En el colegio corre el rumor de que Seo Changbin mató a un estudiante en el verano del 2016, y que por asuntos de dinero aún sigue estudiando y no va a la cárcel.
Felix es nuevo en el colegio y se va adaptando lentamente a su nueva vida en Corea, bu...
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Jisung me esperaba por segunda vez fuera del club, disimulando la lectura de un libro. Percibí que estaba más concentrado en encontrar a Minho. Lo saludé apenas llegué a su lado, a lo que él respondió con un breve movimiento de cabeza y volvió a espiar la salida, esperando al chico de pelo azabache. A los pocos segundos, Minho apareció ante nosotros, lo que provocó una sonrisa en los labios de Jisung.
—Buen trabajo hoy, Felix —me felicitó apenas me vio—. Espero que estés considerando mi propuesta.
Asentí.
—Decidiré sabiamente.
Minho dirigió levemente la mirada hacia mi amigo, quien lucía emocionado por aquella atención.
—Uh, hola —murmuró el castaño, tratando de ocultar su notable emoción.
—Oh, hola —respondió Minho y se marchó poco después.
Ambos observamos cómo se alejaba lentamente por los pasillos del colegio. Una vez fuera de nuestra vista, Jisung dio un salto de emoción, conteniendo las ganas de gritar. Solté una leve risa, sintiéndome brevemente feliz por lo ocurrido. Jisung de cierta manera me recordaba a mí cuando estaba en Australia y tenía un leve enamoramiento hacia una chica de un curso mayor. Me emocionaba verla pasar por los pasillos y quedaba inmóvil si nuestras miradas se cruzaban. Fue un amor breve; de igual manera, nunca logré expresar mis sentimientos y sabía que no serían correspondidos. Ella tenía novio en aquel entonces; los veía salir después del colegio, siempre tomados de la mano y repartiéndose breves besos en el rostro. Aunque el dolor de querer ser ese chico me abrumaba, en el fondo estaba feliz de que ella estuviera con alguien que la correspondiera y la cuidara. No todas las historias de amor están destinadas a ser, y su novio hacía las cosas que yo deseaba hacer, y mucho mejor de lo que podía en ese entonces.
Jisung rodeó sus brazos alrededor de mí en señal de gratitud, correspondí su abrazo y nos separamos segundos después. Un carraspeo se oyó detrás de nosotros.
—¡Lo siento! Puede pasar —se disculpó mi amigo ante Changbin.
El de pelo negro lo miró con recelo y asintió para pasar entre nosotros. Solté una risa.
—Él parece amigable, ¿no crees? —comentó Jisung mientras veíamos a Changbin salir del colegio—. No entiendo por qué le tienen tanto miedo.
—¿Hablas en serio? —pregunté, incrédulo—. Gracias al cielo. Me gustaría que Seungmin y Hyunjin pensaran igual.
—Oí que lo ayudaste a salir de un apuro con el bravucón de Chan.
—Sí, esa fue la razón por la que me desmayé aquel día.
—Lo ayudaste porque te gusta, ¿no? —Sentí que acababa de atragantarme con mi saliva—. Es la única explicación que encuentro.
—B-bueno —comencé a balbucear sin sentido—. Y-yo, e-el...
