Capítulo 44: Hubiera. . .

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Narra Izaya:

-Wow. Realmente estoy sorprendido. No te tardaste ni un minuto -dijo con su asquerosa voz y golpeé ligeramente el casquillo de la pistola contra su frente.

-Sería mucho más rápido jalar el gatillo -le dije incado sobre la mesa con billetes frente a él-. Diles a tus hombres que dejen de apuntarme o te vuelo el cerebro.

Soltó una pequeña risa nerviosa y alzó sus manos en señal de que no me atacaría.

-Ya lo oyeron, ¿no? Bajen las armas -y aunque sus hombres dudaron, al final las terminaron bajando.

Y yo también alejé mi pistola de su cabeza.

-En realidad quiero hablar contigo a solas -alejé mi arma restándole importancia al asunto-. ¿Se puede? -pregunté con la más falsa de mis sonrisas.

-Claro -respondió animado y le hizo señas a sus hombres-. Déjenos solos un momento. Váyanse -pero todos ellos se veían demasiado confundidos y algunos se negaron en irse.

-Pero. . . Señor. . . -fue interrumpido uno de los hombres corpulentos que se había negado a irse.

-Pero nada. Ni que fuera un bebé que necesite que me cuiden.

Al final sus hombres se fueron y me bajé de la mesa para sentarme en el sillón detrás de mí.

-Supongo que sabes por qué estoy aquí. Deja de hacerte el ignorante -molesto le dije y su sonrisa se torció.

-He de suponer que no es porque quieras ser mi amigo o aceptes ser mi amante debido a tu fantástica entrada -señaló las manchas de sangre en el suelo y las paredes donde antes estaban los hombres a los que ataqué, ahora ya se los habían llevado para atender sus heridas.

-Pues supones bien, por qué jamás haría algo tan humillante como para rebajarme así -y coloqué mi dedo pulgar en el seguro del arma para quitarlo.

-¿Que eso es humillante? Si el gran Orihara Izaya estuvo siendo el ratón asustado en mi juego donde yo era el gato depredador. Durante un tiempo ni siquiera salías de su casa o de la de tu novio por miedo, ¿no? -sentía mi sangre hervir con cada verdad que él decía-. ¿Y ahora dices que no te quieres humillar? ¿Acaso ya no ha sido suficiente humillante tu cobardía y tú miedo?

No dije nada. En realidad no tenía para reclamarle por nombrar lo que fue mi comprotamiento durante meses.

-Tampoco estoy diciendo esto para que te enojes, cariño -meneó sus manos delante de su pecho-; la verdad también ya me había aburrido de que fueras un pequeño miedoso, al inicio me parecías adorable pero después me hacías extrañar al viejo Izaya, justo al Izaya que llega y en lugar de decir "hola" deja inconscientes a cuatro de mis mejores hombres sólo para que vean que viene en serio.

-¿También te gustó sentir el casquillo de una pistola contra tus sienes a punto de volarte el cerebro? -volví a apuntarle con mi pistola.

-Fue muy excitante -deseé jalar el gatillo para acabar de una vez con él, pero tampoco lo iba a matar, eso sería una salvación de éste mundo de mierda en lugar de un castigo.

-Asqueroso -y seguí sin apartar mi arma.

-Cambiemos de tema, ¿va? -no le respondí-. Me enteré de que tu novio está en el hospital, ¿está bien? -fingió la más asquerosa de las falsas preocupaciones.

-Pues ya está estable según los doctores. Pero entró en coma y aún no ha despertado.

Los químicos deberían de traerlo de vuelta, pero simplemente no despertaba y comenzaba a perder las esperanzas

Celos [DRRR!!] ~ ShizayaWhere stories live. Discover now