Capitulo #7

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Confesiones y una caja de donas.

Durante toda mi vida eh conocido una infinidad de chicos que dijeron amarme, estar perdidamente enamorados de mí, pero nunca parecieron ser más que simples palabras. Las palabras sobran cuando lo que vale son los hechos, al final, aunque sus palabras decían que me amaban sus hechos jamás lo demostraron, no eh tenido novio porque creo que a ni uno tan solo de esos chicos realmente le importe. 

Con Adam Blake las cosas fueron diferentes cada cosa que me dice es hiriente, burlesca y fea. Pero sus acciones no se parecen en nada, me espera fuera del aula cuando salgo tarde, se asegura que no olvide ninguna tarea desde que noto lo despistada que soy (y que perdí dos tareas porque se me olvido), me llama para asegurarme que no olvide enviar los bocetos por línea, una vez me dedico una hora entera solo para asegurarse de que entendiera un tema, supongo que por cada uno de esos detalles Adam Blake termino gustando. No es solo su físico (el cual es divino) es que de alguna manera siento que él me dice te quiero sin mover sus labios y eso fue todo lo que yo busque en alguien.

Creí que yo le gustaba a Adam y por eso no lo dude en un papel que bañe con perfume de vainilla escribí me gustas y se lo entregue; mi corazón parecía estar a punto de salir volando era como si que en cualquier segundo toda mi caja torácica rompería en pedazos y mi gran corazón caería en sus manos. Así fue, pero él lo dejo caer, después de leer el papelito lo dejo caer al suelo sin inmutarse, sin darse cuenta de que partió mi corazón ese día. Por fin yo había creído encontrar alguien digno de mi corazón, pero se me olvido de que tal vez yo no era digna de el suyo. Recuerdo agacharme recoger el papelito y salir del aula llorando... no comprendí nada en ese instante luego entendí lo difícil que era ir y confesar tu amor, me sentí mal por cada uno de los chicos a los que rechacé tal vez si me querían, pero ¿cómo saberlo?, ¿cómo sabes cuando realmente te gusta alguien? Fue cuando comprendí que no sabía nada del amor.

 no comprendí nada en ese instante luego entendí lo difícil que era ir y confesar tu amor, me sentí mal por cada uno de los chicos a los que rechacé tal vez si me querían, pero ¿cómo saberlo?, ¿cómo sabes cuando realmente te gusta alguien? Fue cua...

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― ¿Un papelito?, ¡que ridícula fui!, toda una colegiala Adam debe estar riéndose de mí tal vez solo fue amable conmigo, solo le di lastima ¡¿con que cara lo veré mañana?! ―pienso.

Decido irme a casa y en el camino paso comprando una caja de donas y dos cafés, no había nadie cuando llegue a casa solo C&D quien me recibe con más alegría de la normal, bueno en realidad es a la caja de donas a quien recibe así, pero no importa. Me voy a sentar al mueble, C&D se sienta a mi lado y es así como se me va el resto del día comiendo donas y viendo Prodigiosa Ladybug en Netflix.

Cuando despierto observo que aún me encuentro en el mueble, mi madre me ha arropado y C&D duerme a mi lado. Observo el nombre de Adam Blake que brilla en la pantalla de mi móvil indicando claramente que me está llamando eso y el irritable sonido responsable de que despertara; lo observo indecisa, no sé qué hacer, si ignorar el llamado o contestar, opto por ignorarlo y recostarme de nuevo al rato el móvil deja de sonar, sin embargo, a los minutos vuelve a llamar y con cierta furia tomo el móvil y contesto.― ¡¿Qué?! ―cuestiono.

―Te has quedado dormida y ya te perdiste una hora clase, por favor no faltes a la siguiente Marinna ―dice Adam con tranquilidad y yo quiero llorar.

―Si no me dejas amarte déjame odiarte ―digo llorando. Escucho a Adam suspirar al escuchar mi comentario. ―Deja el drama Marinna estas lejos de amarme, deja de comportarte como una colegiala de una vez por todas, déjame te aclaro algo tu no me amas, no te gusto solo eres una niña que no sabe ni siquiera que quiere ―replica molesto.

― ¿Y qué te hace creer que tú puedes saber si lo que yo siento es real o no? ―pregunto también algo molesta.

―Te conozco Marinna, posiblemente mejor de lo que tú te conoces ―dice algo más tranquilo y a mí me dan ganas de reír a carcajadas eso es sin duda lo más estúpido que me han dicho, sin embargo, ―No importa nada de eso sabes yo tengo novia y lo único que quiero es que no faltes a clases por pena a tener que verme ―agrega rápidamente y me siento conmovida él tenía toda la razón no tenía planes de ir me daba pena verle, además realmente estaba actuando como una niña inmadura.

―Iré a bañarme y tranquilo llegare a tiempo. Digo mientras me levanto del mueble.

―Te esperare a fuera del aula Marinna es enserio ―dice y me siento como niña regañada.

―Ahí estaré ―digo con una triste sonrisa de lado y la llamada finaliza así. Y entonces me prometo que no puedo perder mi sonrisa por nadie ni por nada; afrontare el día con el optimismo tan característico mío. 

Y así lo hice.

Los novios no caen del cielo..!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora