Capítulo 1

1.7K 134 6
                                    

La hoja de papel donde se encontraban los trazos que empecé recién fue arrebatada de mis manos.

Los odiaba, me odiaba a mi mismo por no ser lo suficientemente valiente para enfrentármeles.

-Veamos… ¿Qué es lo que tenemos aquí? –su tono de hablar era asqueroso. En un abrir y cerrar de ojos la hoja estaba totalmente arrugada y rota- basura como el idiota que dibujó en ella

El otro tipo que venía acompañado de él sólo reía, claro si era eso lo único que sabía hacer; reírse como estúpido cada vez que podía.

-Por lo menos no soy más basura que tú- Uno, dos… tres patadas en mi estomago y dos en la cara fue lo que me gané por abrir la maldita boca.

Antes de que ellos llegaran estaba sentado bajo un árbol, sin miedo a que la tierra ensuciara mi ropa y ahora estaba tirado en el suelo con estos dos idiotas golpeándome sin esperanzas de poder quitármelos de encima.

Cada día de mi vida era convertido en un infierno, nunca podía estar en paz, ni siquiera en mi propia casa, no desde que murieron mis padres.

Cuando sentía que ya no podía más, deje de recibir golpes, pero no porque se habían cansado, si no porque a lo lejos venía un chico corriendo hacia nosotros como loco y sin motivo alguno se lanzó contra mis agresores. Estos cayeron al suelo con el arriba de ellos, se levanto rápidamente y tomo mi mano para empezar a correr.

Y no, no lo conocía, de hecho creo que jamás lo había visto en mi vida y a pesar de eso, él me salvó.

Después de unos minutos de solo correr nos detuvimos detrás de un árbol, ya lejos de los idiotas que me había golpeado.

Agaché levemente mi cuerpo posicionando mis manos sobre mis piernas para sostenerme de ellas, por un segundo había olvidado que me había ayudado un desconocido y me fui levantando lentamente mi vista hacia la cara de aquel chico.

Y sus ojos… eran perfectos, tenían un color avellana y la luz del sol le daban un brillo aún más perfecto.

-Oye…gracias pero –ni siquiera sabía que decirle- ¿Quién eres?

Él solo sonrío de lado y empezó a mover sus manos como queriendo decirme algo.

-Yo…yo no entiendo – me quede pensando unos segundos pensando en una razón lógica- espera tu… ¿no puedes hablar?

Negó con la cabeza, y saben, cuando me dio a entender eso no dejó de sonreír, como si sintiese cierto orgullo al hacerle sabe eso a alguien.

En ese momento se quitó la mochila que llevaba en su espalda y sacó una libreta donde empezó a escribir. Al terminar me pasó la libreta y en esta había escrito su nombre… Frank.

Desde entonces han pasado 4 años y sigo sin encontrarlo.

Mi Héroe (Frerard)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora