*el de cabellos plateados se infiltró en el pentágono con la misión de liberar a Erik, pero mientras lo hacía, se topó con una peculiar chica*
Peter recorría fascinado los pasillos de aquel lugar, realmente no terminaba de creerse que estaba en el maldito pentágono. Aún así contuvo su emoción y se concentró en la misión. Según las instrucciones de Charles y Logan, debía bajar del ascensor y simplemente caminar recto. Pero cuando las puertas del ascensor se abrieron, se encontró con que al final del pasillo, éste se dividía en dos. A pesar de que tenía poco tiempo, la curiosidad le ganó, por lo que examinó ambos caminos. Avanzó rápidamente por el primer pasillo, encontrándose con un amplio cuarto repleto de extrañas maquinarias. Cuando estaba a punto de adentrarse, unos gritos lo hicieron esconderse detrás del marco de la puerta. Una chica lanzó por los aires a tres doctores, y cuando estaba por escapar, dos guardias la inmobilizaron y le clavaron algo en el cuello, la chica se desplomó de inmediato.
Mejor no me meto en esto...
Pensó Peter mientras corría rápidamente a la celda de Erik. Después de liberar al hombre, Peter intentó escapar, pero Erik lo detuvo.
—Espera, no puedo irme de aquí sin ____.—
—¿quién es ____? No tenemos tiempo.—
—Ella fue capturada junto a mi, no puedo dejarla aquí.—Peter suspiró.
—Creo que sé dónde está...—
El peliplateado tomó al mayor de la nuca y corrió rápidamente al lugar donde la chica se encontraba. Sin decir nada, Erik desprendió unas tuberías de la pared y golpeó a los presentes, dejándolos inconscientes.
—¿Erik?—la chica que se encontraba atada en una camilla se movió adolorida.
—Tranquila, te sacaremos de aquí. Ayúdame, niño.—
—No soy un niño...—se quejó Peter mientras comenzaba a desatar a la chica.
—Gracias...—el chico le dedicó una pequeña sonrisa a la chica mientras la ayudaba a ponerse de pie.
•○•
Después de encontrarse con Logan y Charles, salieron del lugar y se dirigieron a un pequeño helipuerto.
—¿te irás?—____ miraba asustada a Erik.
—Le prometí a tu padre que cuidaría de ti, llevarte conmigo sería lo opuesto a eso. Quédate con el niño, volveré por ti ¿si?—
—¡que no soy un niño!—volvió a quejarse Peter—. Y nadie me dijo que tenía que ser niñero.—la chica lo miró mal—. Sin ofender...—
—Sólo serán unos días, Peter.—Logan le lanzó las llaves del auto—. Conduce con cuidado ¿si?—
Los tres adultos subieron a un pequeño avión y se marcharon del lugar.
—¿a dónde vas?—preguntó Peter al ver que la chica se alejaba a paso lento.
—A donde se me antoje, llevo meses ahí atrapada y no pienso seguir perdiendo el tiempo aquí.—
—Pero debes quedarte conmigo.—
—Creí que no querías ser mi niñero... no te preocupes, estaré bien.—
—Al menos déjame acompañarte.—la chica suspiró.
—¿conoces un lugar donde vendan tacos? Se me antojan unos.—el chico sonrió.
—Vamos, sube.—
•○•
Ambos jóvenes charlaban de tonterías mientras viajaban en el auto, y aunque llevaban unas pocas horas de conocerse, tuvieron un pequeña conexión.
—¿y cuál es tu don?—preguntó el platinado mientras pagaba los tacos a un vendedor ambulante en el parque.
—"dones".—corrigió la chica—. Tengo los dones de mi mamá y mi papá. Telequinesis y super fuerza.—
—Cool...—la chica rió.
—Mira esto.—____ le dio su taco a Peter para que se lo tenga un momento—. No te lo comas.—
Caminó al centro del parque y se sentó al borde de una fuente de agua. Peter miraba atentamente como la chica cerraba sus ojos concentrada. De pronto, las hojas secas que se mantenían débilmente pegadas a las copas de los árboles comenzaron a volar, realizando una pequeña danza alrededor del lugar.
—¿no es hermoso?—la chica le dedicó una espléndida sonrisa a Peter quien, en vez de apreciar la magia que lo rodeaba, mantenía la mirada en ella y su alegre rostro.
—Sí, es hermosa...—sonrió tontamente.
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