*Strange y tú eran amigos desde la secundaria, y con el pasar de los años, se volvieron más que amigos. No eran novios ni pareja, simplemente... tenían algunos beneficios. Pero cierto día, el doctor te hizo una pequeña escenita*
—¿y quién era ese?—preguntó Stephen al salir de la cafetería.
—¿el rubio guapetón? Nadie importante.—le di un sorbo a mi café.
—¿"nadie inportante"? Lo llamaste rubio guapetón, yo creo que sí es importante.—suspiré.
—Es Ivan, un chico que conocí ayer en el gimnasio. Hablamos un rato y... somos amigos.—
—Claro que no.—exclamó casi ofendido—. Nosotros somos amigos, nos conocemos hace 2 décadas, mínimo. A ese cretino... No puedes considerarlo amigo, lo conociste ayer.—
—Él no es un cretino, tú lo eres.—el hombre me miró indignado—. Puedo tener todos los amigos que quiera.—
—Por supuesto que sí, pero no amigos a los que les digas "guapetones".—reí.
—¿celoso, Strange?—
—Pues claro.—soltó como si fuese algo obvio—. Yo soy el único amigo "guapetón" que necesitas, asi que ve descartando a ese rubio lleno de esteroides.—llegamos a mi casa.
—¿te gusta decirme que hacer?... genial, entonces es mi turno.—Stephen me miró confundido mientras abría la puerta de la casa.
Antes de que pudiese hacer algo, lo empujé dentro de la casa y lo arrinconé contra la pared del pasillo.
—¿¡qué te-
—Primero, si quieres que deje de hablar con Ivan, tú dejarás de coquetear con esa tipa que trabaja contigo en el hospital ¿hecho?—
—¿eso qué tiene que-
—¿hecho?—enarqué una ceja.
—Sí, hecho.—
—Genial. Ahora en segundo lugar, quiero que aclaremos aquí y ahora qué carajos somos. Porque el término "amigos" creo que hace bastante tiempo dejó de ser válido para nosotros.—Stephen estaba por hablar—. Y no vayas a decir "amigos con derechos" porque te volaré el bigote de una bofetada.—
—En ese caso, seremos lo que tú quieras.—
El cirujano llevó sus manos a mi cintura.
—¿incluso... pareja?—sonrió.
—Pensé que nunca lo dirías.—
—Pues tú te tardabas demasiado en hacerlo.—tomé su rostro y lo besé.
—Entonces, sólo para aclararlo ¿adiós Ivan?—sonreí.
—A la mierda Ivan.—
Stephen sonrió satisfecho antes de pegarme más a él.
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