Sing with me | Ragoney

4. Esto no ha pasado

RAOUL

Diría que no esperaba encontrarme la imagen que tengo justo delante ahora mismo, pero mentiría. Aun así no deja de parecerme repulsiva. Y es que no tenía la necesidad de ver a Agoney liarse en un baño con una tía que acaba de conocer.

Estoy a punto de volver a cerrar la puerta y pirarme, cuando Agoney levanta la cabeza y mira en mi dirección atraído por el ruido que he hecho al entrar. Le miro y algo en su cara no me encaja. Sus ojos, que se supone que deberían estar cargados de lujuria, expresan un sentimiento muy diferente, y no sé por qué pero no me dejan irme.

Toso llamando la atención de la chica que sigue ajena a mi presencia.

—Agoney, ya es la hora, tenemos que irnos. Manu te está esperando en el autobús para comentarte una cosa.

—¡Ah vaya! —qué falso ha sonado eso— Gracias por avisarme. Ya iba a ir —me doy la vuelta para irme pero Agoney vuelve a llamarme—. ¡Espera! —se da cuenta de que ha sonado demasiado desesperado, así que se aclara la garganta y se explica—. Espérame, que voy contigo, no recuerdo dónde está el autobús —asiento y espero pegado a la puerta.

La chica sonríe, le da un beso en la mejilla y con un "hasta otra, guapo" se despide y sale del baño sin mirar atrás.

Agoney se queda ahí, de pie, en medio del baño. Simplemente mira al suelo y parece concentrado en algo, pero de repente, sin decir nada, se mete en uno de los cubículos.

Lo oigo vomitar.

Espero cinco minutos, pero al ver que no sale, decido llamar a la puerta.

—¿Agoney? —no tengo respuesta— ¿Estás bien? —nada— Oye, si quieres llamo a Manu y le digo que venga para...

De repente, la puerta se abre y me encuentro con la cara de Agoney más cerca de lo que esperaba.

—No vas a llamar a nadie. Estoy bien —su cara no dice lo mismo pero decido quedarme callado—. Y en lo que a Manu respecta, esto no ha pasado, ¿entendido? —voy a replicar pero me corta— ¿Entendido?

—Entendido —accedo, aunque no muy convencido.

—Bueno, Manu me está esperando, ¿no? Pues vamos al autobús.

Hacemos el camino en silencio. De vez en cuando me parece notar su mirada, pero cuando me giro, él sigue mirando al frente. Cuando ya casi estamos llegando al autobús, Agoney rompe el silencio.

—Oye, ¿te ha dicho Manu de qué quiere hablar? —le miro sin entender—. Antes has dicho que me estaba esperando en el autobús para decirme algo, ¿no?

—Ah, ya, bueno...verás...

—Arranca muchacho —dice entre risas, y tengo la necesidad de girarme para ver cómo lo hace, ya que de momento solo lo había visto estar serio. Pero cuando me doy cuenta de lo que estoy haciendo, aparto la mirada.

—Perdona, es que en realidad no te quiere decir nada, solo quería que te avisara de que ya nos íbamos —ahora es él el que me mira sin comprender—. Osea que eso me lo he inventado yo. Es que me ha parecido que necesitabas un cable para salir de ahí y he pensado que diciendo eso lo podías usar como excusa para irte rápido.

Se le borra la sonrisa automáticamente. Mierda, ya la he cagado.

Se para y me agarra del brazo para que lo haga yo también. Se pone enfrente y me mira directamente a los ojos, lo que solo consigue ponerme nervioso. Yo creo que es por la intensidad que tiene su mirada.

—Vamos a ver, no te confundas. Yo no necesitaba ninguna ayuda para salir de allí. Yo simplemente estaba pasándomelo bien, parece que no me conozcas. Debes ser la única persona que no sabe que mi pasatiempo favorito junto a cantar, son las mujeres —pone su mirada de prepotencia característica esperando una respuesta, pero yo solo lo miro.