpleaños de Park o algo así. —el peligris fatigado, se levantó de la cama y comenzó a levantar su ropa que se encontraba regada por todo el lugar.

Tenía poco dinero y era el cumpleaños de JinYoung. ¿Qué podía regalarle? Sólo podía permitirse un pastel y creía que era lo suficiente. Su madre siempre le había dicho que la intención era lo que contaba. Sabía lo detallista que era JinYoung, lo motejador que era con las cosas y lo reprochador que solía ser la mayoría del tiempo, como todo un niño riquillo que tenía todo en la palma de su mano y podía permitirse hasta criticarte por tu forma de resollar, pero YuGyeom... era simplemente YuGyeom, un muchachito que trabajaba en una cafetería, su sueldo apenas le rendía para sus necesidades básicas y que estaba abriendo su corazón a un tipo que quería... y que ya tenía un dueño, que pasaría su día con él, como lo merecían, sin un adolescente con las hormonas alborotadas a su lado y que ahora se encontraba con el semblante decaído gracias a la noticia de que JinYoung terminaría pasando su cumpleaños junto a Mark.

Recapacitó, se dio un golpe interno en su cabeza, sintió inmediatamente la aflicción y el desconsuelo invadir su cuerpo y la amargura recorrer por sus venas. JinYoung tenía un novio. Y no era él. Era Mark. Y él estaba preocupado por un regalo qué darle, y de todos modos, la nostalgia no conseguía bajarle su ánimo, estaba dispuesto a comprarle un detalle con el corazón roto, con la esperanza de que JinYoung fuese el indicado de buscar, recoger las piezas y unir cada pedazo de éste.

Call Me Daddy || JinGyeomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora