Capítulo 21

15.5K 1.5K 306
                                    

Habían pasado semanas en las que ninguno se chistaba palabra alguna.

      Pero se miraban.

      Fugazmente sus miradas siempre se encontraban; unos segundos, unos instantes.

      Después sólo apartaban la vista.

      —Hola —Escuchó ella a sus espaldas, haciéndola dar un respingo. Volteando de inmediato, observó... al profesor nuevo de inglés.

     —Hola —le respondió. El contrario sonrió y pasó por su lado, haciendo que su perfume llegara intencionalmente a ella. Porque, eh, todos sabían que a las mujeres les gustaba el perfume de hombre, ¿no?

     Alice no comentó nada al respecto.

     —¿Estás bien? —Se atrevió a preguntar, al notar que miraba hacia la entrada de la institución casi sin parpadear.

      —No... —Luego, pareciendo pensarlo mejor, agregó—: Digo, sí. Yo ya me voy. Adiós —Trató de alejarse, pero él la frenó.

     —¿No podríamos ir a tomar algo? No sé, un café o lo que qui-

     —No, no es necesario —Se apresuró en decir... A rechazarlo—. Igual gracias por la invitación. Adiós.

       Y después se fue, dejándolo solo aún en el mismo lugar.

     —Es bonita —comentó para sí, mientras la veía a lo lejos—, no me extraña que se sienta inalcanza- ¡Oye! —gritó, sobándose el hombro afectado en el "choque" que, según él, fue demasiado brusco. Esperó pacientemente que lo ayudara a recoger todos los papeles que había hecho caer, mas cuando levantó la mirada, el otro ya no estaba—. Ni una maldita disculpa —se quejó, apretando los dientes. Suspirando, levantó todo lo que se cayó. Solo.

🔸🔸🔸

      —¿Te cae mal el profesor nuevo? —le preguntó Sofía a su hermano, mientras caminaban hacia el auto.

      Dylan no la miró.

      —¿Cuál?

      —Al que casi te llevas por delante hace un instante.

      Él no respondió, y eso era extraño.

      —¿Dylan?

      —Fue sin culpa.

      —Claaaaro —dijo con sarcasmo—. Te creería, hermanito, pero no —Suspiró dramáticamente—. No sé el por qué no te agrada si es muy simpático. Todos mis compañeros ya lo adoran, incluso los mismos profesores lo hacen.

       Él la ignoró... Y no era algo normal, porque no estaba ebrio. Parpadeó. ¿Estaba enojado?

       —¿Dylan? —Nada—. ¡Te estoy hablando! —-exclamó irritada, mientras pateaba el suelo.

       No funcionó tampoco.

       El celular del aludido, repentinamente comenzó a sonar, indicando una llamada entrante. Él contestó de inmediato.

      —¿Qué? —cuestionó Dylan de mala manera, llamando más su atención—. Sí... Bien —Miró por fin a su hermana e hizo una mueca—. Entiendo. No, no hay problema... Nos vemos esta noche entonces —Y sin esperar respuesta, colgó.

      —¿Quién era? —cuestionó parpadeando hacia él. Éste levantó una ceja.

      —¿Qué te importa?

      —¡Estás siendo muy cruel últimamente! —Se limpió una lágrima falsa—. ¿Ya no me quieres?

      —Basta de juegos, enana.

      Sofía hizo un puchero.

      —¡Dylan malo!


🔸🔸🔸

     Los cinco hombres, vestidos completamente de negro, se adentraron, silenciosamente, en la gran mansión. Ellos poseían máscaras que, para cualquier infante, eran terroríficas y, armas escondidas en partes de su cuerpo.

        Todos tenían un objetivo que compartían.

       —Esperen —susurró uno, haciendo que se detengan.

       —¿Qué...

       —Shhh —emitió, causando que se mantuvieron en silencio por unos segundos y, al percatarse de que alguien se acercaba, alistaron sus armas para que empezara la acción.

        Pero los pasos luego sonaron lejanos.

      —Yo me encargo —dijo éste comenzando a salir, haciendo que el mayor de todos lo tomara del hombro para detenerlo.

      —¿Qué crees que haces, Dylan? —cuestionó en voz baja—. Acordamos que no nos separaríamos.

       —Estaré bien —afirmó, soltándose del agarre—. ¿Dónde está la caja fuerte? —preguntó para asegurarse de que no lo hayan olvidado.

       —Final del pasillo, puerta azul, tras el cuadro de la intensa que se quiere casar contigo —respondió alguien casi como robot. Los demás trataron de no reír por lo último; Dylan sólo asintió con el ceño fruncido.

       —Bien. Ya saben el punto de encuentro, y si hay problemas...

       —Plan B —terminó otro.

       —Correcto.

       Alistando su arma como también su auricular, se dispuso a caminar sigilosamente por el lugar...

       —Sólo será por hoy, má —Escuchó, haciéndolo detener en seco al reconocer aquella voz—. Lo sé, pero mi tía me pidió que me quedara esta noche, y yo no podía decirle que no.

       Sin poder evitarlo, ignoró sus alarmas y se acercó un poco más.

        —Yo también. Bueno, nos vemos mañana.

        Y maldijo a sus adentros cuando ella, al colgar, miró a su dirección. Error, error. Tenía que mantener la calma. Maldita sea. No podía creer que estuviera olvidando sus reglas de Oro por tan sólo su presencia. Además, sabía que estaba completamente oscuro en el lado en el que estaba, tal vez no lo pudo haber vist...

        —¿Tania?

        Se mantuvo en silencio, con los ojos abiertos.

        —¿Tania, eres tú? —preguntó Alice acercándose, con obvio temor.

        Dylan estaba jodido.

        Mierda.

💣

-Lu★

El Error de Dylan Ferrer | 1&2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora