Capítulo 11

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Narra Gustavo:

Lunes, 21 de marzo.

No puedo hacerlo.

Me detengo de nuevo un corto periodo, mientras tomo un respiro. Tenía que entrar en cualquier momento, pero me costaba lograrlo; no quiero, no puedo.

Finalmente tomo la iniciativa de hacerlo. Suspiro y me cómodo la gorra para disimular un poco, luego tomo el manubrio para entrar por la puerta principal de mi escuela.

Sosteniendo la gorra, trato de agachar mi rostro para evitar la mirada de los curiosos, pero fue imposible. En la medida que pasaba entre los pasillos y los grupos de estudiantes, más eran las personas que se sentía interesada por mi aspecto. Algunos me señalaban, otros murmuraban y muchos me observaban sorprendidos.

Para mí no era sencillo. No quería venir a clases, pero mi madre me ha obligado. Ella ha afirmado: «¡Tienes que ir, Gustavo! No puedes faltar por una tontería».

¿Una simple tontería? Tengo el rostro lleno de morenotes por culpa de mi padre. El día que llegue a mi casa no fue nada comparado con lo que sucedió al día siguiente. El día jueves llegue a mi casa, luego de trabajar, y mi padre se encontraba molesto. Él me comenzó a insultar, a agredir verbalmente, pero no pude tolerarlo; así que me defendí de sus palabras gritándole con el odio que siento por él. Mi padre no toleró que le grité y tomé el control, así que se acercó y me comenzó a golpear. Esta vez no tuvo remordimiento y no se detuvo. Me golpeo en el rostro, en la espalda y abdomen. Al inicio tuve un leve dolor en el abdomen, pero no pasó nada. La espalda si no me dejó de doler, pero nada comparado con el rostro; me lo había dejado hinchado y lleno de morenos por cada ángulo.

Lo detestaba. Lo odiaba. No lo soportaba más. Desde ese día no le he hablado, y él tampoco a mí. Sinceramente no me hacía falta. Siempre he preferido que me ignore antes de estar escuchando sus insultos y palabras sin sentido.

En el caso de mi madre, si le seguía hablando, aunque de igual forma tenía un dolor reprimido por ella. No me ha defendido en ningún momento ante la violencia del señor. Mi madre siempre se queda tendida llorando, pero es incapaz de detener la violencia que transmite mi padre con sus palabras y acciones. Ella es una mujer sumisa y eso me dolía tanto como que mi padre nos violentara. Tan sólo ella fuera capaz de denunciarlo, posiblemente esta pesadilla acabara.

Mientras continuo caminando hacia la clase que me corresponde, las personas me siguen observando. Esto lo quise evitar, pero mi madre tuvo la brillante idea de obligarme venir a clases. Las personas no disimulan, ni siquiera lo intentan, en dejar de mirarme al rostro.

Me ajusto un poco más la gorra y sigo caminando lo que me falta para llegar. Al acercarme a la clase que me corresponde, entro en silencio y sin mirar a nadie de los alrededores. Me siento en el último puesto disponible al final de la fila y espero hasta que el profesor llegue para iniciar la clase.

No tarda mucho hasta que el profesor Rafael llega. Enseguida comienza la clase y todos se enfocaron en ello.

Saco mi cuaderno para aparentar que tomo apuntes de lo que voy entendiendo del sermón del profesor, aunque mi mente no dejaba de pensar en mis padres, en mis moretones y en todos aquellos curiosos que me han observado en la mañana desde que salí de mi casa. No me podía concentrar en nada más, porque sólo recordaba lo sucedido hace una semana y lo mucho que ello me causa dolor hasta ahora. Quería olvidarme de aquello, reprimirlo de algún modo, pero cada vez que lo intentaba, más se enganchaba en mi mente y mayor era el dolor.

-La próxima semana harán la presentación sobre la clase de hoy -avisa el profesor al pasar cerca de mí. Noto se detiene a mi lado y me observa los moretones. Se sorprende un momento, sin dejar de hablarle a la clase, pero enseguida, cuando evito su mirada, él también hace caso omiso ante las marcas que tengo y continúa como si nada pasó. Siguen caminando alrededor de los alumnos, informando sobre la actividad y explicando, al mismo tiempo, el contenido programado para hoy.

Fuego entre mis venasWhere stories live. Discover now