31. El último concierto

1.7K 125 265
                                    

Atrévete a ser valiente hoy y confía en que cuando extiendas tus alas, 

volarás. 

 María Demuth.

00:00

RAOUL

El amor, el miedo, la culpa, tienen más cosas en común de las que parece. 

En pequeñas dosis, todos esos sentimientos son necesarios para mantener cierto orden. Sin embargo, sentir cualquiera de ellos en exceso puede acabar cegando al portador, convirtiéndolo en alguien impredecible.

Cuando dejo de tener la mirada húmeda de Agoney sobre mí, siento un torbellino de emociones y sentimientos descontrolados por mi mente, aunque no consigo definir cuáles son. No sé si me siento bien, si me siento mal. Simplemente no lo sé.

Mientras me dirijo a la caseta de los técnicos donde me está esperando Alfred, voy dándole vueltas a nuestra conversación, y cuanto más lo pienso, más perdido me siento.

—Raoul, ¿dónde estabas? —pregunta Alfred soltando un suspiro de alivio al verme entrar—. Esto está a punto de empezar. Acabo de terminar de preparar las luces porque pensaba que no vendrías, pero casi no me da tiempo, tío. Agoney saldrá en breves.

—No lo sé —me limito a decir dejándome caer en la silla que hay delante de los controles de luces.

—¿El qué no sabes?

—Si va a salir o qué va a hacer al final —digo sintiendo cómo me hundo.

—¿Qué dices?, ¿por qué?

—No sé —apoyo los brazos en la mesa y entierro la cara entre ellos, estoy empezando a sentirme un poco sobrepasado por toda la situación.

Alfred me mira preocupado desde el otro lado de la sala y finalmente se acerca.

—¿Estabas con Agoney ahora?

—Sí.

—¿Y qué ha pasado? —pregunta arrodillándose delante de mí.

—Que estoy harto de sentir que lo presiono todo el tiempo, Alfred. Que parece que voy en su contra siempre, joder. Y llevo meses comiéndome la cabeza con esto: "debería haberme quedado con él, debería haberle escuchado, y si no estaba preparado, al menos debería haberle apoyado", en bucle, todos los días. Se supone que quien te quiere no te presiona, está contigo.

—Bueno, lo que pasó hace meses ya da igual, lo que importa es lo que pasa ahora. Y mírate, llevas un mes con él, ayudando, apoyándolo.

—Ya —digo intentando convencerme a mí mismo—. Todo esto... está siendo como una segunda oportunidad para mí, ¿sabes?, para hacer las cosas bien con él esta vez. Ayudarle de verdad, estar a su lado al menos.

—Claro, y es lo que has hecho, ¿no?

—Eso creo.

—Entonces, ¿cuál es el problema ahora?

—Pues que ya no sé qué se supone que tengo que hacer para hacer las cosas bien con él. Que a veces ya no sé si le estoy ayudando o le estoy volviendo a presionar. Y no quiero perderle otra vez por lo mismo, Alfred, no quiero sentir que lo pasa mal por mi culpa, por sentirse obligado a hacer algo que no quiere.

—No creo que pase eso, sinceramente —dice confuso, y de repente me mira preocupado—. A no ser que ya haya pasado algo ahora —frunce el ceño.

—Ha sido como volver al mismo momento de la otra vez, cuando nos hicieron la foto, él acojonado y yo intentando convencerlo con los mismos argumentos de siempre. Si es que esto es como un bucle que no acaba —suspiro—. Y al final pues... no he podido.

Sing with me | RagoneyWhere stories live. Discover now