[13]

13.6K 2.2K 883
                                    

Hoseok de lamía su abultada pancita con las mayores de las tranquilidades. En eso escuchó la puerta gatunera abrirse. Se sobresaltó un poco al ver un pedazo de pelusa café ingresar. Jungkook miró al frente y al percatarse de Hoseok, dejó un pedazo de rata muerta en el suelo. Su respiración era rápida, tratando de tranquilizarla, se notaba cansado.

—Por fin...supe dónde vives—habló jungkook mirando a su izquierda—¿Por Qué la casa de la vecina?

—Vete de aquí—pidió aquel gato de mal humor.

Hoseok maulló con malestar y salió de la puerta principal hasta empezar a subir por los muros y llegar al techo. Jungkook tomó la rata y salió con aquel animal en su boca. Al ver al gato encima, suspiró con pesadez

—¡Manchitas! Te traje una ratita para los bebés.

—AYER TE DIJE QUE NO DESEABA VERTE ¡VETE A CASA!

—Ya te expliqué que no puedo regresar si no es contigo... manchitas, todos te extrañan.

—Vete, pulgoso horripilante.

Hoseok le dió la espalda al conejo y se recostó contemplando un poco de la espléndida luna de esa noche. Jungkook tragó duro, viendo la altura en la que aquel gato se mantenía. se subió al primero muro con dificultad y cuando casi estuvo por tirarse al segundo, se cayó de nuevo sobre la grama. Hoseok suspiró escuchando el golpe; pero decidió no prestar atención.

—Manchitas...espérame allí.No te muevas...llevaré la ratita.

—Sí claro...—comentó aquel gato cerrando sus ojos—aquí estaré, por toda la noche.

El conejo trató de nuevo, debía llegar hasta el techo como diera lugar. Vío a lo lejos su madriguera, no podía creer que la había hecho enfrente de la mansión para no estar tan lejos de su hogar y el dichoso y astuto Hoseok solo se mantenía en la casa de la par.

Respiró con profundidad, apretando entre sus dientes aquella rata, por nada en el mundo debía dejarla caer. Subió una patita, luego otra y se deslizó de nuevo. Soltando un bufido, subió su primera patita, luego otra hasta deslizarse de nuevo a irse de bruces. Jungkook miró a los lados, sabía que ese muro no lo iba subir por lo que buscó otra forma de hacerlo. Encontró a lo lejos una escalera que dirigia al techo y miró a los lados. Se transformó en su forma humana y subió con sus pies temblorosos.

—¡Mami hay un hombre desnudo allí! ¡Se le ve todo el trasero!—gritó un niño a lo lejos.

La mujer que acompañaba a su hijo, pegó un grito y le cubrió sus ojos.

—¡No veas Juanito, eso no es de Dios!—gritó la mujer y miró curiosa el trasero ajena—ese es un buen trasero.

—¡Mami!—chilló el niño.

—¡Oh Juanito, perdón!

Y dicho aquello los dos salieron corriendo.

Jungkook llegó al techo, volviendo a su forma animal y dando saltitos se acercó lo más rápido donde se encontraba Hoseok, al hacerlo, notó un montón de colchas y una pequeña caja donde aquel gato se había metido. El conejo dejó su pedazo de rata.

—Come, manchitas, sé que te gustan las ratas.

—Me gustan los conejos asados—comentó desviando la mirada—dije que no quería volver a verte. Vete.

—Solo si te comes la ratita, debes tener hambre.

—¡Por supuesto que no, a que no sabes la rica comida que me dieron hoy-....—el estómago de Hoseok gruñó, traicionandolo en el momento—me comí la comida del perro—admitió.

Junghope || OMFR!Where stories live. Discover now