Capítulo XXXII: "Rosas y dagas"

1.4K 107 140
                                    

 "Rosas y dagas"

Harry me sostiene mientras vamos a la camioneta, sus dedos jugando con los míos.

Yo solo quiero que todo termine pronto.

El silencio llena el espacio cuando la camioneta se pone en marcha y es casi insoportable, mis hermanas no dicen nada y es algo muy raro en ellas, mi madre conduce con la mirada fija en la carretera y Harry posa la vista en sus manos cruzadas sobre su regazo.

Pasamos rápidamente por el centro de la ciudad hasta llegar al cementerio y ya no siento nada, estoy vacío, he llorado todo lo que tenía para llorar en una vida. Bajamos de la camioneta cuando Jay estaciona y Harry vuelve a tomar mi mano para iniciar nuestro camino, Stan aparca su coche a un lado de donde mi madre y nos alcanza cuando llegamos a donde se reúnen todos a darle el ultimo adiós.

-¿Estás bien, Lou?- pregunta Harry pero me limito a apretar su mano. Espero que piense que todo está bien.

-Bien, empecemos.- dice el padre frente al féretro.

Tomamos asiento y escuchamos el protocolo, Harry no deja mi mano en ningún momento y Stan trata de quedarse quieto -aunque los funerales nunca han sido de su agrado-, mi madre y hermanas estás atentas y las personas a mi alrededor -aunque son demasiadas para verlas a todas- sueltan lágrimas esporádicamente. Siento como se empapa un poco mi hombro y centro mi atención en Harry, llorando en silencio pero tranquilo.

Y ahora es mi turno de preguntar.-¿Te encuentras bien?

-Si, es solo que... no es justo que las mejores personas tengan que morir.

Lo abrazo por los hombros y lo acerco a mí, apoyo la mandíbula sobre su cabeza y trato de no escuchar las últimas palabras del sacerdote.

-Lo sé, Harry. Por eso la vida es injusta.

**

Los familiares de Nana se despidieron de ella y bajaron el féretro, eso era todo, era el final de su recuerdo.

Dejamos el cementerio pero Louis decidió que tenía hambre y que deberíamos hacer algo estúpido.

Yo simplemente lo seguí.

Stan maneja con la música alta y sobrepasando el límite de velocidad, sigo dando golpes contra la ventana cada que invade un carril o da una vuelta. Louis parece feliz y es un poco preocupante, pero él está afrontando el problema a su manera.

-¿Primera parada?- pregunta Stan deteniéndose en un semáforo.

-Francklyn's-. anuncia y Stan asiente poniéndose en marcha.

Diez minutos más de camino y llegamos a lo que parece una hamburguesería vieja y deshabitada, bajamos del coche y Louis entra sin siquiera mirarnos.

-Es su forma de defenderse, rechazar el dolor...

-Ya lo he visto así.- confieso.- no es nada nuevo.

-Así que ¿Problemas en el paraíso?

-No, ya pasamos por la tormenta... espero que no volvamos a eso, es una mierda ¿Sabes?

Me mira a los ojos y sonríe.- No, la verdad no, nunca he estado realmente con alguien, no creo en eso de las relaciones y el amor.

-Oh.

-No me malinterpretes, sé que existe el amor y esas cosas estúpidas, sin ánimos de ofender, pero eso no es para mí, ¿Sabes? No quiero estar con una persona y que todo se vuelva monótono... que se apague la ilusión.

Empezamos a caminar y entramos al restaurante, dentro está lleno de vida para ser un lunes,

todos dentro son jóvenes de no más de treinta y menos de diecisiete. Gritos y risas nos reciben y Stan toma mi mano para guiarme entre la multitud hasta donde se encuentra Louis, sonriéndole a la mesera que se encuentra muy cerca de él-.

Instituto Booster Para Hombres (LARRY STYLINSON)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora