*después de la pelea con Thanos, el traje de Peter quedó destruído, y como tu padre estaba muy ocupado con los arreglos de Nueva York, decidiste ayudar al chico araña*
Terminaba de darle los últimos ajustes al traje de Peter, cuando F.R.I.D.A.Y me habló.
~El joven Parker está impaciente, señorita.~miré el monitor sobre mi escritorio, donde las cámaras de seguridad mostraban al chico sentado en la sala.
~F.R.I.D.A.Y.~el chico miró torpemente a la nada~. ¿podrías preguntarle a ____ si falta mucho? P-pero no le digas que yo pregunté o se enojará conmigo ¿si?~
Reí. No podía ser tan adorable.
—Dile que venga, F.R.I.D.A.Y.—
En menos de un minuto, el chico tocó la puerta de mi laboratorio, a lo que le indiqué que pasara. El rostro que Peter puso al ver el traje no tenía explicación, parecía el de un niño al que acababan de mostrarle un truco de magia.
—¿te gusta?—pregunté con una sonrisa.
—¡mucho! Está genial, eres increíble.—
—Tampoco es para tanto, sólo lo reparé y le di algunos retoques.—el rostro del chico se tornó algo serio—. ¿pasa algo?—
—Es sorprendente verlo así, hace sólo una semana estaba hecho pedazos. Thanos... lo hizo pedazos.—
—Hey...—apoyé mis manos en sus hombros—. Ya pasó ¿si? Ganamos.—el chico sonrió débilmente—. Te tengo una sorpresa más, Pet.—me acerqué a mi escritorio bajo la atenta mirada del chico.
Abrí el último cajón del mueble y saqué una mochila que hacía juego con el traje.
—¿una mochila?—
—No es cualquier mochila, tonto. Está hecha de vibranium y está configurada para sólo ser abierta por ti, así que si te la roban, no podrán llevarse nada. Además tiene GPS, podrás rastrearla y recuperarla.—Peter me miró sorprendido antes de abrazarme por sorpresa.
—¡eres genial! Podría besarte ahora mismo.—el chico se dio cuenta de sus palabras y me soltó avergonzado—. L-lo siento, no quise decir eso... bueno sí, pero no.—reí.
Tomé al chico del cuello de la camisa y lo besé fugazmente.
—Cuida esa mochila, Parker. Vale más que todos los trajes de papá juntos...—solté mientras salía del laboratorio.
El chico se quedó ahí parado unos segundos, abrazando la mochila. Sin duda es la persona más adorable del mundo.
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