Capítulo 22

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Mierda.

    —¡Lo tenemos, hermano! —Escuchó en su auricular, mas no respondió—. ¿RJ?

       Con cuidado, comenzó a retroceder... Ella seguía acercándose.

       —Dylan, maldita sea. ¿Pasó algo?

       Tenía que responder, lo sabía. Como también sabía que si lo hacía, Alice reconocería su voz.

       —E-esto no me parece gracioso, Tania —dijo ella, con la voz temblorosa gracias a los nervios—. Sólo-

        Y en ese momento, todo se vuelve un caos:

        Las alarmas sonando, los gritos de algunas personas de la servidumbre y el muy conocido sonido de disparos...

        Maldita sea.

        Ese era el plan B.

        Alistó una vez más su arma al percatarse de que los disparos parecían cercanos, observó el balcón que estaba a unos cuantos metros y se encaminó a éste.

        Quizá pueda escapar por-

        —¡Tú! —Escuchó a sus espaldas, causando que frenara en seco—. ¡Date la vuelta! —ordenó Alice, tratando con todas sus fuerzas de sonar intimidante.

        Lentamente, él se giró, posando de inmediato sus ojos en ella y en lo que tenía en su mano...

         Frunció el ceño.

         ¿Eso es una pistola eléctrica?

          ¡Ni siquiera pienses en moverte de donde estás! —Sin dejar de apuntarle, se fue acercando poco a poco—. No te muev-

        Dylan dio un paso hacia adelante, y Alice mordió su labio con nerviosismo. Pero él no notó ello, sus ojos estaban puestos en uno de sus amigos; amigo que se acercaba a ella por la espalda, apuntándole con un arma.

         Las sirenas de las patrullas hicieron eco en sus oídos. Su amigo seguía acercándose a ella, y Alice aún no lo notaba.

          De un rápido movimiento, se aproximó a sujetarla; quitándole en el proceso la pistola eléctrica...

         Aun así, ella no paró de forcejear.

         —¡Déjame! —Trató de golpearlo, bueno, realmente había alcanzado a darle un buen golpe. Fue frenada pronto—. ¡Qué me suel... —Una mano se posó en sus labios, impidiéndole hablar correctamente.

        —Yo me encargo —dijo el otro, apuntándole con el arma una vez más—. Que se quede quiet- ¡Aush! —exclamó, cuando Dylan lo golpeó en la cabeza de repente.

        Y entonces, se percató de algo:

        Le estaba haciendo señas para que se fuera...

        Sin él.

        El hombre asintió, tomó el bolso que había dejado en el suelo y, con una última mirada en el más joven, se marchó.

        Alice abrió sus ojos con demasía cuando comenzó a ser arrastrada hacia la habitación más cercana. Su boca doliendo por la presión aún en ella, y el miedo como la ira, rebosando en su interior.

        Ya dentro, el contrario la soltó y cerró con seguro.

        —¡Auxilio! —gritó—. ¡Alguien, ayú-

         Nuevamente, su boca había sido tapada.

        —¿¡Alice!? —Escuchó ella a su tía, acercándose—. ¡Responde!

       No podía. El agarre del hombre era firme, demasiado.

         La puerta comenzó a ser golpeada con brusquedad, causando que él se tensara.

         —¡Alice, la policía está aquí, abre!

         Maldito plan B.

         Dylan comenzó a armar una nueva técnica en su cabeza, mientras que ella trataba de liberarse, sin éxito.

         Apretando los dientes, la sujetó con mucha más fuerza, preparó su arma y salió de la habitación...

         Apuntándole en la sien.

         —¡Tiene a mi niña, por favor, no disparen! —exclamó la tía de ésta, casi en medio del llanto.

         —No disparen —ordenó un uniformado; los demás obedecieron—. Suéltala —volvió a ordenar.

        Dylan sin embargo, simplemente se alejaba de ellos.

        —¡Hagan algo! —gritó Tania irritada—. ¡Hagan que devuelva todo lo que se robó junto a sus hombres!

       El hombre al mando posó sus ojos fugazmente en ella y negó con la cabeza.

        —No es fácil; mientras aún la tenga con él, no se podrá hacer nada.

        —Ella no importa —respondió, ganándose de la mirada sorprendida de todos los uniformados y de su madre—. Sólo quiero lo que me pertenece de vuelta.

        Alice escuchó todo; sus ojos llenándose de lágrimas al instante. Dylan notándolo.

        —¿No es ella familiar suyo? —cuestionó uno de los policías, frunciendo el ceño.

        Tania abrió la boca, dispuesta a responder, pero...

        —Cariño, no digas más tonterías. — interfirió su madre—. Alice está en peligro y-

        —¡No sirven para nada! —Apretó sus dientes, haciéndolos rechinar—. Y si no van a ayudarme, ¡yo sola me encargaré!

        Con rapidez, tomó el arma del uniformado más cercano, y se posicionó a unos metros del ladrón y su rehén.

          Señorita, devuelva el...

          Tania lo ignoró.

          Lo siento, primita —apuntó—. Si quiero mis cosas de vuelta, tendré que librarme de ti.

          Y disparó.

💣

Fin


Del capítulo :v

Este cap, siempre quise escribirlo :v
No soy de explicar muy bien y correctamente, pero, creo entienden xd
Espero les guste como a mí, ahq xd
Bai, nos vemos en el próximo cap😂

—Lu★

El Error de Dylan Ferrer | 1&2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora